A pesar de una desaceleración de los flujos de inversión mundial en 2022, el sector privado de la economía espacial sigue logrando avances constantes gracias a tecnologías innovadoras como cohetes reutilizables y satélites de bajo costo.
Según un informe de Citigroup , para 2040 la economía espacial podría valer hasta un billón de dólares.
Una startup californiana, Varda Space Industries, apuesta por ese futuro. Con un enfoque más audaz, Varda lanza una "fábrica" al espacio, con la ambición de obtener enormes beneficios creando medicamentos mejores y más eficaces.
Gran ambición
Según CNN , durante la misión Transporter-8 de SpaceX el 13 de junio, el satélite de Varda se separó con éxito del cohete.
A bordo del cohete, entre otros satélites, se encuentra la primera creación de la compañía: una cápsula de investigación de 90 kilogramos diseñada para llevar la investigación farmacológica de la compañía a la microgravedad.
La misión Transporter-8 de SpaceX, el 13 de junio, llevó el satélite Varda al espacio. Foto: SpaceX.
“Cuando se trata de comercializar el espacio, no se trata de una historia de interés humano tan atractiva como el turismo . Pero en Varda apostamos a que la manufactura real, la próxima gran industria, se comercializará”, afirmó Will Bruey, director ejecutivo y cofundador de Varda.
Según los estándares de la industria espacial, el camino de Varda a la plataforma de lanzamiento fue increíblemente rápido.
Fundada hace menos de tres años, Varda ha pasado de ser una idea incipiente a una empresa con una financiación de 100 millones de dólares, una fábrica de 65.000 pies cuadrados y un satélite en el espacio. La plantilla de Varda también ha crecido hasta alcanzar casi 100 empleados.
Una gran ventaja para Varda es que no tiene que diseñar desde cero cada paso del proceso de lanzamiento, desde el lanzamiento hasta el aterrizaje. En su lugar, la startup se apoyará en proveedores de servicios de lanzamiento espacial en expansión como SpaceX y Rocket Lab.
Bruey también contribuyó a ese progreso. Pasó unos seis años en SpaceX y trabajó en la nave espacial Dragon, que ahora se utiliza para transportar tripulación, suministros y carga hacia y desde la Estación Espacial Internacional.
Dentro de la fábrica de Varda. Foto: Varda.
Delian Asparouhov, cofundador y presidente de Varda, atribuye la experiencia de Bruey como la razón por la que adoptó una actitud de no intervención al fundar la startup.
Un avance médico
Asparouhov afirmó que Varda ha invertido unos 40 millones de dólares en su desarrollo. Incluso si esta misión fracasa, la startup aún cuenta con fondos suficientes para financiar al menos cuatro misiones.
Tanto Bruey como Asparouhov dijeron que esperan que no lleve mucho más tiempo descubrir cómo hacer que la tecnología de Varda funcione.
"Creo que si no tenemos una misión exitosa en las primeras cuatro misiones, entonces, francamente, ya no merecemos tener una compañía espacial", dijo Bruey.
La visión de Varda es simple: el laboratorio de investigación de la empresa se lanzaría basándose en un experimento existente.
Varda planea usar una pequeña cápsula para realizar investigación farmacéutica en el espacio. Foto: Varda.
Una vez en órbita, el módulo de investigación se separa y comienza a volar por el espacio mientras todavía está conectado a las estructuras de energía, propulsión y comunicaciones necesarias para navegar por el vacío del espacio.
El experimento comienza entonces, y lo llevan a cabo máquinas integradas en la cápsula. Se entiende que la misión de esta fábrica será crear los principales ingredientes de los fármacos en condiciones de microgravedad.
En este entorno de gravedad cero, tales experimentos no se verían afectados por la atracción gravitatoria de la Tierra.
La CNN cita un estudio que ha demostrado que los cristales de proteínas cultivados en el espacio pueden formar estructuras más perfectas que en la Tierra.
Los cristales que se forman en este espacio pueden luego usarse para crear productos farmacéuticos que el cuerpo humano absorbe más fácilmente.
En términos simples, la apuesta de Varda, si tiene éxito, sería un gran avance en la medicina, creando medicamentos con una eficacia superior.
Un ejemplo importante proviene del estudio de Merck, realizado en la Estación Espacial Internacional (ISS) con el ingrediente activo pembrolizumab, utilizado en el medicamento contra el cáncer Keytruda.
Cámara de investigación de Varda. Foto: Delian Asparouhov.
En este experimento, los científicos descubrieron que, al usar cristales formados en el espacio, se podía crear un fármaco más estable. En lugar de la lenta inyección intravenosa, en el estudio de Merck, el fármaco podía administrarse mediante inyección directa.
La primera tarea de Varda se centrará en la investigación sobre ritonavir, un fármaco normalmente utilizado para tratar el VIH pero recientemente incluido en el fármaco antiviral Paxlovid para el tratamiento del Covid-19.
Tras finalizar la prueba de Varda, los ingenieros en tierra evaluarán si el módulo de investigación está listo para regresar a la Tierra. De aprobarse, el módulo de investigación regresará a la Tierra vía satélite.
La "fábrica" de Varda se sumergiría entonces en la atmósfera de la Tierra y aterrizaría en paracaídas para recuperar las drogas.
Inicialmente, la visión de Asparouhov era mucho más amplia que la de los productos farmacéuticos. Se centró en otros productos, como fibras ópticas y semiconductores, que podrían fabricarse en el espacio, lo que daría como resultado materiales de mejor calidad que los producidos en tierra.
Además de la innovación, Varda también buscará medicamentos adicionales en desarrollo si aún no están en el mercado.
Según Asparouhov, los acuerdos de Varda con las farmacéuticas se basarían en la recepción de regalías futuras. Si la investigación de Varda arroja mejores resultados, la empresa podría obtener ingresos por la venta del medicamento indefinidamente.
Sin embargo, la tarea no es sencilla. Varda deberá demostrar que su robot puede realizar estos experimentos a distancia, a la vez que sobrevive al potente retroceso del lanzamiento de un cohete.
El regreso a esta "fábrica" es igualmente difícil. El reingreso a la atmósfera terrestre, a una velocidad de aproximadamente 28.968 km/h, genera una enorme acumulación de calor y plasma. Esta etapa también se considera la más peligrosa de cualquier viaje espacial.
(Fuente: Zing News)
Útil
Emoción
Creativo
Único
[anuncio_2]
Fuente
Kommentar (0)