Marcas de madurez en el arte
Tras veinte años pintando, Dang Thanh Huyen ha forjado su propio estilo: una combinación de realismo e impresionismo que enfatiza la interioridad y las emociones. Desde una niña que sostenía un pincel a los 5 años hasta una pintora famosa en el panorama artístico vietnamita, la trayectoria de Dang Thanh Huyen es un testimonio de su inquebrantable búsqueda de la pasión.
Nacida en 1986 en Hanoi en una familia sin tradición artística, se graduó de la Universidad de Bellas Artes Industriales en 2008 y continuó su maestría en la Universidad de Bellas Artes de Vietnam en 2014. A través de exposiciones como Huong sac Ha Thanh, Nhip thoi gian, Be ve giac mo, Dang Thanh Huyen afirmó gradualmente su posición en la comunidad de la pintura.
Pintor Dang Thanh Huyen. Foto de : Vov
Esta vez, con Where Time Slows Down, el artista lleva al espectador a un espacio donde los colores y las líneas se convierten en el hilo conductor de los recuerdos, ayudándonos a reducir la velocidad en medio de una vida ocupada.
El punto culminante de la exposición es una serie de retratos de seres queridos, un reto que no todos los artistas eligen. Pintar el rostro de un desconocido puede brindar libertad de expresión, pero al recrear a un ser querido, cada pincelada conlleva una responsabilidad: ¿cómo mantener el espíritu y la emoción sin caer en el realismo mecánico?
Al dibujar a un desconocido, solo necesitamos capturar su comportamiento general. Pero con un ser querido, cada línea se asocia con recuerdos, emociones y la comprensión que se ha ido construyendo a lo largo de los años. Eso supone una presión, porque con un pequeño cambio, el retrato puede tener un matiz diferente. Pero es ese desafío el que me hace apreciar más cada obra, porque cada cuadro no es solo mi historia, sino también parte de los recuerdos de las personas que más quiero —compartió Dang Thanh Huyen—.
En esta exposición, los espectadores no solo aprecian las técnicas pictóricas de Huyen, sino que también sienten la gama de emociones que transmite cada obra. No son simples pinturas, sino fragmentos de recuerdos, momentos del tiempo preservados en el lienzo.
El arte no es para vender, sino para tocar emociones.
Aunque mucha gente colecciona sus pinturas, Dang Thanh Huyen no considera el comercialismo como su principal objetivo. Cree que la pintura es una forma de contar historias, una forma de compartir, más que un producto para vender.
No niego que se coleccionen pinturas, pero para mí, las exposiciones son para compartir, para conectar emociones. Si alguien se lleva un cuadro a casa porque se siente identificado con él, es un valor incalculable. Pero si solo pintas para vender, el cuadro perderá su esencia —dijo el artista—.
Pintura del artista Dang Thanh Huyen. Foto de : Vov
Actualmente, Dang Thanh Huyen vive en Nha Trang con su esposo, el empresario Dang Bao Hieu, y sus tres hijos. No solo es artista, sino también fundadora de una marca de pañuelos de seda artísticos, un lugar donde convergen la artesanía tradicional, la pintura y los valores materiales.
Ocupada como madre, artista y empresaria, admite que no siempre es posible encontrar el equilibrio. "Algunos días lo hago todo bien, otros días me siento torpe. Pero lo importante es que sigo siendo feliz cuando pinto, cuando estoy con mi familia y estoy lo suficientemente sobria para dirigir el negocio".
Después de "Donde el tiempo se ralentiza", Dang Thanh Huyen continúa con nuevos proyectos, incluidos planes para construir un espacio de arte privado, un lugar que conecte a artistas, amantes del arte y la comunidad.
“Cada exposición no es solo un evento, sino un viaje. No busco la perfección, solo quiero ser yo mismo: una persona que vive para el arte y lo que amo”, afirmó el artista.
PV
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