Desde seminarios profesionales sobre inteligencia artificial en periodismo y medios de comunicación, entrevistas como "conferencistas de la era de la IA" hasta reuniones de exalumnos. Y en todas esas conversaciones, siempre surge una preocupación común: la IA y el futuro de los profesionales.
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Mis alumnos preguntaron: «Maestro, ¿seguiremos teniendo trabajo?». Un exalumno me confesó: «Las herramientas que antes permitían hacer muchas cosas las teníamos que conseguir nosotros mismos. Ahora la agencia está optimizada, me pregunto si aún tenemos una oportunidad...». Y aunque intenté mantener la fe, hubo momentos en que me detuve a pensar: al final, ¿qué quedaba?
Vivimos en una era donde la tecnología puede cambiar tanto la velocidad de producción como la forma en que recibimos información. La inteligencia artificial puede escribir artículos, crear videos y simular emociones. Pero a pesar de todas estas comodidades, sigo creyendo que lo que define a un periodista no son las herramientas, sino la amabilidad, la sobriedad y la presencia real de un ser humano.
El periodismo se trata de personas: escribir para los lectores y ser responsable ante la comunidad. Se trata de decisiones: qué escribir, cómo escribir y para quién. La IA no puede responder a estas preguntas con consciencia; solo optimiza los datos y la sintaxis. Los periodistas son diferentes. Saben cómo detenerse ante un problema, evitar el sensacionalismo fácil, distinguir entre "se puede informar" y "debe informarse". Y lo más importante, son responsables del trabajo que crean: con su nombre, su conciencia y su personalidad profesional.
Como profesor, no creo que sea mi trabajo enseñar a los estudiantes a evitar la tecnología. Al contrario, siempre los animo a aprender a usarla de forma selectiva y responsable. Lo que me preocupa no es que la IA escriba artículos, sino la pérdida de la capacidad de los humanos para cuestionar, verificar y reflexionar. Cuando las cosas se vuelven demasiado fáciles y rápidas, la gente se conforma fácilmente con un manuscrito fluido que carece de veracidad. En periodismo, la verdad nunca debe ocultarse.
En mi clase, he visto a estudiantes usar IA para casi todas las tareas de aprendizaje: desde investigar conocimientos, hacer ejercicios, planificar contenido para informes hasta preparar diapositivas. Pero cuanto más la usan, más confundidos se sienten: "Profe, no sé si este resultado es correcto o incorrecto...", o "¿Debería escribirlo yo mismo ahora, profesor?", o "Ya me he acostumbrado, ahora me da vergüenza escribirlo yo mismo, profesor". Y yo mismo, como profesor, también estaba confundido: cómo evaluar a los estudiantes, cómo animarlos a desarrollar un pensamiento real, no solo a ser quienes descifran los resultados de la máquina.
Solía decirles a los estudiantes: «Pueden pedirle a la IA que sugiera ideas o edite frases. Pero tienen que escribir la frase final. Y tienen que responsabilizarse de ella». Esto no es solo un consejo de escritura, sino un mensaje sobre ética profesional. El periodismo, después de todo, no se trata solo de informar las noticias con la mayor rapidez y amplitud posibles; se trata de no perder nuestra humanidad en un mundo cada vez más automatizado.
Contamos historias, no porque la IA aún no pueda contarlas, sino porque las historias humanas necesitan ser contadas por humanos, con emociones, comprensión y una ética profesional inprogramables. Entre cientos de herramientas inteligentes, los periodistas aún necesitan conservar algo que parece antiguo, pero nunca redundante: el periodismo, para seguir siendo humanos.
PHAM HUONG (Profesor de Periodismo, Universidad de Educación - Universidad de Danang )
Fuente: https://baoquangtri.vn/ai-va-tuong-lai-cua-nguoi-lam-nghe-bao-194438.htm
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