Una planta de producción de brotes de soja está ubicada en una zona residencial del barrio de Hac Thanh.
Ubicada en un callejón estrecho de una zona residencial densamente poblada del barrio de Hac Thanh, la fábrica de tofu de la familia del Sr. NVH lleva más de cinco años en funcionamiento. Desde fuera, parece una casa pequeña, húmeda y estrecha con techo de fibrocemento, pero en su interior es todo un taller donde se elabora tofu artesanal con herramientas viejas y oxidadas, sin cumplir con las normas de higiene y seguridad alimentaria.
La producción de tofu suele comenzar a medianoche. La soja remojada se muele, se hierve, se prensa y se convierte en tortas. Este proceso consume mucha agua, generando una gran cantidad de aguas residuales provenientes del remojo, el lavado, la limpieza, etc. Sin embargo, todas estas aguas residuales se vierten directamente a la zanja de drenaje frente a la casa sin pasar por ningún sistema de tratamiento. Las zanjas alrededor de la planta desprenden un olor agrio y se convierten en un foco de cría de moscas y mosquitos.
Lo más preocupante es que los equipos de producción, como ollas, moldes y cubos, están oxidados y no se limpian con regularidad. Las toallas de tela que se usan para filtrar los granos cuelgan en tendederos, expuestas al sol sin protección. Las instalaciones carecen de un sistema de protección contra el polvo y de un techo hermético, lo que hace que los productos sean vulnerables al polvo y a los insectos.
En el conjunto residencial Nam Son 2, barrio de Ham Rong, una fábrica de madera lleva años funcionando en medio de una zona residencial densamente poblada, convirtiéndose en una pesadilla para los vecinos. La fábrica está ubicada entre casas muy próximas entre sí y opera ininterrumpidamente desde la madrugada hasta altas horas de la noche, generando ruido, polvo de madera y un fuerte olor a químicos.
Cada vez que se usa la sierra o la cepilladora, el fino polvo de madera vuela por todas partes, cubriendo el patio y adhiriéndose a la ropa y los muebles. El aire está impregnado del olor a pegamento y pintura de poliuretano, lo que provoca mareos en muchas personas. En los días calurosos o con viento fuerte, todo el vecindario parece estar sumergido en una densa capa de polvo, dificultando la respiración.
El señor Le Van K., vecino de la fábrica, no pudo ocultar su enfado: «Durante más de diez años, mi casa ha tenido que permanecer cerrada todo el año. Mi hija sufre infecciones respiratorias crónicas, y el médico dijo que la causa podría estar relacionada con la contaminación ambiental por polvo fino. Mi familia también se ha quejado repetidamente al dueño de la fábrica, pero sin éxito».
Además del polvo y los olores químicos, otro problema preocupante es la gran cantidad de serrín, virutas de madera y restos de pintura acumulados justo detrás de la fábrica, sin medidas adecuadas de recogida y eliminación. Durante periodos prolongados de calor, estos materiales inflamables representan un peligro potencial, poniendo en riesgo la seguridad contra incendios de toda la zona residencial. La vida de las personas que viven cerca de la fábrica no solo se ve afectada por la contaminación, sino que también viven en un estado constante de inseguridad.
Según un informe elaborado a partir de datos de diversos sectores y localidades, la provincia cuenta actualmente con más de 800 establecimientos productivos y comerciales ubicados en el centro de zonas urbanas o intercalados con áreas residenciales. De estos, cerca de 700 (casi el 85%) no han invertido en sistemas de tratamiento de residuos, o bien, aunque lo han hecho, el equipo no cumple con las normas y opera de forma irregular. Esto provoca la dispersión de residuos, emisiones y ruido, lo que afecta directamente la vida y la salud de la población. Entre los sectores más contaminantes se encuentran la ganadería y la avicultura; la industria maderera y la manufactura mecánica; el procesamiento de piedra; la producción de fideos, tofu y brotes de soja; y el reciclaje de chatarra. Todas estas industrias generan una gran cantidad de residuos sólidos, emisiones tóxicas y ruido.
Un aserradero en la calle Le Thanh Tong.
Ante esta situación, a finales de abril de 2024, el Comité Popular Provincial publicó el proyecto «Reubicación de instalaciones productivas contaminantes fuera de las zonas urbanas y residenciales de la provincia para 2030». Según el proyecto, para 2025, toda la provincia habrá completado la clasificación y evaluación del nivel de contaminación de las instalaciones. Con base en ello, cada localidad elaborará un plan específico, reubicará o reconvertirá las industrias, reducirá su escala de producción o incluso cesará sus operaciones si no cumplen con las condiciones ambientales. Entre 2026 y 2027, se reubicarán 110 instalaciones y se renovará y completará el sistema de tratamiento de residuos de 25 de ellas. Entre 2028 y 2030, se gestionarán por completo las 565 instalaciones restantes.
El proceso de urbanización se intensifica cada vez más, permitiendo que instalaciones de producción obsoletas y sin sistemas de tratamiento ambiental se ubiquen en zonas residenciales. Esto no solo genera contaminación, sino que también contraviene el objetivo del desarrollo sostenible. El proyecto que la provincia está implementando para reubicar las instalaciones contaminantes fuera de las zonas urbanas y residenciales representa un paso en la dirección correcta, demostrando la determinación de mejorar el entorno de vida y la calidad urbana.
Para que el proyecto se materialice y alcance los resultados esperados, es imprescindible la participación activa y coordinada de las autoridades a todos los niveles, una estrecha coordinación entre los distintos sectores funcionales y, sobre todo, el consenso de la ciudadanía. Asimismo, es necesario implementar de forma metódica la transparencia en la planificación, la adecuada asignación de terrenos, la creación de polos industriales, políticas de apoyo a la reconversión laboral y la formación profesional. El desarrollo económico no puede sacrificarse a expensas de la calidad de vida, especialmente cuando el precio a pagar es el deterioro de la salud y la vida de toda la comunidad.
Artículo y fotos: Truong Giang
Fuente: https://baothanhhoa.vn/co-so-san-xuat-xen-lan-khu-dan-cu-loi-it-hai-nhieu-256535.htm






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