Un equipo de investigadores de la Universidad de Australia Occidental ha observado por primera vez cómo crías de ballenas roban leche de hembras no biológicas para obtener leche y nutrientes adicionales.
Las crías de ballena franca a veces roban leche. Foto: Perth Now
Una investigación publicada en la revista Mammalian Biology por la Universidad de Australia Occidental (UWA) muestra que las crías de ballena franca austral a veces roban leche de hembras que no son sus madres biológicas, informó Newsweek el 24 de enero.
“Se ha observado un comportamiento de lactancia sigilosa en focas y mamíferos terrestres, como ciervos, renos y jirafas, pero nunca en grandes ballenas”, afirmó la estudiante de doctorado Kate Sprogis, del Instituto de Biología Marina y la Facultad de Ciencias Biológicas de la UWA. “El comportamiento que observamos frente a la costa sur de Australia fue dirigido e intencionado por una cría y su madre”.
Las ballenas francas australes viven en el hemisferio sur y migran entre zonas de alimentación según las estaciones, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Su esperanza de vida es probablemente similar a la de las ballenas francas del Pacífico Norte y del Atlántico Norte, con al menos 70 años. Las hembras dan a luz cada tres o cuatro años, con un período de gestación de un año. Las crías suelen permanecer con sus madres durante el primer año de vida.
Es fácil comprender por qué ocurre este comportamiento, ya que puede proporcionar leche y nutrientes adicionales a la cría de ballena. Sin embargo, tiene efectos negativos en la madre biológica, quien necesita alimentar a sus propias crías. Esto se debe a que la madre no las alimenta hasta el final del período de lactancia.
Según Sprogis, las madres no pueden reponer las reservas de energía perdidas. Al final del período de lactancia, deben migrar de regreso a sus zonas de alimentación. Para las ballenas francas australes, esto implica una larga migración desde Australia hasta islas subantárticas o antárticas, donde las hembras reponen su energía comiendo pequeños invertebrados como copépodos y kril.
El descubrimiento es importante porque las ballenas francas australes están amenazadas por la Ley Australiana de Conservación de la Biodiversidad y Protección del Medio Ambiente. Comprender cómo se desarrollan las crías es esencial para las iniciativas de conservación.
Las ballenas francas australes se enfrentan a diversas amenazas, incluyendo la disminución de su población. Antes de la década de 1960, eran cazadas, lo que redujo su población. Desde entonces, la recuperación de la población ha sido lenta. Corren el riesgo de quedar atrapadas en las redes de pesca, lo que puede afectar su capacidad para nadar y alimentarse. También se enfrentan a las amenazas de los barcos, la destrucción del hábitat y el cambio climático.
An Khang (según Newsweek )
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