El 13 de diciembre, los países participantes en la 28.ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), celebrada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos (EAU), cerraron y aprobaron el acuerdo final. Este acuerdo sienta las bases para la reducción del uso de combustibles fósiles a nivel mundial, con el fin de prevenir los peores impactos del cambio climático.
Según Reuters, este acuerdo se considera un punto de inflexión para el mundo en el proceso de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático. Tras dos semanas de arduas negociaciones, este borrador de acuerdo obtuvo el consenso de casi 200 países participantes en la COP28. Se espera que la conferencia, al alcanzar este importante acuerdo, transmita un mensaje contundente a inversores y responsables políticos: el mundo está unido en su objetivo de poner fin al uso de combustibles fósiles para prevenir desastres climáticos.
El acuerdo exige específicamente una transición justa, ordenada y equitativa para abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, con el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas para 2050. También exige triplicar la capacidad mundial de energía renovable para 2030, acelerar los esfuerzos para reducir el uso del carbón y acelerar el desarrollo de tecnologías como la captura y el almacenamiento de carbono que pueden limpiar las industrias difíciles de descarbonizar.
La implementación del acuerdo de la COP28 dependerá de cada país, a través de sus propias políticas e inversiones. El petróleo, el gas y el carbón aún representan cerca del 80 % de la energía mundial. La quema de carbón, petróleo y gas es una de las principales causas del cambio climático. Estos combustibles también son responsables de más de las tres cuartas partes de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
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