Según Goldman Sachs, si tanto Rusia como Arabia Saudita continúan reduciendo la oferta, los precios del petróleo podrían alcanzar los 107 dólares, el equivalente a los primeros días de la guerra de Ucrania.
El 5 de septiembre, Rusia y Arabia Saudita, los dos principales países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), anunciaron la prórroga de las medidas para restringir el suministro de petróleo hasta finales de este año. En consecuencia, Arabia Saudita continúa reduciendo la producción, mientras que Rusia limita las exportaciones. Este anuncio ha impulsado el precio del petróleo Brent por encima de los 91 dólares por barril, su máximo en 10 meses.
Goldman Sachs había pronosticado previamente precios del crudo Brent de 86 dólares por barril en diciembre y de 93 dólares por barril para finales del próximo año. Ahora, tras los anuncios de Rusia y Arabia Saudita, el banco afirmó que sus pronósticos "enfrentan dos riesgos al alza".
Uno de ellos es que si Arabia Saudita reduce su suministro en otros 500.000 barriles diarios, el precio del Brent podría subir 2 dólares. El segundo riesgo es la posibilidad de que los miembros de la OPEP+ extiendan los recortes.
Anteriormente, se predijo que la OPEP+ restablecería gradualmente la producción en enero de 2024. Sin embargo, ahora el banco deja abierta la posibilidad de que la OPEP+ mantenga el nivel actual de recortes. "En caso de que la OPEP+ mantenga la producción de 2023 hasta finales de 2024 y Arabia Saudita tarde en restablecerla", el precio del crudo Brent subirá a 107 dólares para diciembre de 2024.
El aumento de los precios del petróleo podría ayudar a Arabia Saudita a equilibrar su presupuesto y a Rusia a generar más ingresos. Sin embargo, un aumento de los precios de tres dígitos podría impulsar a los productores estadounidenses de gas de esquisto a aumentar la oferta, lo que reduciría los precios. El aumento de los precios también podría acelerar la inversión en energías limpias.
Estados Unidos tampoco quiere que los precios del petróleo alcancen los 100 dólares por barril, debido a la importancia política del precio de la gasolina. Ningún presidente estadounidense quiere que los precios de la gasolina se disparen, especialmente antes de unas elecciones.
Al ser preguntado sobre las medidas de restricción de la oferta de Rusia y Arabia Saudita, el asesor de Seguridad Nacional de EE. UU., Jake Sullivan, afirmó que el presidente Joe Biden se centra en "hacer todo lo posible para reducir los precios de la gasolina para los consumidores". "Nuestro objetivo final es un suministro energético global estable y eficiente", afirmó.
Ha Thu (según CNN)
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