
La Sra. Nguyen Thu Trang trabaja como profesora de chino en el Centro Chino QTEDU Thanh Hoa .
Sin embargo, tras esa decisión no solo hay ilusión, sino también innumerables desafíos, tanto materiales como espirituales. La mayor dificultad a la que se enfrentan los jóvenes al «dejar la ciudad para volver al campo» no reside en el trabajo ni en los ingresos, sino en las barreras sociales y psicológicas. Uno de los mayores desafíos mentales son las palabras de quienes les rodean. Para muchos, abandonar el bullicio de las ciudades para regresar al campo todavía se considera un «retroceso», una muestra de fracaso o falta de ambición. Preguntas como «¿Por qué no trabajas en la ciudad y vuelves al campo?» o «¿Qué puedes hacer en el campo?» se convierten en presión, afectando a la psicología de los jóvenes.
Aunque nadie lo dijo directamente, esas preguntas generaron inquietud y dudas en muchos jóvenes sobre su decisión. El Sr. Le Xuan Chien, de 27 años y residente del barrio de Sam Son, recibió preguntas similares cuando renunció a su trabajo estable en Hanói para regresar a su pueblo natal y emprender un negocio. «Al principio, cuando les conté a la gente que me iba de Hanói para volver a mi pueblo, recibí muchas miradas escépticas, incluso comentarios como "¿De dónde voy a sacarme la vida si regreso?". Sinceramente, esas palabras a veces me hicieron dudar», comentó el Sr. Chien.
Las expectativas sociales también tienen un impacto psicológico sutil pero profundo. Muchos jóvenes han visto a sus familias invertir en su educación en grandes ciudades, por lo que cuando deciden regresar a sus pueblos de origen, muchos padres se sienten decepcionados, pensando que sus hijos están «desaprovechando su oportunidad».
Por lo tanto, para mantenerse firmes en el camino elegido, los jóvenes deben atreverse a afrontar las dudas, superar los prejuicios arraigados y ser consecuentes con sus decisiones. Además de la presión psicológica, alejarse de la ciudad implica renunciar a las comodidades que ofrece la vida urbana. En el campo, los jóvenes deben acostumbrarse a un ritmo de vida más pausado y con menor acceso a los servicios modernos. Esto resulta especialmente difícil para quienes están acostumbrados al dinamismo y las comodidades de la ciudad.
A pesar de los numerosos desafíos, con una preparación adecuada, «dejar la ciudad para regresar al campo» puede convertirse en una nueva etapa de desarrollo. Por lo tanto, es fundamental que los jóvenes adquieran, ante todo, sólidos conocimientos profesionales en el campo que elijan. Esta es una herramienta esencial que les permitirá consolidarse y generar un valor real.
El Sr. Tran Duy Trinh, de 25 años, quien trabajaba en el exigente entorno mediático de Hanói, es un ejemplo de ello. Tras un largo periodo de presión laboral y un alto coste de vida, a finales de 2024 decidió regresar a su ciudad natal para trabajar en una empresa de procesamiento agrícola en la comuna de Hop Tien, provincia de Thanh Hoa. Allí puede mantener a su familia y desarrollar su carrera en los medios de comunicación con un salario estable y un horario más flexible. Además, ha incursionado en este ámbito, gestionando un canal de TikTok con más de 100.000 seguidores. Esto le proporciona una fuente adicional de ingresos a través del marketing de afiliación en redes sociales. Para él, regresar a su ciudad natal no representa un retroceso, sino un camino hacia un desarrollo más sostenible.
Además, muchos jóvenes solían creer que solo las grandes ciudades eran los lugares para desarrollarse, enriquecerse y superarse. Sin embargo, la realidad actual es diferente. Con el desarrollo de la tecnología, internet y las redes sociales, la brecha entre las zonas rurales y urbanas se está reduciendo gradualmente. Por eso, Nguyen Thu Trang, de 25 años, con dos títulos universitarios, decidió renunciar a la oportunidad de quedarse en la capital y regresar a Thanh Hoa para trabajar como profesora de chino en centros de idiomas. «Cuando volví a mi ciudad natal, enseguida me invitaron a colaborar con muchos centros de idiomas, ya que en la zona hay escasez de profesionales con buen dominio de lenguas extranjeras. Ahora tengo un trabajo estable, un buen sueldo y, sobre todo, una vida cómoda, con mucho tiempo para mí y mis padres», comentó Trang.
Dejar la ciudad para regresar al campo no es tarea fácil, pero con el coraje y la preparación adecuados, los jóvenes pueden convertir los desafíos en oportunidades. Con un gran potencial de desarrollo en diversos campos como la agricultura de alta tecnología, el turismo comunitario, el comercio electrónico y la educación, hoy en día, volver al campo no solo ayuda a los jóvenes a reencontrarse con sus valores personales, sino que también contribuye a generar un ambiente positivo. Además, el retorno de los jóvenes tiene una profunda relevancia social, pues contribuye a la redistribución de la población, reduce la presión de la urbanización y, al mismo tiempo, revitaliza el campo, un lugar que necesita urgentemente talento joven, capacitado, dinámico y creativo.
Artículo y fotos: Phuong Do
Fuente: https://baothanhhoa.vn/khi-nguoi-tre-bo-pho-ve-que-267396.htm






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