Hamás, que lleva más de seis meses en conflicto con Israel en la Franja de Gaza, ha manifestado su aprobación del ataque iraní contra Israel. El 14 de abril, Al Jazeera citó un comunicado de Hamás en el que afirmaba que la acción militar de Irán era un «derecho natural» y una respuesta apropiada al ataque contra el complejo de la embajada iraní en Damasco, Siria.
De manera similar, Hezbolá, el grupo libanés que se ha enfrentado con Israel varias veces desde que estalló la guerra de Gaza, ha apoyado a Teherán por su ataque "sin precedentes" contra Israel, calificándolo de "decisión valiente y sabia" en respuesta al ataque en Damasco.
Hezbolá e Israel se han lanzado repetidamente ataques con misiles de represalia en los últimos seis meses. Hezbolá interpreta esto como un gesto de apoyo al pueblo de Gaza y a las fuerzas de Hamás. La escalada de tensiones ha generado preocupación ante la posibilidad de que Hezbolá e Israel repitan una guerra a gran escala similar a la de 2006.
Fuerzas de Hezbolá asisten al funeral del comandante Wissam Tawil en enero de 2024.
Más de 300 misiles y vehículos aéreos no tripulados (VANT) que Irán lanzó contra Israel en la madrugada del 14 de abril fueron interceptados casi en su totalidad. Sin embargo, según CNN, se cree que esto formaba parte de los cálculos de Teherán, ya que podría minimizar las bajas y, al mismo tiempo, tener un alto valor simbólico. El ejército iraní también afirmó que el ataque había "cumplido todos sus objetivos".
Las fuerzas hutíes en Siria y Yemen consideraron legítimo el ataque de Teherán. En una conversación telefónica con su homólogo iraní, Hossein Amir-Abdollahian, el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Faisal Mekdad, afirmó que la respuesta de Irán constituía un legítimo derecho a la autodefensa. En un comunicado aparte, emitido el 14 de abril, el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio expresó la solidaridad de Damasco con la República Islámica de Irán, según la AFP.
El Times of Israel informó el 14 de abril que el ataque no solo provino de Irán, sino que también involucró a aliados de Teherán en Yemen, Líbano e Irak. Simultáneamente al ataque iraní, Hezbolá anunció el lanzamiento de varios cohetes contra posiciones militares israelíes en los Altos del Golán. En respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron haber atacado una importante planta de fabricación de armas de Hezbolá en la aldea de Nabi Chit, Líbano.
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