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Los jugadores de Malasia se arrodillan después de recibir un gol. |
Mientras que la selección nacional de Malasia acaba de causar revuelo en la opinión pública asiática debido al escándalo de naturalizaciones ilegales, el fracaso de la selección sub-17 de Malasia se ha convertido en una fuerte advertencia sobre el camino hacia el desarrollo sostenible del fútbol.
De ganar 4-0 a Vietnam Sub-17 a perder 0-4
Hace apenas medio año, Malasia venció a Vietnam por 4-0 en las eliminatorias de la Copa Asiática de 2027 con una plantilla que incluía a siete jugadores naturalizados. Las amargas consecuencias llegaron poco después de que la FIFA denunciara a la Federación Malaya de Fútbol por registros fraudulentos.
Con la amenaza de una prohibición pesando sobre el equipo nacional, la derrota del equipo sub-17 ante Vietnam por el mismo marcador fue un amargo contraste: la victoria vacía del equipo nacional se basó en una falta de transparencia, mientras que la derrota del equipo sub-17 fue producto de la cruda verdad sobre la capacidad interna.
La selección sub-17 de Vietnam llegó al partido necesitando solo un empate para tomar la delantera, pero aun así jugó con un juego más proactivo, disciplinado y preciso. Pudo haber ganado por más, pero contuvo el marcador 4-0, como si quisiera responder a la verdadera diferencia entre ambos equipos al jugar en igualdad de condiciones. Al disputarse el partido en un campo completamente "puro", sin jugadores nacionalizados, la fuerza de Malasia quedó al descubierto de inmediato.
Lo que hace reflexionar al fútbol malasio es que, en la categoría juvenil, donde los equipos se consideran el reflejo más fiel de su formación, la brecha entre ellos y sus rivales de la ASEAN se ha vuelto preocupante. Sin el apoyo de jugadores extranjeros naturalizados, Malasia depende completamente de su fuerza interna y ha sido superada por Vietnam en velocidad, técnica y precisión táctica.
La ASEAN no es inferior cuando juega con fuerza interna
Al analizar la ronda clasificatoria completa, los logros de Tailandia y Myanmar demuestran que el fútbol juvenil de la ASEAN puede competir con los fuertes equipos asiáticos cuando se le da la oportunidad de desarrollarse sustancialmente. Tailandia estuvo al borde de la eliminación para lograr una impresionante remontada y obtener el primer puesto del Grupo F al derrotar a Kuwait, el equipo de Asia Occidental, por 3-0.
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Tailandia jugó bien contra sus oponentes del oeste de Asia. |
Myanmar regresó a la final después de 19 años con un juego disciplinado, cohesionado y valiente, a pesar de tener que enfrentarse a un potente equipo de Asia Occidental, Siria. Ningún equipo dependió de la naturalización ni de milagros externos, solo de la perseverancia en los entrenamientos y la capacidad de formar una nueva generación.
En ese panorama, Malasia destaca en la dirección opuesta. Se considera una de las naciones futbolísticas líderes de la región en el uso de jugadores naturalizados para mejorar el equipo, pero este modelo muestra fragilidad e incluso resulta contraproducente. Los resultados en el fútbol juvenil muestran que, sin apoyo externo, Malasia tendrá dificultades para competir con Vietnam, Tailandia o Myanmar, países que invierten fuertemente en la formación y el desarrollo de la próxima generación.
Por supuesto, la naturalización puede traer resultados inmediatos. Sin embargo, si la estructura de formación de las categorías inferiores no se consolida, la transición de la categoría sub-17 a la sub-19, sub-21, sub-23 y, finalmente, a la selección nacional se volverá irregular y propensa a desmoronarse ante cualquier incidente.
La lección no es solo para Malasia, sino también un mensaje general para el fútbol de la ASEAN: si se quiere llegar lejos, especialmente hacia objetivos a largo plazo como el Mundial, no se pueden construir puentes con pilares temporales de jugadores naturalizados. En cambio, hay que construir puentes sólidos.
El mayor desafío para los equipos de fútbol de la ASEAN es cómo desarrollar el potencial de los jóvenes jugadores del grupo sub-17 para convertirlos en talentos del grupo sub-23 y alcanzar la cima de la selección nacional. Muchos jóvenes han tenido un desempeño excelente en el grupo sub-17, pero luego decayeron al llegar al sub-23 y desaparecieron. Resolver el problema de convertir el potencial en nuevos talentos es lo que necesita el fútbol de la ASEAN, no la naturalización y la búsqueda de logros.
Fuente: https://znews.vn/malaysia-co-the-rut-ra-bai-hoc-gi-khi-thua-dam-u17-viet-nam-post1607372.html








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