Un niño de 2 meses con lento aumento de peso, respiración rápida, sibilancias y sudoración excesiva fue diagnosticado con cardiopatía congénita tras un examen respiratorio.
La Sra. Chanh Soc Thia (de etnia jemer, residente en An Giang ) relató que, más de un mes después del parto, su bebé, Chanh San Vi Sal, no aumentaba de peso, respiraba con dificultad, tenía sibilancias prolongadas, sudaba mucho en la cabeza y succionaba con dificultad. Llevó al bebé a un neumólogo, quien le diagnosticó una cardiopatía congénita. La joven madre apenas podía creerlo, ya que el bebé había nacido gordito, pesando 3,4 kg, y nadie en la familia tenía antecedentes de esta enfermedad.
Tras cinco años de espera, la alegría de la Sra. Thia se vio empañada al descubrir que su hijo estaba enfermo. Ella y su esposo dejaron temporalmente sus trabajos para llevarlo a Ciudad Ho Chi Minh a recibir tratamiento. Cada vez que iban al médico, toda la familia viajaba en moto desde las 3 de la madrugada hasta Ciudad Ho Chi Minh, donde llegaban entre las 9 y las 10 de la mañana para la consulta y regresar a casa el mismo día. Pero después de más de dos meses de idas y venidas, el niño aún no había sido operado.
Al observar que su hijo no se alimentaba bien con la leche materna y perdía peso, la Sra. Thia lo llevó al Hospital General Tam Anh de Ciudad Ho Chi Minh para que lo examinaran. Allí, la Dra. Pham Thuc Minh Thuy, del Departamento de Cardiopatías Congénitas del Centro Cardiovascular, informó que el bebé Vi Sal presentaba síntomas de respiración acelerada, sudoración, taquicardia, dificultades para amamantar, desnutrición y, con casi cuatro meses y medio de edad, pesaba tan solo 5,7 kg.
Los resultados del ecocardiograma mostraron que el bebé presentaba una comunicación interventricular (CIV) de gran tamaño (8,5 x 10 mm) con dilatación de la cavidad cardíaca izquierda, aumento del flujo sanguíneo pulmonar y una presión arterial pulmonar promedio de hasta 41 mmHg (2-3 veces superior a la normal). Asimismo, el bebé presentaba hiperplasia del tracto de salida del ventrículo derecho (conducto que conecta el ventrículo derecho con la arteria pulmonar) con engrosamiento de las valvas de la válvula pulmonar, lo que provocaba daño pulmonar. Además, el bebé presentaba una anomalía congénita poco frecuente de la válvula mitral (válvula en hamaca), que limitaba su función. El anillo mitral también estaba dilatado debido a la dilatación del ventrículo izquierdo (secundaria a la CIV de gran tamaño), lo que aumentaba aún más la insuficiencia mitral.
"El bebé necesita cirugía antes de los 6 meses de edad. Si se deja pasar el 'tiempo de oro', la recuperación será peor y la intervención puede no ser posible debido al daño irreversible a los vasos sanguíneos pulmonares", dijo el Dr. Thuy.
La doctora Pham Thuc Minh Thuy examinó a la bebé Vi Sal para evaluar su estado de salud antes de la cirugía.
Inmediatamente después, el bebé Vi Sal fue ingresado en el hospital y sometido a una cirugía de urgencia. El Dr. Nguyen Minh Tri Vien, cirujano cardíaco del Centro Cardiovascular, y su equipo repararon la comunicación interventricular con un injerto del propio pericardio del paciente, restablecieron el flujo sanguíneo a los pulmones y repararon la válvula mitral. Tras más de dos horas, la cirugía finalizó con éxito. Los resultados del ecocardiograma transesofágico previo a la sutura de la incisión mostraron que la comunicación interventricular se había cerrado, el tracto de salida del ventrículo derecho ya no presentaba estenosis, la presión arterial pulmonar había disminuido y la insuficiencia mitral había mejorado.
El doctor Vien explicó que el bebé Vi Sal presentaba desnutrición severa y múltiples cardiopatías, entre las que destacaban la hipertensión pulmonar y la insuficiencia cardíaca. Por ello, el equipo quirúrgico preparó todo el instrumental necesario, incluyendo un sistema de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), y contó con cirujanos y anestesiólogos con amplia experiencia en cirugía cardíaca pediátrica. El bebé fue anestesiado con una combinación de anestesia del plano del músculo erector de la columna (ESP) para minimizar el dolor postoperatorio. Esto permitió acortar el tiempo de la cirugía, reducir el tiempo de conexión al sistema de ECMO y extubarlo precozmente.
Vi Sal abandonó la sala de recuperación después de 3 días, sin dolor y en buen estado de salud, y fue dada de alta después de una semana, continuando con un control médico regular.
La bebé Vi Sal, de 4,5 meses de edad, está sana y sin dolor 3 días después de una cirugía a corazón abierto.
Los signos de cardiopatía congénita en lactantes pueden manifestarse como infecciones respiratorias recurrentes, sibilancias, dificultad para alimentarse y retraso en el aumento de peso, síntomas que pueden confundirse fácilmente con otras enfermedades respiratorias y digestivas. Por ello, a veces se detecta la cardiopatía en niños durante los controles prevacunales o en consultas médicas por otras dolencias. La Dra. Thuy recomienda que, ante síntomas como respiración rápida, sibilancias, escasa ingesta de alimento, alimentación intermitente o prolongada, sudoración, manos y pies fríos, retraso en el aumento de peso, palidez, labios, dedos de las manos y de los pies morados, o que empeoran al llorar, los padres lleven al niño a un cardiólogo.
"Los síntomas de las cardiopatías congénitas pueden variar desde manifestaciones sutiles hasta evidentes, como insuficiencia cardíaca, cianosis grave, etc. La detección activa de la enfermedad ayuda a un tratamiento precoz y evita complicaciones peligrosas", enfatizó el Dr. Thuy.
Thu Ha
Foto: Hospital Tam Anh
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