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Cumbre UE-China: Elegir un camino en la encrucijada

Esta semana, los principales líderes de la Unión Europea (UE) se encuentran en un viaje estratégicamente importante a Asia.

Báo Thanh HóaBáo Thanh Hóa24/07/2025


Cumbre UE-China: Elegir un camino en la encrucijada

La bandera nacional china (izquierda) y la bandera de la Unión Europea (UE). (Foto: AFP/VNA)

Tras una escala en Japón para fortalecer las asociaciones regionales, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la alta representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, llegaron a Beijing para asistir a la Cumbre UE-China el 24 de julio, conmemorando 50 años de relaciones diplomáticas entre ambas partes.

Pero en lugar de una celebración simbólica de los lazos bilaterales de larga data, la cumbre de este año reflejó la profundización de las diferencias, ya que el comercio, las cadenas de suministro y el conflicto en Ucrania eclipsaron cualquier esfuerzo por generar confianza.

“Socio” - “Competidor del sistema”

En 2019, la UE nombró oficialmente a China por primera vez en su “Visión Estratégica” con tres roles paralelos: “socio cooperativo”, “competidor” y “rival sistémico”.

Sin embargo, según muchos expertos, el énfasis en la frase “rival sistémico” no sólo refleja un cambio de percepción, sino que también oscurece involuntariamente los intereses comunes y obstaculiza la posibilidad de un diálogo constructivo.

“Si la UE realmente quiere convertirse en un polo de poder independiente en el orden mundial multipolar emergente, el requisito previo es construir relaciones con China sobre la base de principios e intereses a largo plazo, no solo sobre la base de prejuicios o alineamiento estratégico con Estados Unidos”, advirtió Gerhard Stahl, ex secretario general del Comité de las Regiones de la UE.

Esta declaración refleja profundas preocupaciones dentro de la UE: ¿Puede Europa mantener la autonomía estratégica en el contexto de una competencia cada vez más feroz entre Estados Unidos y China?

Las relaciones bilaterales entre la UE y China han enfrentado grandes desafíos en los últimos años.

El estancado Acuerdo Global sobre Inversiones (CAI) debido a disputas sobre derechos humanos , sanciones mutuas y presiones de Estados Unidos ha erosionado gravemente la confianza entre ambas partes.

La UE está profundamente preocupada por el modelo económico estatal de China, que según Bruselas se caracteriza por empresas subvencionadas, acceso limitado al mercado y normas de competencia opacas.

Por el contrario, Pekín cree que la UE está aplicando un doble rasero, ignorando los esfuerzos de reforma de China y restringiendo cada vez más la presencia de empresas chinas en Europa en nombre de la "seguridad nacional".

El desacuerdo entre ambas partes también se extendió a cuestiones estratégicas como Taiwán, el papel de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el Indo-Pacífico o el conflicto en Ucrania.

Frente a esa realidad, la UE se enfrenta a dos difíciles decisiones: seguir acompañando a Estados Unidos en su política de enfrentamiento con China o intentar establecer su propia postura, basada en la cooperación condicional y en el diálogo de principios.

El Sr. Stahl cree que, para evitar quedar atrapada en el torbellino de la confrontación entre las grandes potencias, la UE necesita reconstruir proactivamente la confianza con China.

En concreto, es necesario promover el acceso justo a los mercados, proteger los derechos de propiedad intelectual, ampliar la cooperación industrial verde y desempeñar un papel constructivo en la reforma de instituciones globales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o las Naciones Unidas (ONU).

“China puede ser un rival en algunas áreas, pero también es un socio indispensable para abordar desafíos globales como el cambio climático, la gobernanza de la IA y garantizar cadenas de suministro seguras”, enfatizó.

Uno de los temas espinosos hoy en día es la balanza comercial, fuertemente inclinada hacia China, con un déficit de la UE que alcanzará más de 400.000 millones de euros en 2023.

Aunque las empresas europeas enfrentan muchas barreras en el mercado chino, Beijing aún impulsa sus exportaciones gracias a su política de subsidios y a la protección de las empresas estatales.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, ha calificado sin rodeos la relación actual de «desequilibrada e insostenible». Ha instado a China a ampliar el acceso al mercado y a flexibilizar los controles sobre materiales estratégicos, clave para la transición digital y energéticamente limpia que impulsa la UE.

Sin embargo, la profunda dependencia de la UE de China en materia de tecnología limpia, vehículos eléctricos, imanes permanentes y minerales raros hace que la posibilidad de una "des-China" sea difícil de lograr.

Cualquier acuerdo climático con Beijing corre el riesgo de ser estratégicamente pasivo, con un socio que no es del todo confiable, según Byford Tsang, investigador principal de políticas del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).

Por otra parte, la cuestión de Ucrania sigue siendo el mayor punto de división en las relaciones entre la UE y China.

A pesar de las afirmaciones de neutralidad de Pekín, el comercio continuo con entidades rusas sancionadas, el suministro de bienes de doble uso y la repetición de cierta retórica del Kremlin han llevado a la UE a dudar del compromiso de China de “no tomar partido”.

La decisión de Bruselas de añadir una serie de empresas chinas a su última lista de sanciones ha provocado una reacción negativa de Pekín.

En medio de la creciente competencia entre Estados Unidos y China, la UE está tratando de ajustar su estrategia para evitar verse arrastrada a una confrontación a gran escala y, al mismo tiempo, proteger su seguridad y sus intereses económicos.

Esta cumbre entre la UE y China ya no es una mera celebración, sino un momento de revisión de la realidad: ambas partes se encuentran en encrucijadas estratégicas diferentes.

Mientras Bruselas intenta conciliar intereses económicos y valores geopolíticos, Pekín se mantiene firme en la búsqueda de sus propias prioridades nacionales.

El diálogo, si bien sigue siendo necesario, ya no es la clave mágica que antaño fue. Sin un mecanismo de coordinación de intereses basado en el respeto y compromisos concretos, las relaciones entre la UE y China seguirán cayendo en una confrontación blanda, a pesar de medio siglo de estrechos vínculos.

Según VNA

Fuente: https://baothanhhoa.vn/hoi-nghi-thuong-dinh-eu-trung-quoc-lua-duong-truoc-nga-re-255903.htm


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