La comunidad tecnológica mundial está nuevamente conmocionada por la noticia de que Google ha decidido "tomar medidas" contra unos 200 empleados de su división comercial global.
La medida, que tuvo lugar el 6 de mayo, reportada inicialmente por The Information y posteriormente confirmada por Google a Reuters, no solo es una cifra reveladora, sino también una clara señal de un profundo cambio estratégico en el gigante de las búsquedas. No es la primera vez este año que Google recorta personal. Anteriormente, la división de Plataformas y Dispositivos, que produce Android, Pixel y Chrome, también experimentó una reestructuración similar.
El anuncio oficial de Google enfatizó que estos cambios buscan "mejorar la colaboración y optimizar la capacidad de atender a los clientes de forma más rápida y eficiente". Sin embargo, en general, se trata claramente de una estrategia para reasignar recursos, centrando todos los esfuerzos en los dos frentes más candentes de la actualidad: la inteligencia artificial (IA) y los supercentros de datos.
El círculo vicioso de Silicon Valley: recortar para reinvertir
El hecho de que los gigantes tecnológicos estén despidiendo empleados en segmentos de negocio maduros o inadecuados para invertir en tecnologías emergentes no es nuevo en Silicon Valley. Esto se ha convertido prácticamente en una fórmula familiar, un ciclo de transformación necesario para mantener el impulso de crecimiento y la competitividad.
En retrospectiva, en 2016 se produjeron despidos a gran escala en Intel (12.000 puestos de trabajo), IBM (más de 5.000) y Cisco (5.500), con el objetivo de redirigir el capital y el talento a áreas prometedoras como la Internet de las cosas (IoT) y la computación en la nube, tecnologías que han definido la última década.
El ciclo actual presenta similitudes, pero con una nueva estrella: la IA. Meta, la empresa matriz de Facebook, ha despedido a aproximadamente el 5% de su plantilla (3600 personas). Microsoft también ha recortado menos del 1%. Lo que estas decisiones tienen en común es que están dirigidas a departamentos que no apoyan directamente la estrategia de desarrollo de IA.
Solo para Google, su compromiso de invertir hasta 75 mil millones de dólares en infraestructura de IA y centros de datos es una poderosa demostración de que el objetivo no es solo ahorrar costos, sino una reasignación de recursos a gran escala.
Esta estrategia refleja el modelo de "destrucción para crear": eliminar antiguas ramas para nutrir futuros brotes tecnológicos, una fórmula que ha ayudado a Silicon Valley a abrirse paso continuamente y liderar el mundo durante décadas.

Google acaba de despedir a 200 empleados para "despejar el camino" para la IA y los centros de datos (Foto: Reuters).
Nueva era de despidos: No más "igualación", el rendimiento habla
Lo destacable de esta ola de despidos no es solo el motivo de la reestructuración, sino también su implementación. La declaración de Google sobre "aumentar la cooperación" y optimizar la eficiencia parece revelar una nueva tendencia en la cultura de gestión de recursos humanos en las corporaciones tecnológicas: los despidos se basan en evaluaciones individuales de desempeño y su adecuación a los objetivos estratégicos, en lugar del confuso estilo de "despido masivo" del pasado.
Un claro ejemplo de esta tendencia son los despidos de Meta en 2025, que se centraron en el 5% de los empleados con menor rendimiento. De igual forma, Microsoft también se basa en evaluaciones de rendimiento para tomar sus decisiones finales sobre el personal. Este enfoque es más matizado y busca construir un equipo eficiente y eficiente, verdaderamente alineado con sus ambiciosos objetivos de IA.
Esto contrasta marcadamente con las oleadas de despidos anteriores. En 2016, por ejemplo, HP eliminó hasta 3.000 puestos e Intel recortó el 11 % de su plantilla en un importante proceso de reestructuración. Estos recortes masivos suelen generar inseguridad generalizada y pueden afectar negativamente la moral de quienes permanecen.
La transición a despidos basados en el rendimiento y la idoneidad no solo reduce la confusión en el mercado laboral, sino que también transmite un mensaje implícito a todos los empleados: ya no existe el concepto de "intocabilidad", incluso cuando la empresa "funciona bien". El rendimiento, la adaptabilidad y la contribución a los nuevos objetivos estratégicos son clave para asegurar un puesto en un entorno competitivo y en constante cambio.
La IA está transformando la industria tecnológica y el mercado laboral
Si bien las empresas tecnológicas tienen razones de peso para reestructurarse, es innegable que la ola de despidos está generando un estrés e incertidumbre imprevistos para miles de trabajadores. Solo en el primer trimestre, la industria tecnológica mundial experimentó más de 22.000 recortes de empleos. Solo en febrero, esa cifra alcanzó los 16.084, lo que demuestra la amplitud y la agresividad de esta tendencia de "optimización continua".
Para los directamente afectados, esto supone un gran impacto, que les obliga a buscar rápidamente nuevas oportunidades, incluso a cambiar de carrera. Para quienes se quedan, la presión por demostrar su valía y la preocupación por la estabilidad laboral no son pequeñas. La era de la IA exige nuevas habilidades y nuevas formas de pensar. El aprendizaje continuo, la actualización de conocimientos y la preparación para la adaptación se convierten en requisitos vitales.

En el primer trimestre de 2025, las empresas de la industria tecnológica global eliminaron más de 22.000 empleos (Ilustración: Shutterstock).
Las decisiones de Google, al igual que las de Meta y Microsoft, no son hechos aislados. Son piezas clave en el rompecabezas más amplio del drástico auge de la IA y sus profundas implicaciones para toda la industria tecnológica y el mercado laboral.
La IA ya no es un concepto de ciencia ficción. Está aquí y permea cada aspecto de nuestras vidas, desde nuestra forma de trabajar y divertirnos hasta la forma en que operan las empresas. Para aprovechar al máximo el potencial de la IA, las empresas necesitan centros de datos masivos con capacidades de supercomputación y, lo más importante, un equipo de personas altamente cualificadas en IA, aprendizaje automático y ciencia de datos.
Este cambio inevitablemente creará nuevos "ganadores y perdedores" en el mercado laboral. Quienes posean habilidades que se adapten a la era de la IA serán buscados y recompensados generosamente. Por el contrario, los empleos que puedan automatizarse o que ya no se adapten a la nueva dirección correrán el riesgo de ser recortados.
La reestructuración de Google y otros gigantes tecnológicos es un duro recordatorio de la rapidez con la que cambia el mundo de la tecnología. La reestructuración, si bien dolorosa a corto plazo, podría ser necesaria para que las empresas se adapten y aprovechen las nuevas oportunidades que ofrece la IA.
Sin embargo, es importante que este proceso se lleve a cabo de forma responsable, equilibrando los objetivos empresariales con el factor humano. Para los empleados, este es el momento de revisar sus habilidades, aprender de forma proactiva y adquirir nuevos conocimientos para no quedarse atrás en la revolución tecnológica que se desarrolla a diario. La apuesta de Silicon Valley por la IA ha comenzado, y este juego promete muchas más sorpresas y dramas por delante.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/ai-len-ngoi-google-tram-nhan-su-bao-sa-thai-can-quet-toan-cau-20250508124202204.htm
Kommentar (0)