El buque de guerra San José, que transporta oro, plata y esmeraldas por valor de decenas de miles de millones de dólares, se está convirtiendo en el blanco de una disputa entre Colombia, España y los pueblos indígenas de Bolivia.
Los restos del San José en el fondo del mar colombiano. Foto: Presidencia colombiana
El San José, un navío de la armada española cargado de tesoros, se hundió en 1708. Aún se libra una batalla legal por el oro, la plata y las piedras preciosas a bordo. Las recientes noticias de que el presidente de Colombia espera recuperar el tesoro del San José han reavivado el interés por este controvertido naufragio, a menudo descrito como el pecio más valioso del mundo , según National Geographic .
El navío español San José, de 62 cañones, transportaba 200 toneladas de oro, plata y gemas en bruto cuando se hundió en 1708, a unos 16 kilómetros de la costa de Colombia, durante un combate con buques de guerra británicos. Hoy en día, el tesoro podría valer miles de millones de dólares. El San José encabezaba un convoy de 18 barcos, muchos de los cuales transportaban tesoros del Nuevo Mundo a Francia, aliada de España en aquel entonces. Sin embargo, el navío se topó con una flota de cinco barcos británicos, enemigos de España y Francia durante la Guerra de Sucesión Española. Tras más de una hora de lucha, el San José se hundió al explotar su pañol de pólvora; otro buque de guerra fue capturado, pero el resto de la flota huyó a salvo al puerto de Cartagena.
Ahora, el gobierno colombiano reclama la propiedad del San José y toda su carga. El presidente Gustavo Petro quiere recuperar el pecio antes de que finalice su mandato en 2026, según el ministro de Cultura de Colombia. En 2015, Colombia anunció el hallazgo del San José en un lugar distinto al que una empresa de salvamento estadounidense afirmó haber encontrado en 1982. Esto motivó a la empresa a interponer una demanda por 10.000 millones de dólares, acusando al gobierno colombiano de intentar eludir un acuerdo para compartir la mitad del tesoro recuperado del naufragio.
La demanda sigue pendiente. La empresa de salvamento afirma que el nuevo yacimiento se encuentra cerca del que identificó en 1982. La primera audiencia tendrá lugar en Bogotá en diciembre, según el investigador Daniel de Narváez. La disputa podría ser uno de los mayores problemas del gobierno colombiano con el San José, en parte porque cualquier decisión judicial sería vinculante incluso si el tesoro del naufragio nunca se recupera.
De Narváez, ingeniero de minas, es director de la Asociación Profesional de Exploradores Marinos, que aboga por la comercialización parcial del pecio y la venta de objetos encontrados en el barco, como monedas de oro. Afirmó que tal acuerdo contribuiría a proteger los numerosos pecios históricos en aguas colombianas. De Narváez es también historiador del San José, y sus cálculos sobre la ubicación del barco influyeron en la búsqueda de 2015. Anteriormente, el gobierno colombiano había declarado inviolable todo lo que se encontraba a bordo, incluidos los tesoros.
La reclamación de propiedad de Colombia es disputada por el gobierno español, que argumenta que aún le pertenece el San José porque era un buque de la Armada española cuando se hundió. Algunos abogados afirman que el pecio está protegido por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, que establece que los buques de guerra siguen siendo propiedad del Estado incluso después de hundirse. Esto significa que el pecio aún pertenece a España, aunque se hundió hace más de 300 años en aguas colombianas.
Pero De Narváez señala que Colombia nunca ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en parte debido a las disputas territoriales sobre las fronteras marítimas con Venezuela y Nicaragua. Esto complicaría la batalla legal con España. El arqueólogo marítimo Sean Kingsley, editor jefe de la revista Wreckwatch, afirmó que la normativa se implementó para proteger los restos de naufragios modernos del espionaje, pero que en este caso se está utilizando para disputarse tesoros.
“Es una idea moderna proteger los secretos nacionales en buques de guerra nucleares, aviones y submarinos, pero no hay cajas negras ni secretos navales en un barco hundido y en descomposición de siglos de antigüedad”, dijo Kingsley.
Además de Colombia y España, un grupo de indígenas bolivianos también reclama el tesoro de San José. Según un informe de 2019, representantes del pueblo Qhara Qhara afirman que los colonizadores españoles obligaron a sus ancestros a extraer plata del Cerro Rico, por lo que el tesoro les pertenece por derecho.
La disputa por la propiedad del pecio del San José pone de relieve el valor de su tesoro. Algunos informes indican que podría tener un valor de entre 17.000 y 20.000 millones de dólares. Nuevas fotografías muestran cañones y vasijas de cerámica esparcidos por el lecho marino donde se hundió el barco, a más de 700 metros de profundidad, una zona inaccesible para los buzos, pero recuperable mediante vehículos submarinos y submarinos. Sin embargo, debido a obstáculos legales, técnicos y arqueológicos, la cantidad de objetos que se podrán recuperar del pecio del San José para 2026 será muy reducida.
An Khang (Según National Geographic )
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