Colaboración comunitaria
Las inundaciones y deslizamientos de tierra causados por el tifón Yagi han devastado Vietnam, Myanmar (Birmania), Laos y Tailandia, afectando a casi 6 millones de niños y reduciendo su acceso a agua potable, educación , atención médica, alimentos y vivienda, sumiendo a comunidades ya desfavorecidas en una crisis aún mayor, según un comunicado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). En Vietnam, el país más afectado por el tifón Yagi, cerca de 3 millones de personas, incluidos muchos niños, carecen de agua potable y saneamiento, lo que aumenta su riesgo de contraer enfermedades. Cerca de 2 millones de niños también carecen de acceso a educación , apoyo psicosocial y programas de nutrición escolar.
En la charla sobre “Prevención psicológica para niños en zonas afectadas por inundaciones”, el psicólogo Dr. Tran Thu Huong (Universidad de Ciencias Sociales y Humanas) afirmó: «Los desastres naturales como tormentas e inundaciones son inevitables. Cuando ocurren tormentas e inundaciones, las consecuencias no solo afectan a los adultos, sino a todas las personas».
Cuando llega una tormenta o una inundación, se lleva consigo las posesiones materiales, separando a los niños de sus seres queridos. Esta separación, que genera un trauma en los niños, es lo que los expertos denominan "trauma agudo". Dentro de la clasificación del trauma, se incluye no solo el trauma psicológico agudo, sino también el trauma crónico y complejo. Los niños que acaban de experimentar el tifón Yagi y que también han vivido la dolorosa experiencia de las inundaciones, pueden ver este trauma agudo transformado en complejo. Es decir, se ven afectados por muchos eventos terribles que superan su capacidad de afrontamiento, arrastrándolos a una vorágine, incapaces de controlar su ansiedad o sufrimiento. Después, con apoyo oportuno, podrán retomar su vida normal. Sin embargo, si en ese desastre se destruye su sustento, la capacidad de recuperación se vuelve muy difícil, o bien, este trauma agudo o complejo puede generar trastornos de salud mental, como el trastorno de estrés postraumático. Cuando una persona se encuentra en un estado de estrés postraumático, la recuperación se vuelve aún más difícil.
Nguyen Tu Anh, consultora en psicología infantil y parental, cree que el cuidado de niños traumatizados requiere la cooperación de múltiples partes, como la familia, los cuidadores, los médicos, los psicólogos, los educadores y la comunidad. La clave está en que los niños se sientan amados, cuidados y protegidos por todos. Esa es la base de un desarrollo saludable, independientemente de si el niño ha sufrido un trauma o no.
Los psicólogos creen que la cooperación de toda la comunidad es la medida correcta y razonable. Los abrazos, las palabras de aliento, el compartir, en el sentido de que, pase lo que pase, siempre estamos juntos, sin abandonarnos... son extremadamente importantes para los niños. La presencia oportuna de los adultos no solo representa apoyo material, sino también apoyo espiritual; si se da al mismo tiempo, es muy positivo. Los niños se sentirán no abandonados, incluso en condiciones extremadamente inseguras.
Prevenir riesgos para los niños
Los adultos también deben brindar conocimiento y compartir con los niños la situación que enfrentan. ¿Cómo se les apoya? En este caso, los niños pueden culparse a sí mismos, sentirse parte del sufrimiento, creando sufrimiento para sus seres queridos y para sí mismos. Los adultos deben escucharlos, permitirles expresar sus pensamientos y opiniones para que se adapten, educarlos psicológicamente y reflexionar sobre ellos mismos.
A continuación, el niño debe tener acceso a médicos, psicólogos y trabajadores sociales. Este paso es fundamental para ayudarlo a aceptar su situación actual y a comprender que el sufrimiento, el impacto psicológico y la separación están fuera del alcance de todos, incluido él mismo. Lo más importante es que el niño está vivo y debe seguir viviendo. Le ayudamos a aceptar la verdad y le damos más motivación para ser más fuerte cuando ocurre el incidente.
Además de responder y superar las consecuencias de los desastres naturales, los expertos en psicología afirman que es necesario prestar atención a la prevención de riesgos que afectan la salud y la psicología de los niños.
Según el Dr. Tran Thu Huong, "más vale prevenir que curar". La comunicación es fundamental. Cómo apoyar y educar a los niños en habilidades de afrontamiento, garantizando su seguridad física y mental cuando caen en situaciones pasivas. La comunicación en las escuelas y en cada familia es fundamental. Cada padre y madre debe ser experto en la historia de garantizar la seguridad de sus hijos. Cada día, cada hora, al interactuar con los niños, bríndeles conocimientos y habilidades de supervivencia para que, cuando se encuentren en situaciones inseguras, puedan manejarlas. Los niños deben asegurarse de vivir. Al hablar y trabajar con sus hijos, los padres siempre deben incluir la necesidad de vivir, el deseo de vivir, de vivir de forma segura y saludable. Cuando se sientan inseguros, el instinto de supervivencia debe surgir para que los niños puedan esforzarse e intentarlo.
Las escuelas también son extremadamente importantes. Los expertos predicen que, en el futuro próximo, debemos prestar especial atención a desastres naturales como inundaciones, epidemias, etc. Todos los docentes en las escuelas deben aprovechar las horas de trabajo con los estudiantes, transmitiéndoles el deseo de vivir y la necesidad legítima de seguridad. Sin embargo, en lugar de esperar a que otros la creen, los propios estudiantes deben garantizar proactivamente la seguridad física y la conexión para afrontar todos los problemas.
Además, existe la comunicación comunitaria. Toda organización debe garantizar el derecho a vivir de forma saludable y segura para las personas, especialmente los niños.
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Fuente: https://daidoanket.vn/lam-gi-khi-tre-sang-chan-tam-ly-sau-thien-tai-10290835.html
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