La memoria humana evolucionó no para la memorización precisa, sino para la supervivencia. Por lo tanto, el cerebro prioriza el almacenamiento de información valiosa que ayuda a los humanos a adaptarse al entorno. - Foto: Freepik
Muchas personas se quejan de que a veces sienten que su cerebro "no puede recordar más" cuando estudian para exámenes o cuando les falta sueño, pero los científicos confirman que el cerebro humano no se sobrecarga fácilmente. La memoria humana está diseñada para adaptarse y contribuir a la supervivencia, no para retener cada detalle de la vida.
La memoria humana no es como un disco duro
Según la profesora Elizabeth Kensinger, estudiante de psicología y neurociencia en la Universidad de Boston (EE. UU.), el cerebro no tiene límite real en la cantidad de información que puede almacenar. Los recuerdos no se almacenan en un "armario" separado, sino que se distribuyen entre muchas células nerviosas interconectadas.
Un recuerdo como una fiesta de 12 años activará muchas regiones cerebrales diferentes a la vez: los colores de la corteza visual, el sabor del pastel de la región gustativa, la canción del sistema auditivo y las emociones del centro emocional. Al recordarlo, el cerebro "despierta" todo el patrón de actividad.
Es este almacenamiento distribuido lo que permite al cerebro formar una cantidad prácticamente ilimitada de recuerdos, según Live Science. Incluso si algunas células están dañadas, los recuerdos pueden recuperarse porque no dependen de una única ubicación.
Si la memoria es ilimitada ¿por qué la gente olvida?
El profesor Paul Reber (Universidad Northwestern) explica: el cerebro humano no puede registrarlo todo porque la velocidad de procesamiento de la memoria es más lenta que el flujo de la vida. «Imagine la memoria como una cámara que solo graba el 10 % del contenido. Solo guardamos una pequeña parte de las muchas experiencias cotidianas».
El almacenamiento a largo plazo pasa por un proceso llamado consolidación, donde la información se convierte gradualmente en memoria permanente. Este proceso es el verdadero cuello de botella, no el hecho de que el cerebro se quede sin espacio.
La profesora Lila Davachi (Universidad de Columbia) cree que la memoria humana evolucionó no para la memorización precisa, sino para la supervivencia. Por lo tanto, el cerebro prioriza únicamente el almacenamiento de información valiosa que ayuda a los humanos a adaptarse al entorno vital.
“Somos tan buenos recordando cosas que retenemos lo aprendido en la universidad”, dice. “Pero en realidad no es necesario para sobrevivir. Probablemente sea solo un subproducto de la evolución”.
El cerebro también utiliza una estrategia de compresión. Cuando tomamos la misma ruta al trabajo todos los días, no almacena cada viaje por separado, sino que lo consolida en un patrón general. Solo cuando ocurre algo inusual, como un atasco o un casi accidente, el cerebro almacena esa experiencia por separado.
La memoria humana nunca está “llena”, simplemente se vuelve más flexible.
Los científicos coinciden en que, en lugar de llenar recuerdos como un disco duro, el cerebro está siempre organizando, vinculando y reajustando la información para adaptarse mejor al presente y predecir el futuro.
Gracias a esta forma de trabajar distribuida y flexible, las personas pueden aprender a lo largo de su vida sin miedo a “quedarse sin memoria”.
Así que la próxima vez que olvides dónde pusiste el café, no te asustes. Tu cerebro probablemente esté priorizando cosas más importantes, y eso está bien.
Fuente: https://tuoitre.vn/nao-nguoi-co-bi-het-dung-luong-ghi-nho-khong-20250716193400223.htm
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