Comenzar con una taza de agua tibia con limón, hacer algunos estiramientos ligeros y comer sano... son hábitos matutinos que ayudan a superar el hígado graso.
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| Beber un vaso de jugo de vegetales crudos puede reducir el riesgo de enfermedad del hígado graso no alcohólico. (Fuente: Pixabay) |
Según un estudio publicado en 2022, se espera que la prevalencia mundial de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) sea de 47 casos por cada 1000 personas, y los hombres tendrán una prevalencia mayor que las mujeres.
Si bien la mala alimentación y el estilo de vida son las principales causas, mejoras pequeñas pero constantes en tu rutina matutina pueden marcar la diferencia.
Comenzar el día con actividades beneficiosas para el hígado ayudará a prevenir el almacenamiento de grasa, mejorará la función hepática y promoverá la salud general.
Aquí hay 5 cambios que puedes hacer por la mañana para superar el hígado graso:
Empieza tu día con agua tibia de limón.
El jugo de limón es rico en vitamina C y antioxidantes, que ayudan a promover la desintoxicación hepática. Beber un vaso de agua tibia con limón en ayunas estimula la producción de bilis, facilita la digestión de las grasas y previene su acumulación en el hígado.
Modo de empleo: Exprime el jugo de medio limón en un vaso de agua tibia y bébelo a primera hora de la mañana. Evita añadir azúcar o miel para maximizar sus beneficios.
Haz estiramientos ligeros o yoga.
La actividad física matutina, como el yoga o los estiramientos, puede estimular la circulación y mejorar la capacidad del hígado para metabolizar las grasas. Posturas de yoga como la postura de la cobra (Bhujangasana) y la torsión de la columna vertebral (Ardha Matsyendrasana) son especialmente beneficiosas para estimular la función hepática.
El ejercicio ayuda a reducir la grasa del hígado al mejorar la sensibilidad a la insulina y favorecer el metabolismo general, así que tómate entre 10 y 15 minutos de yoga o estiramiento justo después de despertarte para empezar el día de forma saludable.
Evite saltarse el desayuno y consuma alimentos que sean buenos para el hígado.
Saltarse el desayuno puede empeorar la enfermedad del hígado graso al ralentizar el metabolismo. Un desayuno saludable rico en fibra, antioxidantes y proteínas magras puede ayudar a reparar el hígado y reducir la grasa.
Las opciones para desayunar incluyen avena, semillas de chía, un puñado de frutos secos, bayas y té verde. Estos alimentos contienen nutrientes como ácidos grasos omega-3 y polifenoles que promueven la salud del hígado.
Evite comer cereales con alto contenido de azúcar y alimentos procesados, ya que pueden ejercer presión sobre el hígado.
Bebe un vaso de jugo de vegetales crudos
Los jugos de vegetales crudos, especialmente los de remolacha, zanahoria o espinaca, están repletos de nutrientes que ayudan a depurar el hígado y a reducir la grasa. Estos vegetales son ricos en betaína y nitratos, que favorecen la circulación y la desintoxicación.
Consumir muchas frutas y verduras de forma saludable puede reducir el riesgo de padecer enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Necesitas hacer puré de verduras frescas con agua y un poco de jengibre para aumentar sus propiedades antiinflamatorias. Bebe este jugo 30 minutos después del agua con limón para una máxima absorción.
Reemplace su café de la mañana con té de diente de león.
El té de diente de león es un desintoxicante natural que ayuda a reducir la grasa hepática, ya que contiene sustancias químicas que aumentan el flujo biliar y eliminan toxinas. Si bien el café puede tener beneficios para el hígado, el té de diente de león es una opción sin cafeína para tu bebida matutina.
El té de diente de león actúa reduciendo el estrés oxidativo y promoviendo la regeneración de las células hepáticas. Puedes prepararlo con raíces frescas de diente de león o usar bolsitas de té orgánico y beberlo tibio antes del desayuno.
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