Según la familia, el paciente seguía bebiendo unos 500 ml de alcohol al día y había sido hospitalizado en numerosas ocasiones por pancreatitis, pero no había cambiado su estilo de vida. En esta ocasión, el paciente ingresó con un dolor abdominal intenso por encima del ombligo, que se irradiaba a la espalda, acompañado de náuseas y distensión abdominal, signos típicos de pancreatitis aguda grave.
Los resultados de las pruebas mostraron que las enzimas pancreáticas habían superado las 1000 unidades, más de 10 veces el límite normal. En particular, el índice de triglicéridos (grasa en sangre) alcanzó los 16 mmol/L, mientras que el nivel seguro es de tan solo 0,7-1,8 mmol/L.
El Dr. Nguyen Kim Anh, máster en Ciencias, afirmó: «La tomografía computarizada abdominal reveló inflamación generalizada del páncreas, necrosis y numerosas bolsas de pus alrededor del páncreas. Este es el nivel más grave de pancreatitis aguda; si no se trata a tiempo, puede provocar shock, insuficiencia multiorgánica y un riesgo muy alto de muerte».
De inmediato, el paciente recibió un tratamiento intensivo: ayuno absoluto, líquidos intravenosos, insulina, fármacos supresores de la secreción pancreática, analgésicos y antiinflamatorios en dosis altas. Gracias a la detección temprana y al tratamiento adecuado, después de dos días, el paciente recuperó la consciencia, dejó de tener dolor abdominal y no necesitó cirugía. Sin embargo, el riesgo de recurrencia sigue siendo muy alto si no se elimina la causa raíz, es decir, dejando el alcohol y controlando los lípidos en sangre.
Según el Dr. Kim Anh, la pancreatitis aguda es una enfermedad peligrosa que puede progresar muy rápidamente, desde dolor abdominal hasta shock, insuficiencia orgánica y muerte en pocas horas. Las causas más comunes son el consumo prolongado de alcohol, trastornos metabólicos (especialmente aumento de triglicéridos) u obstrucción de las vías biliares debido a cálculos. «Muchos pacientes que han recibido tratamiento para la pancreatitis continúan consumiendo alcohol, interrumpen el tratamiento o no controlan sus lípidos en sangre, lo que provoca daño pancreático crónico, necrosis y consecuencias a largo plazo como diabetes, trastornos digestivos y desnutrición...».
El Dr. Kim Anh añadió: «Hemos visto pacientes a quienes se les extrajo sangre para análisis y esta se dividió en dos capas: la superior era una capa blanca opaca de grasa, y la inferior, sangre, lo que indica una hiperlipidemia grave y alarmantemente grave. El líquido pancreático drenado era espeso y tenía un olor fuerte y fétido, señal de que el páncreas estaba necrótico y gravemente infectado. Estos casos a menudo requerían reanimación prolongada, drenaje del líquido inflamatorio e incluso cirugía, y el pronóstico de supervivencia era muy malo».
La pancreatitis aguda no solo es consecuencia del alcohol, sino también una advertencia de una sobrecarga grave en los sistemas digestivo y metabólico. Las personas con síntomas de dolor epigástrico que se irradia a la espalda, acompañado de náuseas, distensión abdominal y pérdida de apetito, especialmente aquellas con antecedentes de consumo de alcohol o dislipidemia, deben acudir al hospital de inmediato.
En caso de pancreatitis de emergencia, el tiempo es crucial. Cuanto antes se intervenga, mayor será la probabilidad de supervivencia; incluso una demora de tan solo unas horas puede tener consecuencias irreversibles, enfatizó el Dr. Kim Anh.
Ngoc Nga
Fuente: https://baophapluat.vn/nguoi-dan-ong-suyt-mat-mang-vi-moi-ngay-uong-500ml-ruou-post552308.html
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