Esto hace que muchas personas se pregunten si la gestión y el asesoramiento en materia de educación local pueden garantizar la calidad y la eficacia.
Sin embargo, desde la perspectiva de alguien que ha trabajado en educación durante muchos años y ha tenido la oportunidad de trabajar e interactuar con muchos niveles diferentes de gestión, creo que este no es un problema preocupante si lo analizamos de manera integral, dialéctica y con una visión de futuro.
El hecho de que los directivos no provengan del sector educativo no significa que no puedan desempeñarse bien en la gestión educativa. De hecho, en el mundo existen numerosos casos de personas que, tras estudiar una carrera, trabajan eficazmente en otro campo. Es precisamente esta formación multidisciplinar y multidisciplinar la que genera flexibilidad, creatividad y una buena coordinación en la gestión. Un ingeniero que llega a ser un director ejecutivo de éxito, un licenciado en economía que asume un puesto de liderazgo educativo: no es raro.
De hecho, en nuestro país, muchos funcionarios del Ministerio de Cultura y Sociedad , del Ministerio del Interior, del Ministerio de Educación, de los Comités Populares de las comunas/barrios, etc., aunque no tuvieran formación pedagógica, al asumir el cargo de gestores educativos, se adaptaron gradualmente, aprendieron, mejoraron sus habilidades y desempeñaron sus funciones de manera notable. Aportaron una nueva perspectiva, un enfoque administrativo riguroso y una gran capacidad de organización del trabajo, cualidades que a veces faltan en el sector educativo debido a su especialización pedagógica.
Lo importante no es qué se estudia, sino cómo se aborda el trabajo. Si el personal tiene espíritu de aprendizaje, responsabilidad, diligencia y escucha la práctica desde la base, entonces, en poco tiempo, podrá comprender los aspectos fundamentales del sector. La educación es un campo especial, humanístico y complejo, pero no es un obstáculo insuperable. Con una persona con capacidad de gestión, buenas habilidades organizativas y de comunicación, además del apoyo de los docentes desde la base, abordar y gestionar el trabajo es totalmente factible.
El viejo proverbio «La práctica hace al maestro» sigue vigente. Una persona nueva, incluso sin experiencia docente previa, si colabora regularmente con escuelas, asiste a reuniones del consejo escolar, visita clases, observa lecciones y conversa con docentes, padres, etc., con el tiempo irá asimilando gradualmente las particularidades de la profesión docente. De esta manera, adquirirá una visión integral y podrá brindar instrucciones y consejos más prácticos.
Sin embargo, para que esa adaptación se produzca de forma rápida y eficaz, el papel de la formación y el desarrollo profesional es indispensable. Este es el punto clave.
Se deben organizar de forma regular, sistemática y metódica cursos intensivos de formación en gestión educativa, documentación legal del sector, habilidades para el seguimiento de las actividades escolares, análisis de datos educativos y acceso a modelos avanzados. El Ministerio de Educación y Formación, los Departamentos de Educación y Formación y las universidades pedagógicas deben coordinarse con las unidades administrativas para desarrollar programas de formación a corto y medio plazo, adecuados para el personal no docente encargado de esta labor.
La educación es responsabilidad de toda la ciudadanía. Para que el sistema educativo funcione de manera fluida y eficaz, no puede depender únicamente de profesionales, sino que requiere la participación de todo el sistema de gestión estatal. Todo funcionario, independientemente del sector, que desempeñe un cargo en el ámbito educativo, necesita ser reconocido, recibir confianza y contar con el apoyo necesario.
Fuente: https://thanhnien.vn/can-nang-luc-va-tinh-than-cau-thi-185250806221527621.htm






Kommentar (0)