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Italia se ha convertido en el primer país del mundo en prohibir la producción, venta e importación de carne cultivada en laboratorio, es decir, carne producida mediante el cultivo de células animales en un laboratorio en lugar de mediante el sacrificio de animales.
La prohibición también abarca el uso de términos que hacen referencia a productos cárnicos tradicionales para comercializar sustitutos de carne de origen vegetal. Quienes incumplan la prohibición podrían recibir multas de hasta 162.700 dólares y arriesgarse al cierre, según Reuters.
El parlamento italiano ha enfatizado que la prohibición busca proteger las tradiciones culinarias y los empleos agrícolas del país. Si bien el proyecto de ley ha recibido el apoyo de agricultores y tradicionalistas italianos, otros se han opuesto a la nueva ley, argumentando que la carne sintética podría ayudar a los consumidores a dejar de consumir carne tradicional, con altas emisiones de carbono.
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