Kenneth Eugene Smith, de 58 años, fue condenado a muerte en 1989 tras ser declarado culpable de asesinato. Será el primer reo en el corredor de la muerte en ser ejecutado con gas nitrógeno en el estado de Alabama.
Alabama es uno de los tres estados de EE. UU. que aprueba la pena de muerte por asfixia con oxígeno. Foto: DW
En 2022, sufrió una ejecución fallida por inyección letal, que según sus abogados le causó un dolor físico y psicológico severo, incluido un trastorno de estrés postraumático.
De llevarse a cabo, la ejecución de Smith sería la primera en utilizar gas desde 1999, cuando un asesino convicto fue ejecutado con gas de cianuro de hidrógeno.
La ejecución de Smith está programada para llevarse a cabo a menos que reciba un indulto de último minuto de un tribunal federal en un intento por detenerla.
El gas nitrógeno se administra a través de una máscara, privando al cuerpo de oxígeno y provocando la muerte. Alabama es uno de los tres estados que han aprobado el uso de este método para las ejecuciones.
El fiscal general de Alabama, Steve Marshall, describió el controvertido método como "quizás el método de ejecución más humano jamás ideado".
Sin embargo, Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra, advirtió que el método podría “constituir tortura u otras formas de trato o castigo cruel, inhumano o degradante, según el derecho internacional de los derechos humanos”.
En 2023 habrá 24 ejecuciones en Estados Unidos, todas ellas realizadas mediante inyección letal.
Los estados de EE. UU. que aún imponen la pena de muerte encuentran cada vez más dificultades para obtener sedantes para su uso en los procedimientos de inyección letal.
La pena de muerte ha sido abolida en 23 estados de EE. UU., mientras que los gobernadores de otros seis estados (Arizona, California, Ohio, Oregón, Pensilvania y Tennessee) han suspendido su aplicación.
Mai Anh (según AFP, AP, Reuters)
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