Con 634 metros de altura, el Tokyo Skytree (imagen a la izquierda) emplea una estructura diseñada para reducir las vibraciones sísmicas mediante un sistema de control de vibraciones en las columnas centrales, que comparte características con las columnas centrales verticales shinbashira de la arquitectura tradicional japonesa de templos. (Fuente: japan.go.jp) |
Japón se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico , una zona de intensa actividad sísmica que se extiende por el sudeste asiático y la cuenca del Pacífico, lo que lo convierte en uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo.
La aplicación de tecnología de alerta y el uso de técnicas de construcción que absorban los impactos son claves para el éxito japonés en la minimización de los daños provocados por los terremotos.
Durante la última década, Japón ha experimentado aproximadamente el 20% de los terremotos mundiales de magnitud 6 o superior. El peor desastre fue el terremoto de Tohoku de 2011, que desencadenó un tsunami que devastó la central nuclear de Fukushima y causó la muerte de unas 15.000 personas.
El gobierno japonés ha invertido significativamente en la mitigación de desastres, incluyendo la mejora de las técnicas sísmicas y la aplicación de avances en inteligencia artificial (IA) para limitar los daños causados por terremotos. Ingenieros y arquitectos investigan constantemente nuevos diseños para absorber los impactos de las estructuras, ayudando a los edificios a resistir terremotos fuertes.
Japón no mide los terremotos por magnitud (escala de Richter), sino por la vibración del suelo. La Escala Japonesa de Intensidad Sísmica (JMA) utiliza unidades Shindo (vibración), del 1 al 7. En el terremoto de Ishikawa, la vibración alcanzó un nivel máximo de 7.
El JMA cuenta con 180 sismómetros y 627 sismometros que informan sobre los terremotos en tiempo real a los medios de comunicación e Internet.
Para resistir el impacto de un terremoto, los edificios deben ser capaces de absorber la mayor cantidad posible de energía sísmica. Esta capacidad se debe a las técnicas de aislamiento sísmico, en concreto a las cimentaciones de los edificios en Japón, que incorporan un sistema de amortiguación hidráulica. Los ingenieros japoneses diseñaron un complejo sistema de amortiguación, similar en principio a una bomba de bicicleta, en sus estructuras para mejorar la resistencia sísmica.
“Un edificio de gran altura puede desplazarse hasta 1,5 metros debido a temblores, pero si hay un sistema de amortiguación desde el segundo piso hasta el último, se puede minimizar su movimiento, evitando daños en los pisos superiores”, comentó Ziggy Lubkowski, sismólogo de la Universidad de Londres (Reino Unido).
Para edificios de reciente construcción, algunas empresas están experimentando con métodos y materiales más innovadores, como la arquitectura reticular, para evitar la deformación de los edificios y ayudar a dispersar la energía absorbida durante los terremotos. En Tokio, el grupo constructor Maeda está utilizando estructuras de acero y madera para construir un edificio de oficinas de 13 plantas.
"La madera rara vez se utiliza como material antisísmico en el interior de edificios con estructura de acero. Sin embargo, el acero puede soportar fuerzas de tracción, mientras que la madera puede soportar fuerzas de compresión, por lo que ambos materiales se complementan", explicó Yoshitaka Watanabe, ingeniero jefe de Maeda Corporation.
Prueba del éxito de estas técnicas es que cuando en 2011 se produjo el terremoto de magnitud 9,0, el temblor en Tokio alcanzó el nivel 5. Gigantescos rascacielos se sacudieron, ventanas se rompieron, pero ningún edificio importante se derrumbó.
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