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Nuevas direcciones en neurocirugía

Báo Đầu tưBáo Đầu tư06/03/2025

Médicos vietnamitas han implementado con éxito la cirugía endoscópica a través de una pequeña incisión encima de la ceja para extirpar un tumor en la base del cráneo.


Médicos vietnamitas han implementado con éxito la cirugía endoscópica a través de una pequeña incisión encima de la ceja para extirpar un tumor en la base del cráneo.

Primera extirpación de un tumor cerebral a través de una pequeña incisión encima de la ceja

El Profesor Asociado, Dr. Dong Van He, Subdirector del Hospital de la Amistad Vietnam-Alemania y Presidente de la Asociación de Neurocirugía de Vietnam y la ASEAN, anunció la primera implementación exitosa en Vietnam de la cirugía endoscópica mediante una pequeña incisión por encima de la ceja para extirpar un tumor en la base del cráneo. Esta técnica representa un gran avance en la neurocirugía mínimamente invasiva, ya que ayuda a minimizar los riesgos para los pacientes.

Los pacientes postoperatorios están siendo tratados en el Hospital de la Amistad Viet Duc.

La cirugía de extirpación de tumores cerebrales a través de una pequeña incisión en la ceja es parte de un proyecto de investigación a nivel estatal sobre neurocirugía mínimamente invasiva, aprobado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología .

Anteriormente, al tratar lesiones en la base del cráneo, los médicos solían tener que expandir el cráneo y usar un microscopio o, en algunos casos, acceder por la nariz. Sin embargo, este método no es aplicable a tumores en zonas de difícil acceso.

Con la nueva técnica, los médicos solo necesitan realizar una pequeña incisión en la ceja, a través de la cual se inserta un endoscopio para proporcionar una fuente de luz y facilitar la observación de la lesión. Los cirujanos pueden utilizar ángulos de visión flexibles (0, 30 y 45 grados) para extirpar el tumor con precisión sin afectar significativamente el parénquima cerebral, minimizando así los riesgos y las complicaciones.

La semana pasada, el Hospital de la Amistad Viet-Duc realizó con éxito dos cirugías para extirpar meningiomas en la base anterior del cráneo. Ambos pacientes presentaban tumores ubicados justo por encima del techo de la órbita, con tamaños que variaban entre 1,8 cm y casi 3 cm. Tras la cirugía, ambos pacientes se recuperaron satisfactoriamente y pudieron recibir el alta precoz.

El profesor asociado, Dr. Dong Van He, dijo que este método quirúrgico tiene muchas ventajas destacadas, incluida la minimización de la invasividad: esta técnica no requiere expandir el tejido cerebral, lo que ayuda a reducir la tasa de daño al tejido sano.

Observación clara: El sistema de luz endoscópica ayuda a los cirujanos a observar más detalles que con los microscopios tradicionales y a evaluar con precisión el límite entre el tumor y el tejido sano.

Riesgo reducido de complicaciones: Este método ayuda a reducir el riesgo de daño a nervios importantes como el nervio óptico y el olfativo.

Recuperación rápida: Tiempo de recuperación rápido, permitiendo a los pacientes volver a su vida normal en poco tiempo.

Con el éxito inicial de esta técnica, la cirugía endoscópica a través de una pequeña incisión en la ceja abre un nuevo camino en la neurocirugía mínimamente invasiva. Esto no solo ayuda a mejorar la calidad del tratamiento, sino que también ofrece oportunidades de tratamiento más seguras y eficaces para los pacientes. Esta cirugía será una de las soluciones más importantes en el cuidado y tratamiento de las enfermedades neurológicas en el futuro.

El hígado graso y la hepatitis son los culpables del cáncer de hígado.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud , más del 30% de la población mundial padece hígado graso, y la tasa de hígado graso en Vietnam tiende a aumentar y a disminuir. Si antes, el hígado graso era común en personas mayores de 40 años, ahora también lo padecen personas de entre 20 y 30 años, e incluso niños, especialmente aquellos con sobrepeso y obesidad.

El hígado graso y la hepatitis progresan de forma silenciosa, sin síntomas evidentes. Si no se detectan y tratan a tiempo, el paciente corre el riesgo de desarrollar hepatitis crónica, cirrosis descompensada y cáncer de hígado. Según las estadísticas del Ministerio de Salud , Vietnam registra anualmente 26.418 nuevos casos de cáncer de hígado y 25.272 muertes, la tasa de mortalidad más alta entre los cánceres.

La hepatitis y el hígado graso son problemas de salud cada vez más comunes que afectan gravemente la función hepática. Sin embargo, a menudo no presentan síntomas evidentes en las primeras etapas, lo que hace que muchas personas desconozcan la gravedad de la enfermedad. Tanto la hepatitis como el hígado graso, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden provocar complicaciones peligrosas como cirrosis e incluso cáncer de hígado.

La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser causada por diversos factores, como virus (como las hepatitis B y C), el abuso de alcohol, la sobredosis de drogas o enfermedades autoinmunes. La hepatitis aguda puede ser completamente reversible si se detecta y trata a tiempo. Sin embargo, si no se controla, puede progresar a hepatitis crónica, que puede durar muchos años y causar daños graves al hígado.

Cuando el hígado se inflama durante un tiempo prolongado, el tejido hepático se vuelve fibrótico, formando tejido cicatricial que reemplaza al tejido hepático sano. Esta es la etapa de la cirrosis, en la que el hígado pierde su capacidad de desintoxicar y sintetizar proteínas importantes para el organismo. Si esta afección continúa progresando, la enfermedad puede derivar en cáncer de hígado.

El hígado graso, también conocido como enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), es una afección en la que la grasa se acumula en las células hepáticas. Es una afección común y cada vez más frecuente, especialmente en personas con estilos de vida poco saludables, dietas poco saludables, falta de ejercicio o personas con diabetes u obesidad.

Inicialmente, el hígado graso no suele presentar síntomas evidentes, pero si no se trata, puede progresar a esteatohepatitis, luego a cirrosis y, finalmente, a cáncer de hígado. El peligro del hígado graso reside en que puede permanecer "silenciosamente" en el organismo durante muchos años sin presentar signos específicos, lo que hace que el paciente no sea consciente de la existencia de la enfermedad hasta que se agrava.

Tanto la hepatitis como el hígado graso pueden provocar cirrosis, una afección en la que el tejido hepático se sustituye por tejido cicatricial, lo que reduce su capacidad funcional. La cirrosis puede provocar insuficiencia hepática y aumenta el riesgo de cáncer de hígado.

El diagnóstico y el tratamiento tempranos de estas enfermedades son fundamentales. Si se detectan y tratan a tiempo, la hepatitis y el hígado graso pueden controlarse y no causan complicaciones graves. Sin embargo, si no se interviene a tiempo, el daño hepático puede ser irreversible y provocar complicaciones peligrosas como cirrosis y cáncer de hígado.

Para prevenir la hepatitis y el hígado graso, lo más importante es mantener un estilo de vida saludable. Esto incluye los siguientes principios: Alimentación responsable: Limitar los alimentos ricos en grasas y azúcares, aumentar el consumo de verduras, frutas y alimentos ricos en fibra. Es importante controlar el peso para evitar el sobrepeso y la obesidad.

Haga ejercicio regularmente: el ejercicio mejora la función hepática y ayuda a reducir el riesgo de padecer enfermedad del hígado graso.

Limite el consumo de alcohol: El alcohol es una de las principales causas de hepatitis y cirrosis. Limitar o suspender el consumo de alcohol puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades.

Chequeos médicos regulares: Revise su función hepática para detectar signos tempranos de anomalías. Los análisis de sangre para verificar los índices hepáticos y la ecografía hepática pueden ayudar a su médico a detectar la hepatitis y el hígado graso de forma temprana.

Señales de advertencia del cáncer de estómago

El Sr. T.D.T., de 62 años y residente de Quang Ninh, acudió al médico por dolor epigástrico acompañado de vómitos con sangre. Tras el diagnóstico, supo que padecía una enfermedad peligrosa que a cualquiera le pone los pelos de punta: cáncer de estómago.

El Sr. T.D.T. fumaba desde hacía mucho tiempo, unos 30 paquetes al año. Aproximadamente una semana antes de ser ingresado en el hospital, comenzó a sentir un dolor intenso en la región epigástrica, acompañado de náuseas, vómitos con sangre y comida, eructos, acidez, fatiga y pérdida de apetito. Al no mejorar los síntomas, decidió acudir al hospital para una revisión.

Luego de ser asignado para realizar pruebas y exámenes paraclínicos, los resultados de la endoscopia esofagogástrica mostraron que el Sr. T.D.T. tenía esofagitis por reflujo grado B.

La endoscopia también reveló una úlcera de unos 2 cm de profundidad en el prepíloro. La base de la úlcera estaba cubierta por una pseudomembrana blanca y el borde de la úlcera era desmenuzable y sangraba con facilidad al ser expuesto al endoscopio, lo que causaba contracción y deformación del orificio pilórico. La tomografía computarizada también reveló una imagen de engrosamiento desigual del antro gástrico, que apuntaba a un tumor y numerosos ganglios linfáticos circundantes, con un nódulo sólido en el pulmón izquierdo.

Para determinar la naturaleza de la lesión, los médicos realizaron una biopsia de la zona de la úlcera gástrica y los resultados mostraron que la imagen era compatible con un adenocarcinoma poco diferenciado. Sin embargo, el nódulo sólido en el pulmón izquierdo no era una lesión metastásica. El paciente fue trasladado al Hospital Tan Trieu K para recibir tratamiento quirúrgico y de quimioterapia.

Según el informe de la Organización Internacional del Cáncer (Globocan), el cáncer de estómago ocupa el tercer lugar entre los tipos de cáncer con mayor mortalidad en Vietnam, después del cáncer de pulmón y el cáncer de hígado. Esta afección tiende a aumentar en el grupo de personas de 50 a 60 años y es especialmente común en hombres.

La Dra. Pham Thi Que, especialista digestiva del Hospital General Medlatec, dijo que el cáncer de estómago tiene muchas causas potenciales.

Una causa común es la bacteria HP (Helicobacter pylori), un tipo de bacteria que vive en el estómago y secreta la enzima ureasa, causando úlceras estomacales. Aunque muchos pacientes infectados con esta bacteria no presentan síntomas, esta puede dañar el revestimiento del estómago, causando úlceras y, con el tiempo, puede derivar en cáncer.

Además, los factores genéticos también influyen significativamente en el aumento del riesgo de cáncer de estómago. Si bien el cáncer de estómago no es una enfermedad genética común, las mutaciones genéticas pueden transmitirse de generación en generación, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar la enfermedad si algún familiar la padece.

La gastritis crónica es otra causa importante. Cuando el revestimiento del estómago se daña durante un período prolongado, las células estomacales pueden sufrir cambios como metaplasia y displasia, y eventualmente derivar en cáncer.

Otros factores, como fumar, beber alcohol y comer demasiada comida picante o procesada, también aumentan el riesgo de cáncer de estómago. Un estilo de vida poco saludable, la falta de sueño y el estrés también pueden contribuir a la gravedad de la enfermedad.

Una de las formas más peligrosas de cáncer de estómago es el adenocarcinoma poco diferenciado. Este tipo de cáncer es altamente maligno y progresa rápidamente. Sin embargo, si se detecta y trata a tiempo, el cáncer de estómago puede controlarse eficazmente.

Desafortunadamente, en las primeras etapas, los síntomas del cáncer de estómago pueden confundirse fácilmente con enfermedades estomacales comunes, lo que hace que los pacientes no presten atención y no acudan al médico a tiempo.

Según el Dr. Que, cuando aparecen los siguientes signos, el paciente debe acudir inmediatamente a un centro médico para un examen: el paciente se siente hinchado, flatulento o incluso náuseas después de cada comida sin razón aparente.

Pérdida de apetito, sensación de no disfrutar de la comida aunque se tenga hambre. A veces, también se siente dificultad para tragar y se siente comida atascada en la garganta.

La acidez estomacal y el reflujo ácido son comunes pero se alivian fácilmente con medicamentos.

Pérdida rápida de peso en uno o dos meses, tez pálida y desmejorada. Dolor abdominal intenso y, en casos graves, sangrado gástrico (vómitos con sangre, heces negras).

La MSc. Pham Thi Que también enfatizó que la detección regular del cáncer de estómago es muy importante, especialmente para aquellos con alto riesgo.

Los siguientes grupos de personas necesitan hacerse pruebas de detección de cáncer gastrointestinal regularmente (una vez al año): personas mayores de 50 años. Personas con hábito de fumar y beber alcohol durante mucho tiempo.

Personas con antecedentes familiares de cáncer de estómago. Personas con enfermedades estomacales crónicas. Las pruebas de detección periódicas ayudan a detectar lesiones cancerosas tempranas o el cáncer en una etapa temprana, mejorando así el pronóstico y la calidad de vida del paciente.

El cáncer de estómago es una enfermedad peligrosa que puede ser mortal si no se detecta y trata a tiempo. Síntomas como dolor abdominal, vómitos con sangre, pérdida de apetito, distensión abdominal y pérdida rápida de peso son señales que no deben ignorarse. Las revisiones periódicas y seguir las recomendaciones del médico pueden ayudar a detectar la enfermedad a tiempo y aumentar las probabilidades de éxito del tratamiento.


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Fuente: https://baodautu.vn/tin-moi-y-te-ngay-53-huong-di-moi-trong-phau-thuat-than-kinh-d250993.html

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