Las flores de poinciana real florecen cuando llega mayo. Foto: Colaborador |
Mi infancia transcurrió en una zona rural costera, donde había tardes calurosas de verano, se oía el canto de las cigarras en el follaje y los árboles de poinciana real brillaban rojos cada mes de mayo. El patio de la escuela era una gran extensión de tierra, con unos pocos árboles de poinciana real intercalados con árboles de lagerstroemia de flores púrpuras. Cada vez que las flores florecen, los estudiantes conversan y se llaman unos a otros para romper ramas y prensarlas en cuadernos blancos, creando anuarios simples pero memorables. Algunas personas incluso recogen flores, les quitan los pétalos, las disponen en forma de mariposas o de corazón y las esconden en el cajón del escritorio de la persona que aman en secreto. Ingenuo y torpe, pero es una forma muy real de amar.
Las flores de poinciana real florecen para señalar que se acerca la temporada de exámenes. Cada vez que veo florecer la poinciana real, mi corazón se llena de emociones indescriptibles. Emocionado por los exámenes de fin de año, esperando ansiosamente que suene el timbre de despedida de la escuela y disfrutando en silencio cada último momento de amigos juntos. Pero al mismo tiempo, ese también fue el momento en que me di cuenta de que estaba creciendo y que tenía que dejar algo familiar. La sensación de la primera vez que sabes cómo extrañar, cómo amar, cómo arrepentirte... es al ver caer los pétalos de la flor del fénix.
Muchos años después, la tierra ha cambiado. Las calles se hacen más anchas, los barrios se van volviendo poco a poco más modernos, pero las viejas hileras de árboles de Poinciana real todavía permanecen tranquilas en la esquina del patio de la escuela, al borde de la carretera o junto al viejo muro cubierto de musgo. He estado en muchas ciudades y he sido testigo de muchas temporadas de flores de poinciana real, pero en ningún lugar me he hundido tanto como cuando veo el color rojo en mi ciudad natal. Quizás porque en el fondo llevo recuerdos de una tierra de sol y viento, donde los sentimientos son sencillos y sinceros, donde las flores de poinciana real son parte de mi infancia.
Regreso después de muchos años ausente. La ciudad costera me dio la bienvenida con su aroma salado y sus hileras de brillantes árboles de poinciana real de color rojo a lo largo del camino. Estuve mucho tiempo parado frente a la puerta de la vieja escuela. Ese lugar es ahora una escuela nueva y espaciosa, pero el viejo árbol de poinciana real aún permanece. El dosel se extiende como un gran brazo que protege los recuerdos, como un suave recordatorio: la infancia todavía está aquí, simplemente nos alejamos demasiado rápido.
La poinciana real no es sólo una flor. Fénix es el tiempo. Es juventud. Son las palabras que quedan sin decir. Hay veranos que no se pueden nombrar.
Dicen que el verano es la estación de las despedidas y la flor de Pascua es testigo de separaciones sin palabras. Pero para mí las flores de poinciana real no sólo se asocian con lágrimas, sino también son un símbolo de amistad, de relación maestro-alumno, de días vividos plenamente sin cálculos. La poinciana real no es tan fragante como la flor de leche, ni tan elegante como la rosa roja, pero hace que la gente la recuerde para siempre con su belleza desgarradoramente brillante: el brillo de un tiempo que no puede regresar.
Phoenix es también un recordatorio del tiempo, de algo que nunca se puede detener. Las flores de poinciana real florecen y luego se marchitan como un ciclo inmutable. Al igual que la edad escolar, florece y luego pasa. Simplemente crecimos, nos fuimos lejos y de repente un día en medio de una ciudad llena de gente vimos un ramo de flores rojas y nuestros corazones se hundieron de repente, como si nos viéramos de nuevo en los años sin preocupaciones.
Alguien dijo: "La poinciana real es la flor del primer amor". Quizás sea cierto. ¿Cuántos amores estudiantiles florecieron bajo los árboles de poinciana real y luego se desvanecieron silenciosamente con el paso de los años? Pero la poinciana real todavía florece en cada estación, como una suave repetición, como un susurro: vive cada momento al máximo, porque las cosas más bellas nunca se repetirán.
Los patios de la escuela ahora cuentan con nuevas clases de estudiantes. Ojos inocentes, sueños claros comienzan de nuevo bajo la copa del árbol fénix rojo. Cada vestido blanco ondea, cada canto de cigarra resuena, cada racimo de flores de poinciana real cae en silencio, como una suave y profunda sinfonía de verano. Aunque el tiempo puede cambiar a las personas y los paisajes, esa belleza permanece, pura y duradera como la forma en que la flor de Poinciana real florece cada verano.
Sé que un día, el viejo árbol de poinciana real del antiguo patio de la escuela puede que ya no exista. Es posible que esa esquina sea sustituida por un nuevo bloque de viviendas. Pero en mi corazón –y en el corazón de mucha gente– ese color rojo todavía arde como una llama del recuerdo. La poinciana real no es sólo una flor. Fénix es el tiempo. Es juventud. Son las palabras que quedan sin decir. Hay veranos que no se pueden nombrar.
Fuente: https://baophuyen.vn/xa-hoi/202505/khi-phuong-no-trong-long-ky-uc-d8a2094/
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