La demanda, presentada a última hora del 29 de febrero en el Tribunal Superior de California en San Francisco, es la culminación de la prolongada oposición de Musk a la startup que cofundó. OpenAI se ha convertido en la imagen de la IA generativa, gracias en parte a los miles de millones de dólares de financiación de Microsoft. Musk lanzará su propia startup de inteligencia artificial, xAI, en julio de 2023.

La demanda de Musk alega incumplimiento de contrato, diciendo que Altman y el cofundador Greg Brockman inicialmente se acercaron a él para crear una empresa de código abierto sin fines de lucro, pero ahora se centraron en ganar dinero.

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Elon Musk fue uno de los fundadores de OpenAI en 2015. (Foto: Reuters)

Musk afirmó que los tres fundadores de OpenAI acordaron inicialmente investigar la inteligencia artificial general (IAG), pero de una manera que "beneficia a la humanidad", según la demanda. OpenAI también se opondría a Google, que, según Musk, desarrolla la IAG con fines de lucro y plantea graves riesgos.

Sin embargo, OpenAI incumplió el acuerdo de fundadores en 2023 al lanzar su modelo de lenguaje más potente, GPT-4, que es esencialmente un producto de Microsoft, según la demanda. Como resultado, Musk busca una orden judicial que obligue a OpenAI a poner su investigación y tecnología a disposición del público e impida que la startup utilice sus activos, incluido GPT-4, para beneficio económico de Microsoft o de cualquier persona.

Los principales ejecutivos de OpenAI han refutado algunas de las afirmaciones que Musk hizo en su demanda, informó el blog Axios el 1 de marzo.

Musk también solicitó una decisión judicial según la cual GPT-4 y una nueva tecnología más avanzada, Q*, se considerarían AGI y, por lo tanto, quedarían fuera de la licencia de Microsoft para OpenAI.

Musk intentó arrebatarle el control de OpenAI a Altman y otros fundadores a fines de 2017, con el objetivo de transformarla en una entidad comercial en asociación con Tesla, aprovechando las supercomputadoras del fabricante de automóviles, dijo una fuente de Reuters.

Sin embargo, Altman y otros se opusieron, y Musk dimitió, alegando que quería centrarse en los proyectos de IA de Tesla. Anunció su salida de OpenAI en febrero de 2018 durante una reunión en la que Musk pidió a OpenAI que acelerara su desarrollo, lo cual se consideró imprudente.

Desde entonces, Musk ha pedido repetidamente la regulación de la IA.

Algunos expertos legales afirman que la demanda de Musk por incumplimiento de contrato, basada en parte en correos electrónicos entre Musk y Altman, podría no sostenerse en los tribunales. Si bien los contratos pueden formalizarse mediante una serie de correos electrónicos, la demanda cita un correo electrónico que parece una propuesta y una "discusión unilateral", según Brian Quinn, profesor de derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston.

xAI de Musk

Musk ha contratado a ingenieros de algunas de las principales empresas tecnológicas estadounidenses para trabajar en xAI, con la ambición de competir con Google y Microsoft. La startup ha comenzado a implementar Grok, su competidor de ChatGPT, para los suscriptores Premium+ de la red social X en diciembre de 2023.

Según el sitio web de xAI, la startup es una empresa separada de los otros negocios de Musk, pero trabajará en estrecha colaboración con X y Tesla.

Musk, quien ha calificado la IA como un arma de doble filo, forma parte de un grupo de expertos y ejecutivos tecnológicos que han solicitado una moratoria de seis meses para el desarrollo de sistemas de IA más potentes que GPT-4, alegando los altos riesgos para la humanidad y la sociedad. Desde el lanzamiento de ChatGPT, las empresas lo han adoptado para diversas tareas, desde la síntesis de documentos hasta la programación, lo que ha desatado una competencia entre las grandes tecnológicas por lanzar servicios basados en IA generativa.

(Según Reuters)