La crisis energética y el aumento de los costes de producción, junto con la caída de las exportaciones y la confianza empresarial, son los desafíos que Alemania debe superar.

Se espera que la economía alemana se contraiga un 0,3% este año, según las previsiones de la Cámara de Comercio e Industria Alemana (DIHK), y las preocupaciones se están extendiendo a todos los sectores. A pesar de cierto optimismo en el sector manufacturero y de la construcción, la confianza general de los inversores sigue siendo frágil debido al impacto negativo de muchos factores.
Las exportaciones, un motor importante de la economía alemana, estarán bajo gran presión debido a la política de aranceles elevados impuesta por Estados Unidos. El DIHK prevé que las exportaciones alemanas caerán un 2,5% en 2025, lo que marcaría el tercer año consecutivo de descenso. Mientras tanto, la industria automovilística está en crisis y las ventas se desploman. Los principales fabricantes de la industria han anunciado que cerrarán fábricas y despedirán trabajadores en masa, lo que ha provocado una profunda preocupación entre los políticos .
Según los expertos económicos, la industria automovilística alemana se ha visto gravemente afectada por la pandemia de Covid-19. La recuperación de la industria continúa viéndose obstaculizada por las continuas interrupciones en las cadenas de suministro tras la pandemia, mientras que el conflicto entre Rusia y Ucrania ha incrementado los costos y hecho subir los precios de la energía. El lento ritmo de la innovación tecnológica también debilita la competitividad frente a rivales fuertes, especialmente los productos de vehículos eléctricos baratos procedentes de China. Si el presidente estadounidense, Donald Trump, impone más aranceles a los automóviles importados y desencadena una guerra comercial más amplia, la industria automovilística alemana sufrirá otro duro golpe.
Los altos precios de la energía han sido una de las principales quejas de los fabricantes y empresas alemanas en los últimos tiempos, ya que se han enfrentado constantemente a un aumento de los costos de producción, una reducción de la competitividad y una disminución de las ganancias. Entre las empresas con uso intensivo de energía, el 71% tiene problemas con los altos precios de la energía y de las materias primas. Esto afecta a muchas industrias alemanas clave, incluidas la fabricación de automóviles, la fabricación de acero y la producción de productos químicos. Muchas plantas de fabricación tuvieron que cerrar temporal o permanentemente.
El pesimismo aún prevalece en el mundo empresarial, con encuestas que muestran que casi un tercio de las empresas planean recortar la inversión. La encuesta realizada por DIHK a 23.000 empresas de diversos sectores y regiones mostró que el 29% de las empresas encuestadas esperan que las exportaciones sigan disminuyendo en los próximos 12 meses, mientras que solo el 19% espera que aumenten. Respecto a los desafíos del próximo período, el 59% de las empresas citaron la incertidumbre de la política económica, seguida por la débil demanda interna (57%) y unos costes laborales récord (56%).
Ante los riesgos económicos, el nuevo gobierno de coalición alemán liderado por el canciller Friedrich Merz acaba de anunciar una serie de medidas para estimular el crecimiento, entre ellas: reducir los impuestos a la electricidad y ampliar las deducciones por depreciación para promover la inversión empresarial; crear un fondo de inversión en infraestructuras de miles de millones de euros y acelerar las aprobaciones de proyectos energéticos; abolir las leyes nacionales sobre la cadena de suministro y simplificar los procedimientos administrativos. Además, la ministra de Economía, Katherina Reiche, ha pedido a la Unión Europea que apruebe subvenciones a la industria pesada alemana para reducir los costes energéticos e impulsar la competitividad.
Además de las medidas mencionadas, el gobierno alemán debe elaborar rápidamente una estrategia para gestionar las crecientes incertidumbres globales. Porque uno de los temas más preocupantes hoy en día para las empresas alemanas son las impredecibles decisiones de política exterior del presidente estadounidense Donald Trump y las posibles guerras comerciales que podrían perturbar seriamente la economía global.
La economía alemana se encuentra en una encrucijada crucial. Superar los desafíos actuales requiere una estrecha coordinación entre la política fiscal, las reformas estructurales y la cooperación internacional. Las decisiones que se tomen en 2025 determinarán el futuro económico de Alemania en los próximos años. Sin fuertes reformas estructurales, Alemania corre el riesgo de "desindustrializarse" y perder su posición como primera economía de Europa.
(Según Politico, AA, DIHK)
Fuente: https://hanoimoi.vn/kinh-te-duc-doi-mat-voi-nhieu-thach-thuc-704083.html
Kommentar (0)