
Luz en la noche oscura
Cuando uno piensa en Haití hoy, probablemente piensa en hambruna, tiroteos, conflictos entre señores de la guerra y pandillas descontroladas. Cualquiera en la calle podría ser pandillero. Sumado a la precaria situación económica y la inestabilidad política , muchos locales ven a los extranjeros como «cajeros automáticos andantes», lo que los convierte en blancos fáciles para los ataques.
En la capital, las bandas controlan las principales vías de acceso a las calles. Los asesinatos, los incendios provocados, los secuestros y las extorsiones son moneda corriente, incluso los ataques a hospitales; todas estas terribles tragedias parecen ser una constante en este país.
En medio de la oscuridad, un rayo de esperanza ha surgido: la victoria de la selección haitiana en las eliminatorias para la Copa Mundial de 2026. A pesar de quedar encuadrada en un grupo difícil junto a Honduras y Costa Rica, consideradas selecciones más fuertes, Haití logró superar todos los obstáculos y obtener su pase al Mundial.

Esta es solo la segunda vez en la historia que la selección haitiana participa en el mayor festival del fútbol mundial. Pero esta vez es sin duda la más impresionante, porque a diferencia de la estabilidad de los años setenta, Haití es ahora un país inhóspito, un lugar donde no hay margen para el desarrollo. Sin embargo, superando la adversidad, este equipo ha realizado una trayectoria extraordinaria.
Viaje desde cero
La pobreza, la inestabilidad y una serie de desastres naturales en Haití han agravado la ya precaria situación del país. El fútbol ha sido uno de los sectores más afectados. El devastador terremoto de enero de 2010 en Haití causó la muerte de 70.000 personas, entre ellas entre 30 y 50 futbolistas, entrenadores, árbitros y dirigentes haitianos.
El desastre dejó al fútbol haitiano prácticamente paralizado durante muchos años. No fue hasta 2013 que el equipo disputó sus primeros partidos oficiales, perdiendo por la mínima (1-2) ante España y empatando (2-2) con Italia en dos amistosos. Estos impresionantes resultados devolvieron gradualmente al fútbol haitiano al primer plano.
En los años siguientes, a pesar del empeoramiento de la situación en el país (no se pudieron celebrar elecciones desde 2016), el fútbol haitiano continuó progresando de manera constante. En las eliminatorias para la Copa Mundial de 2018, Haití llegó a la penúltima ronda de la CONCACAF.

En la Copa CONCACAF 2019, Haití protagonizó una remontada espectacular en cuartos de final, derrotando a Canadá, liderada por Alphonso Davies, por 3-2 para alcanzar las semifinales. Este fue su mejor resultado desde 1991. En las eliminatorias para la Copa Mundial de 2022, Haití continuó destacando al vencer a grandes potencias y llegar a la ronda final de clasificación.
Y en 2024, el equipo comenzó a explotar bajo el mando del técnico Sébastien Migne, un hombre que sorprendió a todos al aceptar liderar la inestable escena futbolística de la isla atlántica.
Se puede afirmar que su amplia experiencia en África ha ayudado a Migne a desarrollar una gran capacidad de adaptación a entornos difíciles, cultivando una naturaleza que ama los retos y se atreve a explorar cosas nuevas cuando trabaja con el fútbol haitiano.
Además de confiar en los jugadores ya existentes, viajó por Europa y Estados Unidos para contactar con otros jugadores de origen haitiano, convenciéndolos de unirse a la selección nacional. Entre ellos se encontraban Keeto Thermoncy de Suiza, Garven Metusala de Canadá, Jean-Ricner Bellegarde de Inglaterra, Christopher Attys y Ruben Providence de Francia. Posteriormente, en las eliminatorias para la Copa Mundial de 2026, elevaron el nivel de la selección, ayudando a Haití a superar grandes obstáculos y conseguir el boleto al Mundial tras 52 años de espera.
Este es sin duda un equipo de las Naciones Unidas, ya que sus jugadores provienen de más de 10 países diferentes. Pero no son mercenarios. Lo que los une no es el dinero, sino la responsabilidad y la misión que tienen con Haití y su gente.

El capitán y veterano portero Johnny Placide, nacido en Francia, declaró: «Somos una nación que ha sufrido mucho. Cuando decidí unirme a la selección de Haití, mi objetivo era brindar alegría a través del fútbol a quienes sufren a diario. Me ha aportado una extraordinaria fuente de fortaleza».
Al igual que otros miembros veteranos del equipo, tengo la gran responsabilidad de ayudar a los nuevos integrantes a comprender la importancia de representar a Haití, nuestras responsabilidades y nuestra misión con el país. Estamos comprometidos a construir un equipo unido, trabajando hacia un objetivo común.
Un equipo extraño
Además de contar con un número inusual de jugadores multinacionales, la selección haitiana sorprendió con hechos que parecen insólitos en el fútbol de élite. Para empezar, su entrenador, Sébastien Migne, lleva más de un año al frente del equipo, pero jamás ha pisado suelo haitiano.
“Es imposible (trabajar en Haití), porque es demasiado peligroso”, dijo Migne en una entrevista con la revista France Football. “Normalmente vivo en el país donde tengo contrato, pero no puedo quedarme en Haití. Porque ya no hay vuelos internacionales”.
Me comuniqué por teléfono con los dirigentes de la federación. A muchos ni siquiera los conocía. Lo importante era mantener la calma y trabajar juntos, y eso fue exactamente lo que hicimos. Mientras mantuviéramos un contacto estrecho, no debería haber ningún problema.

En segundo lugar, muchos de los jugadores que defienden los colores de Haití nunca han vivido en este país. Sus abuelos, padres y bisabuelos emigraron a otros países como Inglaterra, Francia, Bélgica, Portugal, Estados Unidos, Suiza, etc., y comenzaron sus carreras aquí. Son la segunda y tercera generación de la comunidad haitiana.
Cuando visten la camiseta de la selección nacional, estos jugadores solo pueden jugar en casa, en República Dominicana, Aruba, Barbados o Curazao, porque la violencia y la inestabilidad en el país no permiten que Haití albergue partidos internacionales.
Durante todo el proceso de clasificación para la Copa Mundial de 2026, la selección haitiana tuvo que viajar a países neutrales, e incluso hubo quienes olvidaron el calendario, lo que obligó a la Federación Haitiana de Fútbol a solicitar a la CONCACAF que fijara una sede para evitar confusiones entre los jugadores. Por este motivo, Haití eligió Curazao como su sede para toda la ronda final de clasificación.
Extraño, extraordinario, admirable… eso es lo que se puede decir del recorrido clasificatorio al Mundial 2026 de Haití, una selección que se está convirtiendo en un espejo del fútbol mundial.
Fuente: https://tienphong.vn/hanh-trinh-den-world-cup-2026-phi-thuong-cua-haiti-doi-tuyen-di-len-tu-ngheo-doi-va-hoang-tan-post1798169.tpo






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