En una serie de estudios publicados en la revista Nature Astronomy, astrónomos internacionales dijeron que el número de satélites en órbita terrestre baja se ha más que duplicado desde 2019, cuando la compañía estadounidense SpaceX lanzó la primera "constelación de satélites" a gran escala de miles de satélites.
También se planea el lanzamiento próximo de una nueva constelación de satélites de internet, que sumará miles de satélites a la ya densamente poblada región a menos de 2000 km de altitud. Los astrónomos también señalan que con cada nuevo satélite que aparece en órbita terrestre baja, aumenta el riesgo de colisión con otro objeto que orbita la Tierra, lo que genera más desechos. Esto podría generar una reacción en cadena, con colisiones sucesivas que generan fragmentos de desechos aún más pequeños, sumándose a la nube de "basura espacial" que refleja la luz hacia la Tierra.
Los astrónomos advierten que la creciente contaminación lumínica amenaza la actividad astronómica.
En un estudio, astrónomos afirman haber determinado por primera vez el impacto financiero y científico de un cielo nocturno más brillante en las operaciones de un importante observatorio. Específicamente, mediante simulaciones, determinaron que, para el Observatorio Vera Rubin, en construcción en Chile, la parte más oscura del cielo nocturno será un 7,5 % más brillante en la próxima década que en la actualidad, lo que significa que el número de estrellas que Vera Rubin podrá observar será un 7,5 % menor. Esto añadirá casi un año al estudio del observatorio, con un costo de 21,8 millones de dólares.
Ilustración: NASA
John Barentine, coautor del estudio y consultor de Dark Sky, una consultora estadounidense, advirtió sobre otra consecuencia imprevista del aumento del brillo en los cielos nocturnos: fenómenos astronómicos que los humanos jamás podrán observar. Según él, el aumento de la contaminación lumínica tiene consecuencias más graves de lo que la gente imagina.
Los cielos nocturnos más brillantes no sólo afectan las observaciones astronómicas sino que también amenazan la "antigua relación entre los humanos y el cielo nocturno", advierten los investigadores.
La astrónoma Aparna Venkatesan, de la Universidad de San Francisco, destacó que "el universo es nuestra herencia y ascendencia común, que nos conecta a través de la ciencia, el arte, las historias y las tradiciones culturales, y ahora el universo está en peligro".
Ante esta situación, un grupo de astrónomos de España, Portugal e Italia instó a los científicos a detener el ataque al cielo nocturno, limitando el lanzamiento de satélites a la órbita terrestre. Los astrónomos advirtieron que la pérdida de la belleza natural del cielo nocturno a nivel mundial se convertiría en una amenaza global sin precedentes para el patrimonio cultural y natural, además de amenazar los intereses económicos futuros.
Según el periódico VNA/Tin Tuc
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