Preocupaciones por las "secuelas" de la guerra
Las municiones de racimo son municiones que contienen múltiples submuniciones, cada una con su propia ojiva. Se desarrollaron al final de la Segunda Guerra Mundial y se popularizaron durante la Guerra Fría. Para distinguirlas de las municiones de racimo, las bombas o proyectiles convencionales se denominan municiones unitarias.
Las ventajas tácticas de esta arma son innegables, ya que puede crear múltiples explosiones que cubren un área mayor y puede utilizarse para atacar desde vehículos blindados e infantería hasta objetivos logísticos o sistemas de defensa aérea. Sin embargo, la alta tasa de mortalidad de las bombas de racimo es un problema que ha llevado a más de 100 países a firmar una prohibición de su uso en la guerra moderna. Por ejemplo, el M270, un sistema de lanzacohetes más antiguo que el HIMARS, puede disparar una ojiva con 644 granadas M77, pero cada disparo deja hasta un 4% (26 granadas) sin explotar en tierra.
Esta tasa representa un peligro potencial para la población civil años después de la guerra. La Convención sobre Municiones en Racimo prohíbe el uso, almacenamiento, producción y transferencia de estas armas, pero Estados Unidos, Rusia y Ucrania no son signatarios.
En marzo, Reuters reveló que Kiev había presionado a Washington para que transfiriera bombas de racimo Mk-20 (Rockeye), un arma de la época de Vietnam. Cada Rockeye pesa más de 227 kilos y contiene 247 bombas pequeñas, pero es incompatible con los aviones actuales de Ucrania. El ejército afirmó que podría desmontar las ojivas del Rockeye para usar las bombas pequeñas como armas para drones. Ucrania también quiere proyectiles de artillería DPICM de 155 mm, con 88 bombas pequeñas de racimo, para destruir los blindados rusos.
Tanto Ucrania como Rusia han utilizado ampliamente drones cuadricópteros comerciales en combate, con una carga útil común: una granada de fragmentación Vog-17 modificada, que es efectiva contra la infantería.
Capacidades de destrucción de tanques con drones significativamente mejoradas
Mientras tanto, las unidades ucranianas Aerorozvidka utilizan drones R18 de mayor tamaño para lanzar granadas antitanque RTG-3 de fabricación soviética, que pesan alrededor de 1,3 kg (3 libras), o ojivas RPG eficaces contra vehículos blindados. Sin embargo, estas ojivas son demasiado pesadas para los drones convencionales. Los drones de cuatro rotores solo pueden usar munición casera de la granada estadounidense M433 de 40 mm, también conocida como el "huevo de oro" por su punta amarilla, u otras granadas improvisadas.
Además, los drones en el campo de batalla ucraniano también están equipados con granadas mejoradas con nuevos fusibles de impacto y aletas traseras impresas en 3D para permitirles caer verticalmente, pero esta combinación a menudo no es lo suficientemente potente como para desactivar tanques fuertemente blindados, y los fusibles de impacto no son confiables.
Las fuerzas ucranianas también utilizan bombas de racimo de la era soviética para armar drones. Por ejemplo, la PTAB 2.5, que contiene seis ojivas pequeñas, se utiliza en drones bombarderos pesados o en drones suicidas.
Mientras tanto, las submuniciones de 1.2 libras de la bomba Rockeye tienen el tamaño adecuado para el interior de drones pequeños. También están diseñadas para ser lanzadas desde el aire, con aletas aerodinámicas, espoletas de impacto y ojivas capaces de penetrar hasta 25 cm de blindaje.
En la guerra de Irak, las bombas Rockeye tenían una tasa de "bala muerta" de hasta el 30%, dejando miles de peligrosas bombas sin explotar en el suelo. La causa podría deberse al terreno de la batalla, al caer sobre arena blanda y no tener la fuerza suficiente para activar la espoleta.
Estados Unidos posee cientos de millones de bombas de racimo en su arsenal, y destruirlas supone un importante desafío financiero. Enviar ayuda a Ucrania sería matar dos pájaros de un tiro, pero la medida también podría socavar los esfuerzos de Washington por "construir coaliciones y avanzar en los acuerdos de control de armas".
(Según PopMech, Forbes)
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