Considerada en su día un símbolo revolucionario en la industria de los coches eléctricos, Tesla atraviesa ahora uno de los períodos más difíciles desde su fundación. Las ventas están cayendo, las acciones se desploman, los nuevos productos están estancados y la reputación de la marca se ve cada vez más cuestionada. En el ojo del huracán, un nombre no puede pasar desapercibido: Elon Musk, el carismático y controvertido fundador y CEO.

En el primer trimestre de 2025, las ventas globales de Tesla cayeron un 13%, su nivel más bajo en casi tres años. Si bien el mercado de vehículos eléctricos sigue creciendo, Tesla parece estar perdiendo fuerza ante la competencia cada vez más feroz de BYD (China), Hyundai (Corea) y los fabricantes de automóviles europeos. La falta de nuevos modelos y el retraso en la mejora de líneas de productos clave como el Model Y o el Cybertruck han impulsado a los consumidores a optar por opciones más nuevas y asequibles.

Además, el repentino anuncio de Elon Musk de suspender el proyecto de un coche eléctrico de bajo coste de 25.000 dólares, un producto que se esperaba que ampliara considerablemente su cuota de mercado, ha provocado una ola de decepción entre los inversores. En cambio, Musk ha centrado sus recursos en el proyecto Robotaxi , un coche eléctrico completamente autónomo sin volante ni pedales. Esta es una decisión arriesgada, ya que la tecnología de los coches autónomos sigue generando controversia en cuanto a seguridad, y ningún país ha aprobado su implantación generalizada.
Sin embargo, lo que más ha sacudido a Tesla no es el producto ni el mercado, sino la imagen personal de Elon Musk. Desde que tomó el control de Twitter (ahora X), sus declaraciones políticas de derecha, las controversias relacionadas con declaraciones racistas, las teorías conspirativas y el apoyo público a algunas políticas extremas... han provocado que la comunidad global de consumidores comience a boicotear las marcas asociadas con Musk, incluida Tesla.

El movimiento "Tesla Takedown" surgió a principios de 2025 y se extendió por Estados Unidos, Canadá y Europa. Las salas de exposición y las estaciones de carga de Tesla fueron vandalizadas, y los manifestantes portaron carteles protestando por la asociación de Tesla con posturas políticas extremistas. Muchos clientes declararon públicamente su negativa a comprar coches Tesla porque "no querían apoyar a un director ejecutivo sin responsabilidad social".
Incluso dentro de Tesla, según algunas fuentes, la junta directiva ha debatido discretamente planes para encontrar un sustituto para Musk, al menos en un puesto ejecutivo directo. Aunque no hay una conclusión oficial, la pérdida gradual de confianza interna es una señal alarmante para cualquier empresa tecnológica.

Por supuesto, la influencia de Elon Musk y su papel pionero al llevar a Tesla de ser una startup desconocida a la mayor compañía de coches eléctricos del mundo es innegable. Pero también es él, con su personalidad impulsiva, sus declaraciones poco convencionales y su extrema tendencia al control personal, quien se está convirtiendo gradualmente en un obstáculo para la expansión y la protección de la imagen global de la marca.
La crisis actual supone una dura prueba para Tesla y para Elon Musk. La compañía necesita reposicionarse, recuperar la confianza de consumidores y accionistas, y ser más transparente sobre su estrategia de desarrollo a largo plazo. Mientras tanto, Musk también necesita reevaluar su rol: ¿como creador de valor o como fuente de riesgo?
Una gran marca no puede depender de una sola persona, por muy talentosa que sea. Y el verdadero crecimiento de Tesla pudo haber comenzado cuando Elon Musk dio un paso atrás.
Fuente: https://khoahocdoisong.vn/elon-musk-tu-huyen-thoai-tro-thanh-rui-ro-cua-tesla-post1549374.html
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