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La política francesa se enfrenta a nuevos desafíos

(Baothanhhoa.vn) - Francia vive una nueva crisis política tras la dimisión del gabinete del primer ministro François Bayrou tras una moción de censura en la Asamblea Nacional. Este acontecimiento marca un importante punto de inflexión en el panorama político, inestable desde las elecciones parlamentarias extraordinarias de 2024. Mientras los líderes buscan estabilizar la situación, la pregunta es si el sistema político francés aún es capaz de adaptarse a los desafíos nacionales e internacionales cada vez más complejos.

Báo Thanh HóaBáo Thanh Hóa10/09/2025

La política francesa se enfrenta a nuevos desafíos

Desacuerdo fiscal y un nuevo ciclo de inestabilidad

La crisis actual estalló después de que el primer ministro François Bayrou propusiera un plan de recorte del gasto público para controlar la creciente deuda pública. Sin embargo, el plan no obtuvo el apoyo de los bloques políticos de la Asamblea Nacional, lo que derivó en una moción de censura que derrocó al gobierno de Bayrou.

En ese contexto, el presidente Emmanuel Macron nombró rápidamente al ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, como nuevo primer ministro. Sin embargo, el cambio de personal no resolvió los problemas fundamentales: la Asamblea Nacional actual está profundamente polarizada, sin que ninguna facción tenga mayoría, lo que ha provocado que el proceso legislativo esté prácticamente paralizado.

Los colapsos gubernamentales ya no son un fenómeno raro en la política francesa actual. Esta es la tercera vez en menos de dos años que un gobierno dimite tras no lograr un consenso en la Asamblea Nacional. Esta situación refleja una realidad preocupante: el sistema político francés está perdiendo gradualmente su capacidad de operar con estabilidad en un entorno multipartidista cada vez más fragmentado.

Según France 24, la coalición centrista liderada por el presidente Macron ya no tiene la fuerza suficiente para desempeñar un papel central en la Asamblea Nacional. En cambio, las fuerzas de la oposición están aprovechando esta inestabilidad para aumentar su influencia, aunque no cuentan con la fuerza suficiente para gobernar.

En tal contexto, es inevitable que la Asamblea Nacional caiga en un estado de división y estancamiento. Los partidos pueden unirse para vetar las propuestas políticas del gobierno, pero no pueden construir una alternativa sostenible.

El colapso del gobierno de Bayrou ha provocado una oleada de reacciones encontradas en la sociedad francesa. Algunos ciudadanos salieron a las calles a celebrar frente a los ayuntamientos como protesta contra el gobierno. Estas reacciones demuestran que el descontento público va en aumento, especialmente cuando problemas socioeconómicos como la inflación, el coste de la vida y el deterioro de los servicios públicos no se han resuelto eficazmente. La desconexión entre el liderazgo político y la vida real de la ciudadanía es la causa subyacente del continuo declive de la confianza pública en el gobierno.

Una situación difícil para el presidente Emmanuel Macron

Según el New York Times, esta crisis ha puesto al presidente Emmanuel Macron en una situación difícil. Con su reputación gravemente dañada (solo alrededor del 15 % de los votantes confía en él, según una encuesta del Grupo Verian), se enfrenta a decisiones muy arriesgadas.

La primera opción es seguir nombrando un nuevo primer ministro, como en el caso de Sébastien Lecornu, para mantener la estabilidad a corto plazo. Sin embargo, si el Sr. Lecornu no logra construir una mayoría en la Asamblea Nacional, es perfectamente posible que se produzca otro fracaso del gobierno.

La segunda opción es convocar elecciones parlamentarias anticipadas. Sin embargo, dada la actual división del electorado y la tendencia a apoyar a los partidos de oposición, esto podría ser una apuesta arriesgada para el gobierno y la posición del presidente Macron.

La última y peor opción para el presidente Macron es dimitir. Si bien no hay indicios claros de que Macron siga este camino, los partidos de la oposición, incluyendo Francia Indomable de Jean-Luc Mélenchon y algunos políticos moderados que en su momento apoyaron al presidente Macron, han pedido su dimisión cada vez más.

Muchos expertos políticos consideran que la crisis actual no es un simple incidente pasajero, sino una manifestación de la debilidad estructural del sistema institucional francés.

El Dr. Alexander Kamkin, de la Universidad Financiera del Gobierno de Rusia, afirmó que la incapacidad del gobierno de Bayrou para adoptar una política fiscal se debía directamente a la falta de coherencia en su estrategia de gobierno. Señaló que la imagen personal del presidente Macron había socavado su credibilidad tanto a nivel nacional como internacional, afectando tanto la confianza de los inversores como la calificación crediticia del país.

Mientras tanto, el profesor asociado Dmitry Levi, de la Universidad Estatal de San Petersburgo, advirtió que la frecuencia con la que se cambian los primeros ministros en un corto período de tiempo es señal de una profunda crisis institucional que podría prolongarse hasta las próximas elecciones presidenciales. Además, otro factor notable es que se prioriza la política exterior mientras se descuidan los asuntos internos, lo que provoca que la base electoral tradicional del presidente Macron, especialmente la clase media y la izquierda moderada, se distancie cada vez más de él.

Con los partidos tradicionales a la defensiva, las fuerzas de extrema derecha, especialmente la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, emergen como una fuerza potencial en las próximas elecciones. Es muy posible que este partido aumente su influencia en la Asamblea Nacional, o incluso se presente con éxito a la presidencia, si la inestabilidad continúa extendiéndose.

La actual crisis política en Francia no es solo un fenómeno interno, sino también una muestra de las dificultades y desafíos que enfrentan muchos países europeos. Cuando la confianza pública se deteriora y se cuestiona la eficacia de las administraciones actuales en la gestión del Estado, una reforma integral se hace inevitable.

El futuro político de Francia, así como la reputación del presidente Emmanuel Macron, dependen de su capacidad de presentar una visión que reconcilie intereses, satisfaga las expectativas de los votantes y restablezca la estabilidad en un sistema político inestable.

Hung Anh (colaborador)

Fuente: https://baothanhhoa.vn/chinh-truong-phap-truoc-nhung-thach-thuc-moi-261084.htm


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