Según el padre del paciente, en el momento del incidente, el niño jugaba solo en el baño. La familia desconocía que el niño estuviera jugando con alcohol hasta que oyeron gritos de auxilio y descubrieron llamas saliendo de su cuerpo. Los familiares apagaron el fuego de inmediato y lo trasladaron rápidamente al Hospital Nacional Infantil para recibir tratamiento de urgencia.
En el Departamento de Urgencias y Control de Envenenamientos, tras un examen y las pruebas necesarias, los médicos diagnosticaron al niño quemaduras térmicas por alcohol de segundo y tercer grado, que cubrían aproximadamente el 19% de la superficie corporal.
El Dr. Phung Cong Sang, Maestro, Especialista II, Jefe de la Unidad de Quemados y Subjefe del Departamento de Ortopedia del Hospital Nacional Infantil, declaró que inmediatamente después de su ingreso, el niño recibió tratamiento de emergencia según un régimen de tratamiento especializado: sedación, alivio del dolor, reposición de líquidos, limpieza de la quemadura y vendaje de la herida con gasa especializada que tiene efectos antisépticos y analgésicos, minimizando así la propagación de quemaduras.
Durante el proceso de tratamiento, el equipo de médicos y enfermeras no solo se centra en el cuidado de las heridas, sino que también estabiliza la psicología del niño, le proporciona orientación nutricional y asesoramiento psicológico, ayudándole a recibir mejor el tratamiento.
Gracias a que fue trasladado rápidamente al hospital y recibió el tratamiento adecuado, la salud del niño se ha estabilizado y ha sido dado de alta.
Las quemaduras producidas por el consumo de alcohol son una de las causas más comunes de quemaduras térmicas en la vida cotidiana, especialmente en niños curiosos que disfrutan explorando y experimentando con sustancias inflamables. La mayoría de los incidentes ocurren sin la supervisión de un adulto.
Las quemaduras por alcohol, al igual que las quemaduras térmicas, se clasifican en tres grados: leves, moderadas y graves. En cualquier grado, la aplicación oportuna y adecuada de primeros auxilios es fundamental para limitar los daños y prevenir complicaciones.
Cuando se produce una quemadura por alcohol, los padres deben: Detener el contacto con la fuente de alcohol, alejar al niño de la zona del fuego para evitar que se vuelva a quemar, si la ropa está en llamas, extinguir el fuego cubriendo la zona quemada con una toalla o paño húmedo, no utilizar materiales inflamables como nailon para extinguir el fuego; quitar la ropa y los accesorios que se encuentren alrededor de la zona quemada, como anillos, pulseras y collares.
Los padres deben enfriar la zona quemada vertiendo o sumergiendo la herida en agua limpia y fresca durante 10 a 30 minutos (es importante mantener caliente la zona no quemada para evitar la hipotermia en los niños). No se debe usar hielo ni aplicarlo directamente, ya que puede empeorar la lesión.
Cubra suavemente la zona quemada con una gasa limpia o una toalla estéril, evitando apretar demasiado el vendaje. No aplique medicamentos en la zona quemada sin consultar a un médico. Después de los primeros auxilios, lleve al niño al centro médico más cercano para que lo examinen y le den el tratamiento necesario.
Además de los primeros auxilios, prevenir las quemaduras por alcohol es fundamental para evitar accidentes. Los médicos recomiendan: guardar el alcohol y las sustancias inflamables en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños; seguir las instrucciones al usar alcohol; no quemar alcohol en un espacio cerrado ni en un lugar con muchos objetos inflamables; brindar a los niños conocimientos básicos de primeros auxilios y enseñarles a reconocer los peligros, previniendo así los accidentes cotidianos.
Fuente: https://nhandan.vn/be-trai-bong-nang-do-tu-lam-thi-nghiem-voi-con-tai-nha-post922327.html






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