1. Pregúntale constantemente a tu hijo
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Preguntarle a tu hijo una y otra vez qué le preocupa puede frustrarlo y hacer que quiera afrontar el problema solo.
Todos lidiamos con el estrés de diferentes maneras, y nuestros hijos no son la excepción. Por eso, en lugar de presionar a tu hijo para que te diga algo que no quiere contarte, intenta hacerle preguntas menos directas.
2. Instar a los niños a casarse
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No tiene nada de malo que los padres deseen que sus hijos tengan una buena vida. Sin embargo, es perjudicial cuando esto se convierte en una obsesión paterna.
Las conversaciones interminables sobre el matrimonio y la crianza de los hijos no acercan ni distancian la relación. Los padres que insisten en estas cosas se enfrentarán a que sus hijos se resistan a dejar de comunicarse con ellos.
3. Comparte y guarda la foto de tu bebé en redes sociales
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Hoy en día, las redes sociales se han popularizado y muchos padres suelen compartir información sobre sus hijos en línea. Sin embargo, según una encuesta de la Universidad de Washington y la Universidad de Michigan (EE. UU.), muchos niños se preocupan por lo que comparten sus padres y publican demasiadas fotos en redes sociales.
Muchas de las historias que los adultos consideraban divertidas y divertidas resultaron vergonzosas y decepcionantes para los niños. Los niños encuestados dijeron que sus padres deberían preguntarles antes de publicar, cómo se sienten y si está bien publicar.
4. Evitar que los niños sean libres
Es normal y sano que los niños busquen más libertad. Cuando esto sucede, los padres suelen interpretarlo como una falta de respeto o una pérdida de control sobre sus hijos, lo que puede llevarlos a ser más controladores.
En este caso, en lugar de establecer reglas más estrictas, deja que tu hijo las establezca él mismo y observa cómo asume la responsabilidad. Cuando vea que confías en él, podría mostrar una faceta más madura y responsable que no has visto antes.
5. Conviértete en padrastro o madrastra
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"Los padres despejan el camino" es un término utilizado para describir a los padres que eliminan todos los obstáculos en el camino de sus hijos hacia el éxito y no quieren que sus hijos enfrenten dificultades al estar dispuestos a intervenir y hacer cosas por ellos.
La profesora de psiquiatría Cheryl Kennedy, de la Facultad de Medicina de Nueva Jersey (EE. UU.), afirmó que hacer todo por los niños o dejar que lo logren todo con demasiada facilidad les dificultará las cosas. Acudir al rescate cada vez que los niños fallan les permite no pensar y comprender que deben resolver el problema.
"Creo que sólo hay que guiar a los niños cuando sea necesario, pero recuerda no hacer el trabajo por ellos", dijo el profesor Kennedy.
6. No dejes que tu hijo llore.
Llorar cuando se siente herido es normal para todos, incluidos los niños. Foto ilustrativa.
Muchos padres creen que decir "llorar es malo" es la única manera de que su hijo deje de llorar. Pero esta respuesta puede hacer que el niño se vuelva retraído y tímido. Llorar cuando se siente herido es normal para todos, incluidos los niños.
7. Convertirse en un padre helicóptero
Monitorear el desarrollo de su hijo es esencial. Sin embargo, los padres que supervisan a sus hijos como si fueran helicópteros que sobrevuelan el lugar.
Al supervisar cada aspecto de la vida de su hijo, le roba su independencia y capacidad de tomar decisiones. Un estudio de 2016 de la Universidad Estatal de Florida descubrió que ser un padre helicóptero afecta negativamente la salud mental de los adolescentes, provocando ansiedad y menor satisfacción vital. Al permitir el fracaso, su hijo aprende resiliencia.
8. Concepto de género
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Esta es una situación que se da en muchas familias, donde los conceptos de género y el afecto de los padres hacia los distintos hijos son diferentes.
Por ejemplo, el hijo mayor tiene que hacer más trabajos que el menor, la hermana mayor tiene que hacer trabajos de mujeres... Si los padres no prestan atención a este tema, los conflictos entre hermanos pueden llegar a ser extremadamente graves en el futuro.
9. Comparación
Muchos adolescentes y adultos dicen que el recuerdo de haber sido comparados con otros los persigue mucho después de morir. Foto ilustrativa.
Muchos padres creen que la comparación es una forma de dar ejemplo y ayudar a sus hijos a aprender mejor de los demás. Sin embargo, este es un comportamiento perjudicial que debe evitarse y eliminarse, como "¿Por qué no puedes ser como tu hermano?". Esto genera estrés, vergüenza e insatisfacción en los niños, y no les ayudará en absoluto a esforzarse.
Muchos adolescentes y adultos informan que los recuerdos de haber sido comparados con otros los persiguen mucho después de haber nacido, y les hacen sentir como fracasados.
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