Jannik Sinner gana Wimbledon 2025. |
Bajo el sol abrasador de la Pista Central, donde un calor de más de 32 grados centígrados cubría la pista, abrasando cada paso, Sinner mantuvo la cabeza fría para lograr lo que nadie en la historia del tenis italiano había logrado jamás: ganar el título individual en Wimbledon. La victoria por 4-6, 6-4, 6-4, 6-4 sobre Alcaraz no solo le dio a Sinner su segundo Grand Slam en 2025, sino que también marcó un punto de inflexión en uno de los enfrentamientos más emocionantes del tenis moderno.
Partido dentro del partido: técnica, táctica y espíritu
Fue la primera victoria de Sinner sobre Alcaraz tras cinco derrotas consecutivas, un momento decisivo. Si la final de Roland Garros de 2025 entre ambos fue una sinfonía de velocidad, improvisación y deseo explosivo, la final de Wimbledon fue un drama de disciplina, serenidad y determinación implacable.
Entre Sinner y Alcaraz, hay más que un simple partido: es un metajuego, donde cada truco y táctica es contrarrestado rápidamente por un movimiento más preciso del oponente. Esto ya no es tenis, sino puro ingenio, donde la distancia entre lo alto y lo bajo se mide en medio paso, un giro de cadera o un momento de estabilidad mental cuando toda la cancha está en tu contra.
Sinner comprendió que no podía tocar con más espontaneidad que Alcaraz, pero sí con más frialdad. Y esa era la diferencia.
Jannik Sinner aprendió mucho de su derrota en la final de Roland Garros ante Carlos Alcaraz. |
El juego más importante del partido, y quizás el punto de inflexión para el título, llegó cuando Sinner rompió el servicio para empatar 1-1 tras perder el primer set. Tres veces pareció estar a la defensiva, pero revirtió la situación con lo que él llamaba "robos": paradas increíbles.
Fue una respuesta al mágico espectáculo que Alcaraz había presentado en París. Esta vez, el escenario le correspondió a Sinner.
Para cuando Sinner se enfrentó a dos puntos de quiebre en su penúltimo juego de servicio, el público de Wimbledon apoyó casi unánimemente a Alcaraz para prolongar el partido. Pero lo que hizo especial a Sinner no fue su derecha ni su revés característicos, sino su capacidad para no verse afectado por ninguno de los dos.
Tocaba como si estuviera solo en un bosque de pinos del Tirol, donde hacía frío todo el año: tranquilo, inexpresivo, firme.
En ese momento crucial, Sinner jugó el tenis más mecánico y preciso, y quebró la voluntad del campeón del año pasado.
Aún más impresionante, en el cuarto set, el guion se repitió: Sinner ganaba 5-4 y sacaba para sentenciar el partido, igual que en Roland Garros, donde no logró superar la presión. Esta vez, no hubo error.
Mientras Alcaraz atacaba, Sinner respondió con una serie de puntos perfectos. Una jugada que forzó al español hasta el agotamiento provocó que cayera la raqueta. Un saque sin respuesta —su 38.º del partido— acabó con cualquier esperanza de su oponente.
La victoria de la madurez
Esta victoria es más que un simple trofeo: es un testimonio del proceso de crecimiento tras la amargura. Tras la dolorosa derrota en París, Sinner no culpó ni se quejó. Analizó, se adaptó, practicó y regresó.
"No se trata de ganar o perder, se trata de lo que se aprende", dijo el italiano tras la final. Esa es la mentalidad de un verdadero campeón.
La Villa del Tenis fue testigo de una nueva competición entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz. |
Nadie esperaba que Sinner jugara a tan alto nivel tras su dura caída en la cuarta ronda contra Dimitrov, sumada a la preocupación por una lesión en el brazo derecho. Desde entonces, ha entrenado con moderación, siempre con mangas protectoras, pero su saque sigue siendo su arma más peligrosa del partido.
Según datos de TennisViz , el saque de Sinner en la final fue de 8,3/10, completamente superior al de Alcaraz, que solo logró un porcentaje de primer saque del 53%, el más bajo del torneo.
Alcaraz perdió por primera vez una final de Grand Slam tras cinco victorias. Pero lo más destacable fue cómo afrontó la derrota: ni con amargura ni con desánimo.
No me sorprende. Sinner es un gran campeón. Los campeones aprenden de los fracasos, y él lo hizo —admitió Alcaraz con franqueza.
También añadió: «Estoy muy contento de tener un rival como él. Porque eso me impulsa a darlo todo cada día».
Con el campeonato de Wimbledon 2025, Sinner rompió el código de Alcaraz, algo que nadie había logrado jamás en una final importante. Se convirtió en el sexto jugador en ganar el título aquí en los últimos 23 años y el primer italiano en hacer historia en la pista de hierba más prestigiosa del mundo .
Pero, sobre todo, la victoria de Sinner es un testimonio de la próxima generación del tenis masculino, donde no solo la juventud y el talento, sino también la perseverancia, el coraje y la serenidad hacen realidad grandes cosas. Si Alcaraz es la tormenta que arrasa con todos sus oponentes, Sinner es la imponente muralla de hielo. Y ahora, se yergue en la cima del mundo.
Fuente: https://znews.vn/jannik-sinner-pha-ma-carlos-alcaraz-the-nao-post1568485.html
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