
El libro esboza la forma de la capital en la memoria y sus cambios, e invita al lector a participar en el diálogo silencioso entre el pasado y el presente, entre quienes se han ido lejos y la ciudad que permanece para siempre en sus corazones. Sin escribir sobre los grandes cambios, el autor Nguyen Xuan Hai recopila con calma y discreción "piezas inconexas" para crear un espacio separado de recuerdos, sabores y, sobre todo, del alma de los hanoienses.
“Hanói en mí” tiene un estilo de escritura sencillo pero profundo, basado en la investigación cultural y con la voz susurrante de una persona que elige regresar a las calles, tiendas y calles de antaño, y a los sabores de las cuatro estaciones, creando un Hanói a la vez concreto y vagamente nostálgico. La obra también contiene reflexiones sobre la identidad, la memoria y la identidad urbana.
“Hanói en mí” tiene un estilo de escritura sencillo pero profundo, basado en la investigación cultural y con la voz susurrante de una persona que elige regresar a las calles, tiendas y calles de antaño, y a los sabores de las cuatro estaciones, creando un Hanói a la vez concreto y vagamente nostálgico. La obra también contiene reflexiones sobre la identidad, la memoria y la identidad urbana.
El autor Nguyen Xuan Hai tiene un doctorado en Economía por la Universidad Johns Hopkins y una maestría en Matemáticas por la Universidad de Tennessee. Con esta información, muchos pueden imaginarlo más apegado a los números, la razón y la ciencia. Pero con "Hanoi in Me", los lectores conocen a otra persona, con un alma sensible y profunda, imbuida de la apariencia de un poeta que sabe disfrutar y serenar cada aliento de la vida. Es este paralelismo entre la razón y la emoción lo que confiere a su prosa una belleza especial, refinada y delicada en la observación, profunda en la contemplación y suave en el fluir de la memoria.

El libro está construido como una epopeya multitonal, que abre diferentes niveles y dimensiones espaciales de la memoria humana.
La estructura de seis partes, desde "Recuerdos de Hanói de 24 horas" hasta "Contemplación y reflexión", es un viaje mental que va de las emociones a las experiencias y reflexiones. Esta operación genera profundidad de pensamiento y emoción, lo que ayuda al libro a trascender los límites de una colección de notas personales para convertirse en un símbolo del viaje de regreso al yo en el espacio de Hanói.
La sección inicial de "Memorias de Hanói" transmite el pulso completo de la ciudad en 24 horas, desde la mañana, el día, la noche hasta el sueño de la ciudad. La estructura temporal cíclica hace que el lector sienta que vive, respira, camina y sueña con la ciudad. Los ensayos "Carta a la Hermana", "Adiós Hanói", "Amor", "Vagando al Principio del Invierno", "Hoa Khanh Linh"... continúan con un flujo de emociones íntimas, retratando a Hanói como un alma gemela.
El autor no observa desde fuera, sino que se adentra en el fluir del tiempo, de modo que cada detalle de la vida cotidiana: el llanto, el aroma de las flores, la primera lluvia del invierno... se convierte en una parte importante de la conciencia. Si llamamos a la primera parte «tiempo vital», este es también el eje emocional central que rige todo el libro.
Del ritmo de la vida al espacio, la segunda parte es como un mapa mental con piezas: "Invierno en Hanoi", "Hanoi y yo", "Historias aleatorias de Hanoi", "El Lago Oeste ese año parecía más verde", "Cigarras cantando - el verano regresa"... formando una serie de recuerdos siguiendo los pasos de la estación, el lugar y la emoción.
Cabe destacar que la estructura no está dispuesta linealmente. Cada "esquina" no está conectada geográficamente, sino que depende del flujo emocional, como si Hanói se reconstruyera en el subconsciente del escritor. "Hablando con Hanói", "Oh, Hanói..." son dos puntos destacados que demuestran que Hanói no se ha convertido realmente en un tema de diálogo, que sabe escuchar, empatizar, responder... con la sutileza y sensibilidad del escritor.
Tras el espacio, llega el gusto. El autor parece comprender que para llegar al alma de Hanói, hay que recorrer los acogedores y sencillos restaurantes. Los ensayos «Comida nocturna», «Historias del almacén de agua», «¡Pinturas musicales que siguen igual que antes!», «Comiendo pho»… narran con desenfado historias culinarias que despiertan la memoria cultural.
La cocina, desde la perspectiva y los sentimientos del autor, no se describe por la saciedad material, sino a través de una sensación de nostalgia: el sabor asociado a un rostro, una tarde o una pieza musical antigua. Mediante la estructura de la transferencia de sentimientos, de la vista al gusto y luego a la memoria, esta parte contribuye a que toda la colección de ensayos se vuelva más vívida y cálida.
La Parte IV, «Fragmentos de Vida y Emociones», puede concebirse como un espacio abierto del «yo» al «nosotros». Por lo tanto, la estructura del libro se proyecta del individuo a la comunidad. Los ensayos: «¡Hogar! ¡Dulce hogar!», «Discurso a Hue», «Canción para una noche tormentosa…», «Vodka», «Tarde de lluvia, calles concurridas…» fusionan sonidos interiores con la contemplación del mundo.
En esta parte, Hanói deja de ser un lugar específico para convertirse en un escenario emocional común, un espacio donde se dan encuentros, separaciones, pasiones y arrepentimientos. El autor demuestra su madurez literaria al saber tomar distancia para observar y contemplar. El cambio estructural de lo "privado" (Hanói) a lo "público" (vidas) es un punto culminante humanístico de todo el libro.
La quinta parte, titulada "Diario a través de Vietnam", es como una historia paralela. El autor, al ubicar esta parte tras haber construido un retrato completo de Hanói, es una decisión estructural muy sutil e inteligente: al salir de Hanói, el escritor puede comprender la ciudad con mayor profundidad. Frases como: "Justo después de Hanói a esta hora, ¿está lloviendo, querida?", "Cao Bang - Bac Kan - Hanói", "Sai Do Ky"... abren el viaje geográfico y, al mismo tiempo, cierran temporalmente el viaje mental. Hanói se convierte en un punto de referencia para la memoria y también en la base de la comparación, la nostalgia y el retorno.
La estructura de seis partes concluye con ensayos contemplativos: "Dientes de pollo", "Viejas confesiones", "Escritura para los años 20", "Después de Viaje al Oeste: Historias recién contadas"... Si la primera parte trata sobre emociones, la última sobre pensamientos. El autor ya no escribe específicamente sobre Hanói, sino que parece haber esbozado su propio retrato, a lo largo del proceso de vivir, amar y dejar Hanói. El tono sereno, mezclado con un toque de autocrítica, hace que este final sea conmovedor y profundo.
Aunque se extiende por muchas tierras, desde Lang Son, Cao Bang, Saigón… hasta tierras incluso más lejanas, “Hanoi en mí” todavía no abandona la órbita de la ciudad central en mi mente.
Otros nombres de lugares no parecen necesariamente ampliar el espacio del relato de viaje, sino que contribuyen a reubicar Hanói en las profundidades. Al escribir sobre cualquier lugar, el escritor siempre ilumina el extraño paisaje con la luz de los recuerdos de Hanói; incluso en sus viajes por Vietnam, Hanói sigue siendo el eje emocional dominante, el "camino raíz" al que conducen todos los demás.
En sentido simbólico, la aparición de numerosos topónimos es la forma en que el autor crea un mapa psicológico del expatriado, donde el espacio físico es solo una excusa para revelar el espacio de la memoria. Esta técnica hace única la estructura del ensayo: cuanto más se aleja, más clara se vuelve Hanói; cuanto más tierras se recorren, más profunda se hace la imagen de Hanói en el subconsciente.


Así, Hanoi en el libro es el “eje espiritual” donde convergen todos los viajes; cada viaje es una prueba para la nostalgia; cada nueva tierra es un espejo que refleja el ego… Al escribir sobre esos lugares, el autor no describe, sino que dialoga con Hanoi en su corazón.
El elaborado libro no sigue una estructura rígida, sino que cada parte puede leerse de forma independiente, aun así, resuena con emociones y pensamientos. Hanói se presenta no solo como un espacio geográfico, sino como un organismo vivo, en constante movimiento con el tiempo, la gente, los sabores, los recuerdos y la filosofía de vida.
Por eso, la colección de ensayos es como un mapa del alma, que ayuda al escritor a dialogar con el pasado, con la ciudad y consigo mismo. La estructura de seis partes —desde el «sentimiento» hasta la «realización»— ha creado un viaje completo.
La estructura también demuestra que Nguyen Xuan Hai no escribe con espontaneidad, sino que posee una conciencia estética del movimiento de las emociones. A partir de los detalles triviales, construye un todo con una profunda resonancia, conectando el «Hanói material» con el «Hanói espiritual».
«Parece que simplemente estoy reescribiendo lo que los escritores de Hanói han dicho, contado y descubierto, a mi manera torpe…» —Las palabras del autor tienen un tono humilde y cohibido. Esa es «modestia artística», que en realidad es también el manifiesto del escritor.
Nguyen Xuan Hai sabe que se ha escrito demasiado sobre Hanoi, desde Thach Lam, Bang Son, Nguyen Viet Ha hasta Nguyen Ngoc Tien... Pero es en su autoproclamada "torpeza" que los lectores pueden sentir las cualidades únicas de una persona que está lejos, tratando de aferrarse a las cosas más frágiles como los olores, los sonidos, los sentimientos...
Nguyen Xuan Hai ya no "describe" Hanói, sino que dialoga. Ese es el punto que sitúa su literatura entre dos mundos: la literatura de la memoria y la literatura de la autoconciencia.
No puedo hablarte del bullicioso Londres, no puedo hablarte del próspero Washington D. C.... porque mi alma pequeña y estrecha solo tiene espacio para una ciudad apacible junto al caudaloso Río Rojo, una cafetería estrecha al final de un callejón y una acera tosca y empedrada, ligeramente perfumada con flores de leche al comienzo del otoño... Este es uno de los pasajes más notables del libro, a la vez una confesión y una declaración de sentimientos.
El autor no oculta su "alma estrecha", sino que la convierte en valor. Esa es la "estrechez" de la fidelidad al recuerdo, la "estrechez" del amor único. Las imágenes de este párrafo se organizan en una estructura de coexistencia fugaz, como escenas externas distantes y borrosas, para crear un fondo donde "Hanói - Río Rojo - cafetería al final del callejón - acera de flores de leche" se eleva con intensa sensualidad.
Cuanto más lejos del mundo, más cerca está Hanoi; cuanto más viajas, más se “localiza” el amor de una manera muy cercana y sagrada.
La estructura contribuye al efecto de contraste emocional: cuanto más lejos del mundo, más cerca está Hanoi; cuanto más viajas, más se "localiza" el amor de una manera muy íntima y sagrada.
Los hanoienses comen no solo por la deliciosa comida, sino también por el paisaje circundante y por la familiaridad, aunque sea algo demasiado antiguo y anticuado. Come para recordar, para rememorar, para rememorar, querido mío... Este es uno de los pasajes que demuestra claramente la capacidad cultural de Nguyen Xuan Hai.
En sus ensayos, la cocina no se considera un tema, sino una forma de memoria colectiva. «Comer para recordar, para rememorar» contiene la filosofía de la cultura urbana: la comida, además de sabor, es también un ritual de memoria y creencia.
En la colección de ensayos, el tono a menudo cambia de la narración al diálogo, creando una sensación de intimidad y privacidad, como susurros durante una cita en un viejo café o en una calle familiar.
En un nivel más profundo, vemos un Hanói que se desvanece con el tiempo, y cada plato se convierte en una prueba viviente del pasado. Aquí es donde la escritura de Nguyen Xuan Hai aborda la sensación de pérdida, un tema central de la literatura urbana contemporánea. Aquí, Nguyen Xuan Hai no busca restaurar el antiguo Hanói, pero es muy consciente del cambio. El escritor se sitúa en esa línea, la posición de un sujeto moderno, nostálgico y receptivo a la realidad. En ese sentido, el autor es a la vez un guardián y un testigo del fin.
En el libro, las páginas sobre el invierno causan una impresión especial. Simbólicamente, el «invierno» en la escritura de Nguyen Xuan Hai es un momento condensado de memoria, cuando todos los sonidos, diálogos y movimientos de la vida se desvanecen para que la gente pueda escuchar su voz interior.
La narrativa interna se convierte en el elemento que acerca su escritura a la poesía y posee una tendencia meditativa. El autor parece haber rechazado toda intención de "gran narrativa"; no pretende crear un retrato completo de Hanói, sino que se limita a "recopilar fragmentos dispersos" con modestia. Este estilo de escritura evoca la "estética del fragmento" de la literatura moderna, expresando la verdad no en la imagen completa, sino en cada fragmento emocional.
“Hanoi en mí” es una obra que fusiona memoria y conocimiento, cultura y narrativa, representando la tendencia de la prosa urbana contemporánea.
“Hanói en mí” es una obra que fusiona memoria y conocimiento, cultura y narrativa, representando la tendencia de la prosa urbana contemporánea. Nguyen Xuan Hai escribe como si quisiera preservar la calidez humana en una ciudad en constante cambio.
En su mundo, la gastronomía, el invierno, los pequeños comercios o las calles… son símbolos de identidad y amor. El libro está escrito con un amor tan perdurable como un fuego invernal. Con una voz delicada, contenida pero cautivadora, el autor hace creer a los lectores que, dondequiera que vayan, cada persona lleva consigo su propio Hanói.
El autor confiesa: «No intento generalizar ni definir Hanói… Reúno esos fragmentos dispersos para crear una imagen pequeña». Es en esa pequeñez y torpeza donde se encuentra un Hanói verdaderamente grandioso, lleno de recuerdos y humanidad.
Leer un libro es como oír las campanas de la Iglesia de San José resonando en la niebla, el aroma de las flores de leche en el cabello de alguien y, de repente, sentir calor por dentro, como si Hanoi susurrara suavemente: Vuelve, todavía hay una ciudad aquí, no muy lejos...
Fuente: https://nhandan.vn/buc-tranh-hoai-niem-va-doi-thoai-trong-tap-tan-van-ha-noi-trong-toi-post914270.html
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