1. No sé desde cuándo tengo la costumbre de guardar cuadernos viejos.
Conservé mis cuadernos de la universidad, aunque han pasado muchas décadas; el papel está amarillento por la época de las subvenciones, una época de grandes dificultades. No soportaba tirar los cuadernos en los que había estudiado y tomado notas con atención y diligencia. Apreciaba lo que había aprendido de mis maestros, desde mi infancia en la escuela, hasta más tarde, cuando ya era mayor. Recuerdo claramente que, siendo muy joven, mi padre me dijo: «No dejes que se ensucien los libros y papeles con caracteres chinos. Porque son las palabras de los santos. ¡Debes respetarlas!».
No aprendí caracteres chinos. Solo aprendí el idioma nacional y otros dos idiomas: francés e inglés. Estudié durante muchos años con muchos maestros, pero nunca los oí decir las mismas palabras que mi padre. Mi padre solo estudió hasta tercer grado en una escuela rural durante la época colonial francesa, pero aún recuerdo lo que decía. En mi subconsciente, siempre atesoré los cuadernos con mis lecciones.
2. Además de mis propios cuadernos, a menudo conservo los cuadernos con la letra de mis dos hijos, desde que estaban en primaria hasta que fueron a la universidad. Sinceramente, desde el fondo de mi corazón, ¡nunca pensé que podría desprenderme fácilmente de esos cuadernos! Aunque hace mucho tiempo que no estudiaban, tomaban notas en ellos.
Para mí, cada vez que abro el cuaderno de mi hijo, imagino en mi mente y en mi corazón: Mi hijo escribió cuidadosamente esas líneas en su cuaderno, trazo a trazo, siguiendo las instrucciones de la maestra, desde los primeros ejercicios de escritura hasta los temas de otras clases posteriores. A partir de ahí, los niños adquirirán nuevos conocimientos, comprenderán mejor la vida que los rodea, el mundo que los rodea.
Quiero tanto a mis hijos que no soporto tirar esos cuadernos. Aunque sé que con el tiempo habrá más. Ordeno los cuadernos de cada uno de mis hijos en bolsas según el curso escolar, con anotaciones. La casa donde vivimos no es muy grande, pero aún tengo espacio para guardar los cuadernos de mis hijos durante muchos años.
3. Solía guardar mis cuadernos escolares de hace mucho tiempo. Luego, conservé con cuidado y cariño los cuadernos de mis hijos. Lo consideraba una forma de guardar recuerdos de la época en que mis dos hijos y yo nos esforzábamos tanto en el estudio.
Ay, los cuadernos de mis hijos de aquellos días están muy lejos, pero ¿por qué siento que aún conservan la calidez de cuando fueron escritos con tinta de diferentes colores, con una caligrafía que mis queridos hijos fueron cambiando gradualmente con el tiempo? Esos cuadernos son indescriptibles, pero son testigos de una época; expresan en silencio el esfuerzo de los niños en su camino de aprendizaje, desde la primera etapa hasta las siguientes. Es un viaje de aprendizaje de muchos años, día a día, absorbiendo gradualmente el conocimiento científico en la escuela. Luego, cuando los niños crezcan y entren en la vida, aplicarán lo aprendido en cosas útiles para hoy y para el futuro.
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