La órbita terrestre está cada vez más congestionada, y el lanzamiento simultáneo de cientos de microsatélites por parte de Starlink de SpaceX contribuye significativamente al problema. Pero existe un "enemigo natural" en el espacio que amenaza a todos los satélites: la energía solar.
Las tormentas solares, cada vez con mayor frecuencia, están causando graves impactos negativos en las operaciones de los satélites.
Un nuevo estudio ha revelado los efectos inesperados y graves de las tormentas solares en los satélites Starlink de SpaceX, lo que es especialmente preocupante dado que los satélites solo están diseñados para operar durante unos cinco años.
Aunque los satélites más afectados sólo quedaron desactivados temporalmente, durante 10 a 12 días, lo que llevó a algunos a creer que el impacto fue insignificante, los investigadores advierten que los efectos de la tormenta solar en realidad podrían causar mucho más daño.
En concreto, las tormentas solares incrementan la resistencia atmosférica sobre los satélites individuales, incrementando así significativamente el riesgo de colisiones entre ellos, un desafío ya enorme en la gestión de objetos en la órbita terrestre.

Además de un espacio orbital cada vez más limitado, los investigadores también destacan que los satélites de la Tierra se encuentran actualmente en un estado extremadamente desventajoso.
La Estación Espacial Internacional (EEI) debe ajustar periódicamente su órbita para evitar los desechos de lanzamientos anteriores de naves espaciales y satélites. Aún más preocupante, actualmente no existe ninguna obligación legal para que los fabricantes se equipen con sistemas de reentrada controlada para limitar los desechos espaciales.
Como resultado, muchos satélites, incluido Starlink, se están lanzando a la órbita sin ningún mecanismo para traerlos de regreso a la Tierra de manera controlada.
El creciente número de satélites que vuelven a entrar en la atmósfera de forma incontrolable supone un mayor riesgo de que uno de ellos caiga y cause daños en la Tierra.
Si bien muchos satélites están diseñados para desintegrarse completamente al reingresar, esto plantea otro problema: agregar más metales a la atmósfera podría afectar negativamente nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático.
Si bien este estudio se centra principalmente en los satélites Starlink, es importante destacar que este no es un problema exclusivo de SpaceX. Es un desafío común al que se enfrenta cualquier país que lanza equipos a la órbita terrestre, ya que las tormentas solares afectan negativamente a todos los satélites.
Los problemas con los satélites en órbita terrestre son más graves que nunca y requieren medidas urgentes. Si bien algunos investigadores han propuesto satélites de madera como una posible solución, el camino hacia la investigación y la aplicación práctica aún es largo.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/bao-mat-troi-dang-huy-hoai-cac-ve-tinh-khong-gian-20250605041805911.htm
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