2025 parece ser uno de los años más paradójicos para Tesla y su brillante pero controvertido CEO, Elon Musk.
Al mismo tiempo, la compañía ofreció una posible compensación de un billón de dólares —una suma impensable en la historia corporativa— para retener a Musk. Pero, al mismo tiempo, la base de la grandeza de Tesla, su negocio de vehículos eléctricos (VE), muestra graves signos de deterioro.
La gran pregunta no es sólo para los inversores, sino para el mercado global: ¿el camino de Elon Musk para convertirse en el primer billonario está amenazado por el imperio que construyó?
El Imperio está en crisis
Tesla ha sido durante mucho tiempo el símbolo, el referente de la revolución global de los vehículos eléctricos. Pero ese monopolio se está erosionando rápidamente. Datos recientes presentan un panorama preocupante. En su territorio natal, Estados Unidos, donde Tesla llegó a controlar el 80% del mercado, esa cifra se desplomó a tan solo el 38% en agosto.
La desventaja es que este descenso no se debe a que los consumidores estadounidenses se estén alejando de los vehículos eléctricos. Al contrario, el mercado de vehículos eléctricos en EE. UU. sigue en auge, alcanzando un récord del 9,9 % de las ventas totales de coches nuevos. En agosto se entregaron 146 332 vehículos eléctricos a clientes, un récord histórico. Esto revela una dura realidad para Tesla: está perdiendo cuota de mercado frente a sus competidores.
La situación en los mercados internacionales tampoco es alentadora. Europa, un mercado clave, vio caer de forma alarmante las matriculaciones de Tesla en agosto: Francia bajó un 47,7%, Suecia un 84%, Dinamarca un 42% y los Países Bajos perdieron la mitad de su número. Aunque hubo destellos de esperanza en Noruega y España, la tendencia general muestra que el atractivo de la marca Tesla se está poniendo a prueba en los mercados maduros.
Las ventas de coches de Tesla apenas han crecido en los últimos 18 meses. Para una empresa que prevé que el 90% de sus ingresos y el 94% de su beneficio bruto para 2024 provengan de la venta de coches, esto es una señal de alerta. Las acciones, aunque se han recuperado desde abril, siguen acumulando una caída de más del 11% en lo que va de año. La máquina de hacer dinero de Elon Musk está claramente funcionando por debajo de su capacidad.

Tesla está luchando por ganar participación de mercado incluso mientras las ventas mundiales de vehículos eléctricos aumentan (Foto: Getty).
El juego de Optimus
Elon Musk parece imperturbable ante las tormentas que azotan su negocio principal. En cambio, visualiza un futuro aún más ambicioso, uno en el que los vehículos eléctricos son solo una pieza. Su recientemente anunciado "Plan Maestro 4" ha revolucionado el mundo de la tecnología y la inversión.
A diferencia de las versiones anteriores que se centraban en una «revolución verde», este plan aspira a un concepto más abstracto: «Prosperidad sostenible para todos». Y el vehículo para hacer realidad esa visión no es el Model 3 ni el Model Y, sino un robot humanoide llamado Optimus.
Musk no ha dudado en declarar que Optimus podría representar hasta el 80% del valor de Tesla en el futuro. Este es un cambio estratégico audaz, que reposiciona a Tesla de una compañía automotriz a un gigante de la inteligencia artificial y la robótica. Esta decisión admite implícitamente que el sector de los coches eléctricos ya no es capaz de mantener el asombroso ritmo de crecimiento de antes.
Tesla necesita un nuevo campo de juego, una nueva historia lo suficientemente atractiva como para mantener interesados a los inversores, y Optimus es la respuesta.
La batalla para mantener a un rey
Fue en el contexto del tambaleante imperio de los autos eléctricos y el cambio de visión hacia la robótica que la junta directiva de Tesla tomó una decisión sin precedentes: proponer un paquete de bonificación por desempeño de hasta un billón de dólares para Elon Musk.
De aprobarse, sería el mayor paquete de compensación en la historia corporativa, prácticamente equivalente a la capitalización bursátil actual de Tesla. El plan no le paga a Musk un salario ni una bonificación en efectivo. En cambio, la recompensa completa está vinculada a objetivos aparentemente imposibles para la próxima década, como aumentar la capitalización bursátil de Tesla a 7,5 billones de dólares (casi ocho veces su valor actual), vender 12 millones más de vehículos eléctricos y alcanzar importantes hitos en inteligencia artificial, robotaxis y robots Optimus.
El paquete de bonificación se divide en 12 etapas, y el primer hito es alcanzar la capitalización bursátil de la compañía en 2 billones de dólares. Si Musk no duplica el valor de Tesla en 10 años, no recibirá nada.
Sin embargo, el prospecto de representación de Tesla reveló una razón impactante detrás del paquete de bonificación de 1 billón de dólares: "La mayor parte de la riqueza del Sr. Musk ahora proviene de empresas distintas a Tesla, y tiene opciones más atractivas que nunca".
Una confesión sincera: Tesla ya no es el centro del universo de Elon Musk. Las cifras muestran el cambio.
Musk solo posee el 13% de las acciones de Tesla, con un valor aproximado de 140 000 millones de dólares. Mientras tanto, SpaceX es la gallina de los huevos de oro: posee el 42% de las acciones, lo que equivale a unos 170 000 millones de dólares si la compañía alcanza una valoración de 400 000 millones de dólares. Además, Musk también posee más del 50% de las acciones de xAI. Si esta startup de inteligencia artificial alcanza la valoración de 200 000 millones de dólares, como se prevé, el valor de su participación superará los 100 000 millones de dólares.
Las participaciones combinadas de Musk en SpaceX y xAI (alrededor de 270 000 millones de dólares) casi duplican el valor de su participación en Tesla, y eso sin incluir empresas como Neuralink. Claramente, el patrimonio de Musk se ha trasladado a empresas privadas, que están exentas de la supervisión pública de los accionistas y crecen a un ritmo vertiginoso.
El prospecto de Tesla deja claro que este enorme paquete de bonificación es necesario para evitar que Musk priorice otros proyectos. En otras palabras, no se trata solo de un paquete de compensación, sino de una "cuota de retención" de una magnitud sin precedentes, un intento desesperado por asegurar que Tesla siga siendo la prioridad del CEO.
La batalla de Tesla es ahora más compleja que nunca: no sólo contra los fabricantes de automóviles tradicionales, sino también compitiendo por la propia atención de Musk en la ambiciosa "galaxia" que él creó.
La apuesta del billón de dólares no es entonces simplemente un paquete de bonificación, sino una pregunta vital: ¿puede Tesla ser lo suficientemente rápida y atractiva para mantener a Musk en el centro de su universo antes de que SpaceX y xAI lo arrastren?
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/chuyen-o-tesla-1000-ty-usd-co-the-giu-chan-elon-musk-20250912090154240.htm






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