A principios de la década de 2000, cuando se implementó la primera prohibición de motocicletas, importantes ciudades chinas como Pekín y Shanghái también experimentaron numerosas reacciones ciudadanas. En aquel entonces, la tecnología de las bicicletas eléctricas era aún incipiente, las distancias de recorrido eran cortas, la velocidad lenta y no satisfacía las necesidades de transporte diario.
Pero en lugar de simplemente “prohibirlos”, muchas ciudades chinas han adoptado una serie de políticas de apoyo para convertir gradualmente los vehículos eléctricos de dos ruedas en una opción más conveniente y económica para la gente.
*De la “prohibición” a la “sustitución”
La clave para el éxito de una prohibición de motocicletas no reside en su rigor, sino en si ofrece una mejor alternativa. Por ejemplo, Nanning (Guangxi), ciudad que en su día fue conocida como la "capital de las motocicletas" de China, cuenta ahora con más de 4 millones de bicicletas eléctricas, lo que representa más del 60 % de los desplazamientos de corta distancia de la población.
Este logro no se debe únicamente a órdenes administrativas, sino también a una estrategia integral. En lugar de simplemente prohibir las motocicletas de gasolina, el gobierno de la ciudad de Nanning ha ampliado los carriles para vehículos sin gasolina, ha instalado más estaciones de carga y se ha coordinado con empresas para implementar un programa de intercambio subsidiado, reduciendo el costo de una motocicleta eléctrica a solo una décima parte del de una motocicleta tradicional.
En Shenzhen, provincia de Guangdong, se ha adoptado un enfoque similar. En los últimos cinco años, el número de bicicletas eléctricas se ha triplicado, pero sin causar caos vial. Por el contrario, gracias a sistemas de gestión inteligente como el reconocimiento electrónico de matrículas, la guía de estacionamiento basada en aplicaciones y una red urbana de estaciones de recarga de baterías, los vehículos eléctricos de dos ruedas se han convertido en un medio de transporte más eficiente que las motocicletas de gasolina.
*Resolver el miedo a la falta de estaciones de carga
La falta de infraestructura de carga era una preocupación para los ciudadanos y un problema presente en las primeras etapas de la transformación de las ciudades chinas. Este problema se solucionó finalmente mediante el modelo de "Asociación Público-Privada + Innovación de Modelos".
Shanghái ha optado por popularizar las estaciones de carga inteligentes en zonas residenciales. Para 2023, el 90 % de las zonas residenciales contarán con estaciones de carga, junto con una política de "carga por 1 yuan" (unos 3500 VND) para fomentar su uso.
Mientras tanto, la ciudad de Hangzhou (provincia de Zhejiang) aplica un modelo de "intercambio de baterías compartidas", que permite a los transportistas cambiar las baterías en solo 30 segundos en cualquier estación y eliminar la preocupación de esperar la carga.
El desarrollo de infraestructura no se puede completar de la noche a la mañana, pero puede implementarse en fases y escenarios. Por ejemplo, las localidades pueden priorizar la instalación de estaciones de carga rápida en zonas comerciales y centros de transporte, y luego expandirse gradualmente a zonas residenciales.
O, por ejemplo, en Kunming (provincia de Yunnan), donde se está probando el modelo de intercambio de baterías para los sectores de reparto y entrega exprés antes de extenderse al público general. Por lo tanto, es importante que la infraestructura se construya con antelación a las políticas, o al menos no con mucha demora.
*¿Cómo se consigue apoyo para una política?
Cualquier política de transporte exitosa debe basarse en el consenso público. Las ciudades chinas no han recurrido a medidas drásticas para promover los vehículos eléctricos de dos ruedas, sino a incentivos y educación para impulsar un cambio de comportamiento.
La ciudad de Nanjing (provincia de Jiangsu) ha adoptado la política de "sin multas para la primera infracción": quienes incurran en una infracción por primera vez y no usen casco recibirán educación vial en lugar de una multa. Como resultado, la tasa de uso del casco aumentó del 40 % al 85 % en tan solo medio año.
La ciudad de Jinan (provincia de Shandong) ha introducido "puntos de bonificación por conducción civilizada", mediante los cuales el cumplimiento de las normas de tránsito puede canjearse por incentivos para cargar vehículos eléctricos. Por el contrario, recurrir únicamente a medidas severas, como multas o la confiscación de vehículos, suele ser contraproducente.
La lógica central del enfoque chino es "reemplazar los viejos hábitos con mejores opciones, no solo prohibirlos". El éxito de la prohibición de las motocicletas no depende de la determinación del gobierno , sino de si los vehículos eléctricos de dos ruedas son realmente más convenientes, económicos y fiables que las motos de gasolina.
En China, las bicicletas eléctricas ahorran a cada hogar más de 2000 yuanes en gastos anuales de transporte, a la vez que crean más de 5 millones de empleos en industrias relacionadas, como baterías y estaciones de carga. Además, ayudan a reducir cerca de 20 millones de toneladas de CO₂ al año, lo que equivale a plantar mil millones de árboles. Una conversión tan efectiva no tiene por qué ser forzada; la gente estará dispuesta a elegirla voluntariamente.
*Manejar eficazmente vehículos y baterías inseguros
En 2025, China continuará implementando la política de intercambio de bicicletas eléctricas viejas por nuevas, enfocándose en promover el reciclaje de vehículos viejos (incluida la eliminación de baterías a bordo) para promover la protección del medio ambiente, el ahorro de energía y la eliminación segura.
En consecuencia, el Ministerio de Comercio de China y cinco ministerios y departamentos relacionados emitieron una circular conjunta que establece que las normas de subsidio son formuladas por los gobiernos locales según las condiciones reales de cada localidad. Los consumidores deben vender autos usados, incluidas las baterías, para recibir los subsidios. El método de subsidio aplica descuentos directos, como descuentos en el pago.
Por ejemplo, Shanghai ofrece un subsidio único de 500 yuanes a quienes vendan sus coches viejos o averiados y compren otros nuevos, y un subsidio adicional de 100 yuanes a quienes compren coches nuevos alimentados por baterías de plomo-ácido.
La ciudad de Changchun (provincia de Jilin) ha implementado un mayor nivel de apoyo: los autos antiguos con baterías de iones de litio pueden reemplazarse por autos con baterías de plomo-ácido con un subsidio de hasta 600 yuanes. Cada persona tiene derecho a la compra de un máximo de dos autos con este subsidio.
Las políticas chinas fomentan la compra de vehículos nuevos que cumplan con las normas nacionales obligatorias y cuenten con certificados de conformidad y certificación CCC, a la vez que previenen la modificación ilegal de vehículos o el uso fraudulento de subsidios. La gestión de bicicletas eléctricas que exceden las normas también se aplica estrictamente. Las autoridades chinas también han implementado medidas para mejorar los canales de reciclaje de baterías usadas, lo que contribuye a reducir el riesgo de contaminación ambiental.
NBO
Fuente: https://baoninhbinh.org.vn/kinh-nghiem-cua-trung-quoc-trong-viec-chuyen-doi-sang-xe-dien-250804142354811.html
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