
Otra opinión sugiere que solo debería imponerse una prohibición absoluta de la concentración de alcohol en sangre a los conductores de automóviles, tractores y motocicletas especializadas, y que debería establecerse un umbral para los conductores de motocicletas y ciclomotores, como en la Ley de Tráfico Vial de 2008.
Los delegados también debatieron la posibilidad de añadir normativas sobre puntos y deducciones en los permisos de conducir para concienciar a los conductores, afirmando que esto es necesario en el contexto del creciente desarrollo de la economía digital, la sociedad digital y la ciencia y la tecnología.
Según el informe del Gobierno , cada año las autoridades revocan temporalmente más de 500.000 permisos de conducir, lo que impide a los conductores manejar vehículos y afecta a los desplazamientos, la producción, las actividades comerciales y la vida cotidiana de la población. La revocación de los permisos se realiza manualmente, muchos infractores los abandonan y no acuden a recogerlos, y muchos permisos se quedan en la agencia sancionadora, lo que genera desperdicio, aumento de costes y de recursos administrativos, pero aun así no se logra controlar el proceso para que los conductores cumplan la ley.
Según el proyecto de ley, a los conductores que infrinjan las normas sobre orden y seguridad vial se les descontarán puntos de su permiso de conducir, y transcurridos 12 meses sin que se les hayan descontado los puntos, se les restablecerán los 12 puntos íntegros, siempre que el permiso de conducir aún los tenga.
En caso de que se le hayan descontado todos los puntos, el conductor deberá realizar una prueba de conocimientos legales (no una prueba de conducción) y, si el resultado es satisfactorio, se le restituirán los 12 puntos. Si no se le han descontado todos los puntos del permiso de conducir, el conductor podrá seguir conduciendo el vehículo.
Algunas opiniones sostienen que la regulación sobre puntos y deducciones en los permisos de conducir es una medida de gestión estatal, no una sanción administrativa. Sin embargo, para garantizar la coherencia con lo dispuesto en la ley sobre infracciones administrativas, es necesario añadir la regulación sobre la deducción de puntos en el permiso de conducir como sanción adicional y modificar la regulación sobre sanciones adicionales en dicha ley.
Por lo tanto, el organismo redactor puede estudiar la aplicación de multas a los conductores que infrinjan las normas sobre concentración de alcohol y solo imponer sanciones adicionales, como la deducción de puntos, sin revocar el permiso de conducir en los casos en que el umbral de infracción por concentración de alcohol no sea grave o sea menos grave (aquellos que infrinjan repetidamente dentro de un período de tiempo determinado o cometan infracciones graves... verán revocado su permiso de conducir de acuerdo con las normas).
No se han retirado todos los puntos de los permisos de conducir; las personas aún pueden conducir y participar en el tráfico, sin afectar la producción, las actividades comerciales ni la vida de las personas, cumpliendo al mismo tiempo con los requisitos prácticos y aplicando la transformación digital para garantizar el orden y la seguridad vial en la situación actual.
La regulación que contempla la deducción de puntos por infringir las normas sobre la concentración de alcohol en sangre sin revocar el permiso de conducir puede considerarse la solución más óptima en la actualidad, ya que supera las limitaciones de la normativa vigente y presenta numerosas ventajas.
Esta es una medida de gestión estatal civilizada y moderna para controlar todo el proceso de aplicación de la ley por parte de los conductores, en lugar de controlar cada comportamiento individual; en lugar de aplicar la sanción administrativa adicional de revocar la licencia de conducir como en la actualidad, cambiar a la aplicación de la regulación de deducción de puntos de la licencia de conducir y exigir a aquellos a quienes se les han deducido todos los puntos que vuelvan a realizar la prueba de conocimientos antes de recuperarlos es una medida más humana, que controla estrictamente a quienes se les otorga una licencia de conducir y crea condiciones para que estas personas tengan la oportunidad de conducir vehículos y sean más conscientes del cumplimiento de la ley en materia de orden y seguridad vial.
El trabajo mencionado anteriormente también ayuda a las autoridades a gestionar a los conductores que infringen la ley durante todo el proceso de cumplimiento de la misma hasta que vuelven a cometerla, influyendo así en su comportamiento, concienciando a los usuarios de la vía pública y ayudando al organismo gestor a supervisar de forma integral el proceso de cumplimiento del conductor tras la infracción.
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