En la Ley Europea de Chip, la UE estableció el objetivo de representar el 20% de la cadena de valor global de microchips para 2030, frente a aproximadamente el 9% en 2022. Sin embargo, un informe de la Comisión Europea en julio de 2023 redujo la expectativa a solo el 11,7%.
A principios de esta semana, Intel, uno de los principales fabricantes de chips del mundo , anunció que pospondría la construcción de una importante fábrica de chips en Magdeburgo, Alemania, así como otro proyecto en Polonia, durante al menos los próximos dos años. Esta decisión se produce después de que la compañía sufriera enormes pérdidas, lo que la obligó a reestructurarse y a buscar maneras de reducir costos.
Se esperaba que el proyecto en Alemania, con una inversión total de hasta 30 mil millones de euros, desempeñara un papel importante en el plan de la UE para aumentar la capacidad de producción nacional de semiconductores.
El colapso de la industria automotriz europea durante la pandemia, cuando la escasez de chips creó una crisis en la cadena de suministro, llevó a la UE a priorizar la construcción de instalaciones de fabricación de chips dentro del bloque para reducir el riesgo de dependencia de suministros extranjeros.
La estrategia industrial de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sufrido un duro golpe tras el aplazamiento de proyectos clave por parte de Intel. Von der Leyen había priorizado el impulso de las industrias tecnológicas clave, como la fabricación de microchips, para su segundo mandato. Sin embargo, los retrasos no solo han interrumpido el progreso del plan, sino que también han planteado dudas sobre la competitividad de la UE en la carrera tecnológica global.
Otros países como EE. UU., China y Corea del Sur se han comprometido a realizar fuertes inversiones en fábricas de chips para mantener su liderazgo en la industria. Mientras tanto, el proyecto de Intel en EE. UU. está a punto de finalizar y TSMC, líder mundial del mercado de chips de Taiwán (China), también planea expandirse en EE. UU. En cambio, proyectos similares en Europa se han visto limitados o pospuestos, lo que dificulta que la UE alcance a sus competidores.
Parte del retraso se debe a la dificultad de los gobiernos europeos, especialmente el alemán, para encontrar financiación para proyectos de chips. Por ejemplo, el plan de inversión de 30 000 millones de euros para la planta de Magdeburgo requería un importante apoyo financiero de Berlín, hasta un compromiso inicial de 10 000 millones de euros. Sin embargo, el plan se retrasó después de que un tribunal denegara al gobierno la reutilización de fondos de emergencia para financiar el proyecto.
(Según Politico)
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Fuente: https://vietnamnet.vn/eu-tut-hau-trong-cuoc-dua-ban-dan-toan-cau-2325211.html
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