Reuters informó el 3 de febrero que funcionarios de la OTAN dijeron que los aviones de combate de la alianza fueron enviados a interceptar un avión de patrulla ruso Tu-142 en el Océano Atlántico Norte.
"El avión ruso no voló de acuerdo con las normas internacionales de seguridad aérea. Esto podría haber supuesto un peligro para otras aeronaves en la zona", declaró el Mando Aéreo de la OTAN en un comunicado.
Según la OTAN, el incidente tuvo lugar el 30 de abril. Aviones de combate británicos y noruegos fueron alertados después de que el radar detectara la presencia de aviones rusos en la zona.
El Ministerio de Defensa ruso aún no ha comentado la información mencionada.
Previamente, el 26 de abril, se ordenó a aviones de combate alemanes y británicos despegar para identificar e interceptar dos aviones de combate rusos Sukhoi Su-27 y un avión Ilyushin Il-20 en la zona del mar Báltico.
Actualmente, las Fuerzas Aéreas británicas y alemanas están llevando a cabo misiones de patrullaje aéreo de la OTAN en la región del Báltico, incluido el despliegue de aviones de combate estacionados en países de la región y la preparación para movilizar fuerzas para monitorear las aeronaves que operan cerca del espacio aéreo de los países de la alianza.
Los aviones militares rusos vuelan frecuentemente entre Rusia continental y el enclave de Kaliningrado, lo que significa que encuentros similares entre aviones rusos y aviones de la OTAN en la región son bastante comunes.
La reciente serie de enfrentamientos entre aviones de guerra rusos y occidentales ha generado preocupación, ya que se produce en medio de una mayor tensión entre las dos partes tras la colisión entre un avión de guerra ruso y un UAV estadounidense sobre el Mar Negro.
En un comunicado publicado el 14 de marzo, el general James B. Hecker, comandante de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa y África, confirmó que un vehículo aéreo no tripulado (UAV) MQ-9 Reaper de Estados Unidos se estrelló en el Mar Negro después de colisionar con un avión de combate ruso Su-27.
Aproximadamente a las 7:03 a. m. de esta mañana, un caza ruso Su-27 colisionó con la hélice de un UAV MQ-9, lo que obligó a las fuerzas estadounidenses a aterrizar la aeronave en aguas internacionales del Mar Negro. Antes de la colisión, los cazas rusos Su-27 descargaron combustible varias veces y volaron frente al UAV MQ-9 de forma descuidada, inapropiada y poco profesional, declaró el general Hecker.
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