
Esta fotografía del Sol fue tomada el 10 de septiembre de 2025 con luz ultravioleta. La imagen muestra una intensa actividad en la superficie solar: manchas solares, llamaradas solares y erupciones de plasma. — Foto: NASA/GSFC/Observatorio de Dinámica Solar (SDO)
Una nueva investigación realizada por dos científicos de la NASA, publicada en Astrophysical Journal Letters a principios de septiembre, muestra que desde 2008 los indicadores de actividad solar han vuelto a aumentar, revirtiendo una tendencia a la baja que comenzó en la década de 1980.
Anteriormente, muchos expertos predijeron que el Sol entraría en un período prolongado de "hibernación" con una actividad mínima histórica.
"Pensábamos que el Sol estaba entrando en un raro período de calma, por lo que fue una sorpresa ver que esta tendencia se revirtiera. ¡El Sol está despertando!", dijo el físico de plasma espacial Jamie Jasinski del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, autor principal del estudio.
La NASA afirma que el aumento de la actividad solar podría afectar al clima espacial e incluso a las tecnologías terrestres.
El aumento de la actividad solar implica que puede haber más tormentas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal.
Este fenómeno no solo afecta directamente a los satélites, las naves espaciales y la seguridad de los astronautas, sino que también repercute en la Tierra: interrumpe las redes eléctricas, los sistemas GPS y las ondas de radio.
Según la NASA, la actividad solar varía en ciclos de 11 años. El ciclo actual, el Ciclo Solar 25, comenzó en 2020 y sucede al ciclo anterior, que fue el más débil en 100 años.
Los científicos creían que el "mínimo solar profundo" duraría más tiempo, pero desde 2008, las mediciones del viento solar y del campo magnético han mostrado la tendencia opuesta.
Se prevé que el próximo ciclo, el Ciclo Solar 26, comience en el período 2029-2032, pero las agencias meteorológicas aún no han publicado pronósticos detallados.
Para mejorar la monitorización del clima espacial, la NASA y la NOAA lanzarán próximamente nuevas misiones como IMAP, el Observatorio Geocorona Carruthers y SWFO-L1. Anteriormente, la NASA también colaboró con SpaceX para desplegar el par de satélites TRACERS con el fin de estudiar la interacción entre el viento solar y el campo magnético terrestre.
La NASA subraya que la predicción precisa del clima espacial es vital para proteger a los astronautas del programa Artemis, ya que la radiación cósmica supone un riesgo importante para la salud humana.
En mayo de 2024, la NASA registró la tormenta geomagnética más intensa en más de 20 años, que provocó que la aurora boreal se observara hasta México. Estas tormentas pueden interrumpir el servicio de internet, paralizar las comunicaciones aéreas y marítimas por radio e incluso poner en peligro los sistemas de infraestructura electrónica globales.
Fuente: https://tuoitre.vn/mat-troi-bat-ngo-tinh-giac-nasa-bao-dong-nguy-co-bao-vu-tru-tan-cong-trai-dat-20250917204900066.htm






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