Recientemente, el Centro de Enfermedades Tropicales del Hospital Bach Mai ( Hanoi ) trató a una paciente NTB (37 años, de Ninh Binh) infectada con VIH en etapa final.
En consecuencia, la Sra. B. sufrió durante meses fuertes dolores de cabeza, mareos, visión borrosa en el ojo derecho y náuseas, y consultó con un oftalmólogo y un neurólogo. La paciente fue examinada en numerosos centros médicos , pero ocultó que tenía VIH.
El paciente se sometió a pruebas en muchos centros médicos pero ocultó que tenía VIH. (Foto ilustrativa).
En el Centro de Enfermedades Tropicales, mediante pruebas, los médicos descubrieron que la Sra. B. estaba infectada con VIH y presentaba una grave infección oportunista que le había provocado daños cerebrales y meníngeos. En ese momento, su salud se deterioraba gravemente, con un recuento de células CD4 inferior a 200/mm³. Aunque la enfermedad se encontraba en una fase avanzada, la Sra. B. seguía sin querer cooperar con el tratamiento.
El profesor asociado Do Duy Cuong, director del Centro de Enfermedades Tropicales, declaró que, al confirmarse la infección por VIH, la paciente reveló que se había contagiado de su esposo hacía 10 años. La Sra. B. temía ser discriminada, por lo que ocultó su estado de salud y no tomó medicamentos. Actualmente, la paciente recibe tratamiento activo y su condición está mejorando.
El Dr. Cuong afirmó que, si se trata a tiempo, los pacientes pueden seguir de inmediato regímenes de tratamiento especiales para evitar complicaciones. Dado que la enfermedad progresa a una etapa avanzada, el tratamiento es difícil, costoso y prolongado.
Ante la enfermedad del siglo, el personal médico debe poseer las habilidades necesarias para consultar, examinar y tratar con esmero, aplicar nuevos métodos y técnicas con espíritu de respeto, sin discriminación y con confidencialidad, y mejorar gradualmente la calidad de vida y la longevidad de los pacientes infectados por el VIH.
Gracias al tratamiento, la mayoría de los pacientes recuperan la salud y pueden formar una familia, tener hijos libres de VIH y seguir contribuyendo a sus familias y a la sociedad. De hecho, muchas personas que han pasado décadas bajo seguimiento y tratamiento en el Centro gozan ahora de buena salud y presentan una tasa de supresión viral muy alta, superior al 98 %.
Además, aún existen muchos casos en los que los pacientes no informan a sus médicos que son seropositivos, lo que dificulta el diagnóstico y el tratamiento. Ocultar la enfermedad aumenta el riesgo de contagio de VIH para el personal sanitario al atender a los enfermos.
Le Trang
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