Aumentar el consumo de verduras verdes, frutas frescas, pescado graso, ajo, té, etc. son formas sencillas de ayudar al cuerpo a reducir el exceso de grasa.
Según el Maestro, Doctor Huynh Hoai Phuong (Centro de Endoscopia y Cirugía Endoscópica Digestiva, Hospital General Tam Anh, Ciudad Ho Chi Minh), el hígado graso es una afección en la que la grasa en el hígado supera el 5% del peso del hígado, dividido en dos tipos: hígado graso alcohólico y no alcohólico. Los estudios demuestran que hasta el 90% de las personas que beben alcohol regularmente tienen hígado graso. Esta tasa en personas obesas es del 95%.
La enfermedad del hígado graso no alcohólico suele estar causada por una dieta desequilibrada, rica en grasas, consumo de muchos refrescos, falta de ejercicio, uso prolongado de medicamentos... lo cual es perjudicial para el hígado, provocando la acumulación de grasa y glucógeno. Estas cosas causan un deterioro de la función hepática, dando lugar a enfermedades como hígado graso, hepatitis, cirrosis y cáncer de hígado.
El tratamiento inicial para el hígado graso es la pérdida de peso, mediante una combinación de restricción calórica, ejercicio y alimentación saludable para reducir el colesterol en sangre y las células hepáticas. La dieta para personas con enfermedad del hígado graso incluye: aumentar el consumo de frutas y verduras verdes, limitar el almidón, el azúcar, la sal, las grasas saturadas y el alcohol.
El doctor Phuong sugiere algunos alimentos que son buenos para el hígado que las personas no deben ignorar.
Hojas de loto y hojas de té
Las hojas de loto contienen muchas sustancias como tanino, nuciferina, ácido cítrico, vitamina C... Estos nutrientes ayudan a equilibrar la proporción de grasas en la sangre en el hígado, contribuyendo así a la recuperación y mejora de la función hepática, ayudando a que el hígado esté sano. Las hojas de loto se pueden combinar con espino, hojas de té verde y algunas otras hierbas para obtener mejores resultados para las personas con hígado graso.
La forma más sencilla es utilizar hojas de loto secas mezcladas con agua hirviendo y beber como té. El té de hojas de loto tiene la capacidad de aumentar la elasticidad de las paredes de los vasos sanguíneos, reducir el colesterol en sangre y prevenir la acumulación de grasa en el hígado. Nota: al beber té, dilúyalo y no beba más de 200-300 ml al día.
Frutas y verduras frescas
Verduras como la col rizada, las hojas de crisantemo, las espinacas, las espinacas de agua, los tomates, las zanahorias, los brotes de bambú, la calabaza, el melón de invierno, el pepino, el melón cantalupo... son ricas en fibra, vitaminas y minerales. Ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre y colesterol, lo que los hace ideales para personas con enfermedad del hígado graso.
Los adultos deben comer 240 g de fruta y 300 g de verduras verdes para aportar suficiente fibra cada día. Entre las frutas y verduras recomendadas para los hígados grasos, el apio y el maíz son dos alimentos que se mencionan mucho. Aceites vegetales como el aceite de soja, aceite de sésamo, aceite de cacahuete...; Los alimentos elaborados a base de soja, judías verdes, frijoles negros… también son beneficiosos para las personas enfermas porque contienen ácidos grasos insaturados.
El salmón es uno de los buenos alimentos para las personas con hígado graso. Foto: Freepik
Peces de agua fría
Pescados como el salmón, las sardinas, el atún, la caballa, el arenque... contienen muchos nutrientes, especialmente ácidos grasos omega 3 que son buenos para el organismo. Este nutriente es bueno para el hígado graso porque ayuda a combatir la inflamación, aumenta el HDL y reduce los niveles de triglicéridos en sangre, el principal tipo de grasa que causa esta enfermedad.
Cúrcuma
El componente curcumina de la cúrcuma puede reducir los signos de daño en personas con hígado graso. La curcumina tiene la capacidad de eliminar los efectos de los niveles de leptina, activar las células y reducir el daño hepático. Los pacientes pueden utilizar la cúrcuma para preparar alimentos.
Ajo
El ajo no sólo añade sabor a la comida sino que también ayuda a reducir el peso corporal y la grasa en el hígado. El ajo es rico en azufre de alicina, que inhibe la síntesis del colesterol malo, volviéndolo inofensivo y eliminándolo del organismo. Estos dos ingredientes activos también pueden inhibir la síntesis de colesterol en el hígado e inhibir la enzima fructosa para que los lípidos en el hígado no se depositen. Gracias a eso, el ajo ayuda a tratar el hígado graso. Un estudio de 2020 realizado por la Universidad de Ciencias Médicas de Kermanshah e Isfahan (Irán) en 110 personas con hígado graso mostró que alrededor del 51% de los casos que tomaron 800 mg de ajo en polvo durante 15 semanas redujeron significativamente la grasa hepática.
El Dr. Phuong agregó que, hasta ahora, todavía no existe cura para la enfermedad del hígado graso, y tiende a aumentar y rejuvenecerse. Los pacientes necesitan cambiar su estilo de vida, actividades, ejercicio científico, chequeos de salud regulares y pueden complementar nutrientes naturales que afectan el proceso de desintoxicación, previenen la oxidación de las células del hígado y ayudan a disolver el exceso de grasa acumulada dentro del hígado. A partir de allí, los pacientes pueden mejorar la condición del hígado graso, evitando que la enfermedad progrese a hepatitis y cirrosis.
Quyen Phan
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