Un grupo de científicos acaba de rastrear con éxito una variante genética especial que puede proteger a los humanos del virus VIH, la enfermedad del siglo, revelando su origen en antiguos pobladores que vivían cerca del Mar Negro hace 9.000 años.
Este descubrimiento no sólo revierte muchas hipótesis de larga data, sino que también amplía la comprensión de la evolución del sistema inmunológico humano.
“Cerrar la puerta” impide la entrada del VIH
La variante en cuestión se llama CCR5 delta 32, una mutación que hace que la proteína CCR5 sea inactiva. Esta es la “puerta” que la mayoría de las cepas del VIH utilizan para ingresar a las células inmunes.
La variante en cuestión se llama CCR5 delta 32, una mutación que hace que la proteína CCR5 sea inactiva (Foto: Getty).
Cuando esta “puerta” se desactiva, el virus del VIH queda bloqueado desde el exterior y no puede multiplicarse ni causar enfermedades.
En las personas que portan dos copias de la mutación CCR5 delta 32, la resistencia al VIH es casi completa. Sin embargo, los científicos han debatido durante mucho tiempo el origen y el mecanismo evolutivo de esta variante especial.
Algunas teorías han sugerido que surgió a partir de pandemias medievales, como la peste bubónica, o como resultado de las presiones de supervivencia de las guerras y el comercio causadas por los vikingos.
Pero todas estas conjeturas carecían de evidencia genética real, hasta que un estudio a gran escala dirigido por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) fue publicado recientemente en la revista Cell.
Desvelando la historia de la genética: pistas de humanos de hace 9.000 años
El equipo internacional analizó más de 3.400 genomas, incluidos 2.504 de personas modernas y 934 de personas antiguas que abarcan desde el período Mesolítico hasta la era vikinga (8.000 a. C.-1.000 d. C.).
A partir de este enorme conjunto de datos genéticos, rastrearon la variante CCR5 delta 32 y descubrieron que la primera persona portadora de esta variante vivió cerca del Mar Negro (actual Asia occidental) alrededor del año 7000 a. C.
Virus del VIH (Foto: Getty).
Este es el período en el que la gente comenzó a abandonar el estilo de vida nómada y se volcó en el asentamiento y la agricultura . A esto se suma un aumento de la densidad de población y un contacto más frecuente con animales, factores que incrementan el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas.
La variante CCR5 delta 32 se propagó gradualmente a medida que los ancestros humanos migraron a Europa. Cabe destacar que, entre hace unos 8.000 y 2.000 años, la frecuencia de esta mutación aumentó drásticamente, coincidiendo con un período de expansión territorial y exposición a muchos patógenos nuevos.
Rechazando la hipótesis de los "vikingos" y la peste
Contrariamente a las suposiciones previas de que CCR5 delta 32 sólo surgió en los últimos miles de años como una respuesta inmediata a las pandemias, una nueva investigación confirma que esta variante ha existido desde la Edad de Piedra. Su propagación es el resultado de la selección natural a lo largo de milenios, no una reacción instintiva a la guerra o a la enfermedad.
Según la genetista Kirstine Ravn, coautora del trabajo, el rastreo del tiempo y el lugar de aparición de la variante no se basa sólo en suposiciones, sino que se confirma mediante una secuencia sistemática de mutaciones genéticas en miles de genomas arqueológicos.
¿Por qué los humanos tenían genes contra el VIH antes de que apareciera el VIH?
Esta pregunta aparentemente contradictoria es la clave para ampliar nuestra comprensión del sistema inmunológico. Según el equipo de investigación, el CCR5 no sólo está relacionado con el VIH, sino que también juega un papel en la coordinación de la actividad del sistema inmunológico al recibir señales de las quimiocinas, sustancias que guían a las células inmunes a la zona de inflamación.
Cuando el CCR5 se “desactiva” debido a la mutación delta 32, la respuesta inflamatoria puede ralentizarse o reducirse. Puede parecer desventajoso, pero en el contexto de miles de años atrás, esto ayudó al cuerpo a evitar respuestas inmunes hiperactivas, como el shock séptico, que podría haber causado la muerte rápidamente.
"En las comunidades agrícolas primitivas donde las enfermedades infecciosas se propagaban fácilmente, un sistema inmunológico 'moderado' a veces salvaba más vidas que un sistema inmunológico hiperreactivo", afirmó el investigador Leonardo Cobuccio.
El nuevo descubrimiento no sólo reescribe la historia de la variante CCR5 delta 32, sino que también es un gran paso adelante en la genética, la medicina evolutiva y el tratamiento del VIH.
Hoy en día, algunos pacientes con VIH se han curado completamente gracias a trasplantes de células madre de personas portadoras de la variante CCR5 delta 32. Se puede decir que es el legado genético de los antiguos pueblos que vivían en las orillas del Mar Negro hace 9.000 años el que se ha convertido en la esperanza de supervivencia para los pacientes del siglo XXI.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/giai-ma-gen-chong-hiv-dau-vet-di-truyen-9000-nam-tu-vung-bien-den-20250520065707858.htm
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