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Según las recomendaciones de expertos en nutrición, durante la etapa infantil con sarampión, las comidas deben garantizar una alimentación adecuada y equilibrada entre los cuatro grupos principales de alimentos, según el modelo del "cuadrado de alimentos", incluyendo el grupo de los cereales y los tubérculos (glúcidos): aportan energía, minerales y azúcar. El grupo de las proteínas: incluye proteínas animales (carne, pescado, huevos, leche) y proteínas vegetales (frijoles, guisantes). El grupo de las grasas (lípidos): el aceite de cocina, la grasa y la mantequilla ayudan a absorber las vitaminas liposolubles como la A, la D, la E y la K. El grupo de las vitaminas, los minerales y la fibra: proviene principalmente de verduras de hoja verde y frutas frescas. En particular, al aportar nutrientes, las proteínas contribuyen a la formación y la regeneración de las células dañadas, a la vez que refuerzan el sistema inmunitario.
Los padres deben prestar más atención a los suplementos nutricionales para niños con sarampión.
El Dr. Nguyen Kim Loan, Jefe del Departamento de Nutrición del Hospital de Obstetricia y Pediatría Ca Mau , afirmó: «Cuando los niños contraen sarampión, la nutrición desempeña un papel fundamental para fortalecer la resistencia y ayudar al cuerpo a recuperarse rápidamente. En primer lugar, los padres deben prestar atención a la suplementación de vitaminas y minerales, especialmente las vitaminas A, C, zinc y hierro, que son micronutrientes esenciales para ayudar al cuerpo a combatir los virus y fortalecer el sistema inmunitario. Es fundamental aumentar el consumo de verduras y frutas frescas, alimentos ricos en proteínas y minerales, en las comidas diarias».
Los niños con sarampión suelen tener fiebre alta y son propensos a la deshidratación, por lo que los padres deben asegurarse de que sus hijos beban suficiente agua a diario. Además del agua filtrada, se puede añadir zumo de fruta fresca, papilla ligera o agua con electrolitos para rehidratarlos y ayudarlos a sentirse mejor. Dado que los niños con sarampión suelen presentar úlceras bucales, fatiga y pérdida de apetito, los alimentos deben prepararse blandos, fáciles de tragar y digerir, como papilla, sopa o arroz blando. Además, es necesario prestar atención al procesamiento de alimentos limpios, garantizando la higiene y la seguridad alimentaria para evitar el riesgo de infección, especialmente cuando el sistema inmunitario del niño está debilitado. Otra nota importante es que, en lugar de obligar a los niños a comer tres comidas copiosas, los padres deben dividir las comidas en varias veces al día. Esto no solo facilita la alimentación de los niños, sino que también ayuda a que el cuerpo absorba los nutrientes de forma más eficaz. Además, es importante evitar dar a los niños alimentos picantes como el chile y la pimienta, ya que pueden dañar fácilmente la mucosa oral. Los alimentos fritos con mucho aceite, los alimentos procesados con mucha sal, azúcar y grasas no saludables tampoco son adecuados durante esta etapa. Los refrescos carbonatados pueden causar hinchazón e indigestión, y los alimentos alergénicos deben evitarse por completo si el niño tiene antecedentes de alergias.
Según la Dra. Loan: «Para la nutrición de los niños de 6 a 24 meses, es necesario que los niños de este grupo de edad sigan siendo amamantados con mayor frecuencia. La leche materna es una valiosa fuente de nutrición, ya que ayuda a proporcionar los anticuerpos y la energía necesarios. Al mismo tiempo, la dieta de la madre también debe ser adecuada y equilibrada para obtener una leche de la mejor calidad».
Una nutrición adecuada es fundamental para que los niños superen el sarampión con facilidad y se recuperen rápidamente. Los padres deben prestar atención a su alimentación diaria y brindar una atención integral para proteger la salud de sus hijos.
Tras recuperarse del sarampión, el cuerpo del niño necesita compensar la nutrición perdida. Por lo tanto, alimente al niño con más frecuencia de lo habitual y anímelo a comer una comida más al día durante al menos un mes o hasta que su crecimiento se normalice. Los padres deben consultar a un médico o nutricionista para desarrollar una dieta adecuada al estado de salud específico del niño. Es necesario monitorear la reacción después de cada comida. Si el niño muestra signos inusuales, es necesario suspender el alimento sospechoso y llevarlo a un centro médico para una evaluación oportuna. Además, mantener la higiene personal y el entorno vital también juega un papel importante. Los niños necesitan bañarse, cepillarse los dientes a diario y tener su propio espacio de juego para limitar el riesgo de propagación de la enfermedad a otros.
Yen Nhi - Huu Nghia
Fuente: https://baocamau.vn/giup-tre-mac-soi-nhanh-phuc-hoi-a38772.html
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