Después del sueño, percibí el aroma de lichis maduros en el jardín. Por la mañana, sentí nostalgia por una serie de recuerdos lejanos. De niña, mi madre cargaba sobre sus hombros una pesada cesta de lichis maduros; a un lado, una cesta de lichis rojos; al otro, yo, sentada, saboreando cada lichi. Esa imagen me recordó las dificultades de mi madre y, al mismo tiempo, despertó en mí el amor por la maternidad.
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