Los padres pueden pedirle al médico que utilice anestesia para reducir el dolor, consolar y amamantar al bebé, y que utilice reductores de fiebre si es necesario después de completar la vacunación.
Abrazar y alimentar
Los padres deben abrazar al bebé y amamantarlo, o darle un chupete humedecido en agua azucarada. Esto le ayudará a sentirse cómodo, y la dulzura y la succión también reducirán el dolor de la inyección. Por lo general, cuando el bebé se tranquiliza al alimentarlo, deja de llorar incluso antes de terminar la vacunación.
Algunos médicos y enfermeras prefieren que el bebé esté boca arriba en la camilla. Los padres deben preguntar si el profesional de la salud puede administrar la vacuna mientras el bebé está en la cuna o en brazos de sus padres, para facilitar la vacunación.
Se requiere anestesia local
Si su bebé parece muy sensible al dolor, puede consultar con su médico sobre la posibilidad de usar anestesia local para la siguiente inyección. Se puede aplicar anestesia local en la piel una hora antes de la inyección, según las indicaciones del médico.
Al administrar una inyección, los padres deben evitar preocuparse y mantener la calma para tranquilizar al niño. Esto se debe a que, cuando están preocupados, el bebé reconocerá sus emociones y tenderá a preocuparse de la misma manera. Durante la inyección, los padres pueden distraer al niño apretándole la mano, haciendo muecas, bromeando o contándole historias, jugando o cantándole su canción favorita.
Los padres pueden darles a sus hijos un chupete empapado en azúcar para que lo chupen después de una inyección y así se sientan más cómodos. Foto: Freepik
Antipiréticos
Si su hijo tiene fiebre o presenta molestias en las horas o días posteriores a la inyección, puede administrarle una dosis de acetaminofén, un analgésico y antipirético. Sin embargo, no debe administrarlo antes de la inyección, ya que es ineficaz y puede debilitar su respuesta inmunitaria.
Los padres pueden consultar con un pediatra antes de administrar medicamentos a sus hijos, siguiendo las instrucciones de dosificación según el peso y los síntomas del niño. Además, la familia debe masajearle los pies después de la inyección para reducir el dolor y las reacciones posvacunales.
Síntomas de seguimiento
Cuando vacunen a su hijo, pregunten a la enfermera o al médico sobre los efectos secundarios. Las posibles reacciones incluyen enrojecimiento en el lugar de la inyección, fiebre, irritabilidad o leve pérdida de apetito. Sin embargo, los padres no deben preocuparse demasiado, ya que estas reacciones indican que el sistema inmunitario del niño está funcionando.
Los efectos secundarios graves tras la vacunación son poco frecuentes en bebés. Sin embargo, si el niño llora mucho, de forma continua durante más de tres horas, o presenta fiebre alta superior a 40 °C, convulsiones o hinchazón facial, la familia debe llevarlo al médico de inmediato.
Chile (Según los padres )
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