La belleza de la pesca con cerco es una combinación de belleza natural y trabajo humano.
Las grandes redes, al arrojarse al mar, crean formas únicas y suaves, como cintas de seda, bajo la luz del sol o las luces de los barcos de pesca, creando una imagen vívida y colorida.
Los fotógrafos comentaron que, cada vez que se recogía la red, su forma cambiaba continuamente, a veces redonda, a veces con forma de hoja, incluso con forma de corazón, aportando una belleza artística única a la superficie del mar.
Las redes de pesca, aunque están hechas de monofilamento áspero y rígido cuando están en la tierra, se vuelven suaves y flexibles como la seda cuando se arrojan al mar.
Al tirar de la red, su forma cambia continuamente, a veces redonda, a veces en forma de hoja o incluso en forma de corazón, creando unas "flores de red" únicas.
Foto: Quan Nguyen
¡Vietnam!
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